La residencia Amavir Argaray ha acogido una jornada solidaria en favor de la asociación del Síndrome de Dravet del municipio navarro de Noáin.

Este Síndrome es una forma rara de epilepsia que siempre se da en el primer año de vida. Los niños con Síndrome de Dravet con frecuencia tienen un pobre desarrollo del lenguaje y de las habilidades motoras, además de sufrir hiperactividad y dificultad para interactuar con otros niños.

geriatricarea sindrome de Dravet amavir
Esta iniciativa solidaria ha logrado recaudar un total de 650 euros para la asociación del Síndrome de Dravet de Noáin

A través de un mercadillo y de una tómbola, en esta jornada solidaria se consiguió recaudar un total de 650 euros. Los objetos que se vendieron y se sortearon en la tómbola fueron donaciones hechas por los residentes y los trabajadores del centro. También se realizaron varias actividades para celebrar la jornada, como las actuaciones de un grupo de salsa y la visita de un grupo de clown que hizo tanto trucos de magia como un cuentacuentos.

Esta jornada solidaria lleva varios años organizándose en la residencia de Argaray coincidiendo con los campamentos intergeneracionales que se celebran cada verano. Este año las convivencias entre niños y residentes tuvieron lugar entre el 26 y el 30 de agosto. Durante cinco días, los pequeños compartieron comidas y actividades con los residentes del centro, como talleres de creatividad y pintura, de cocina, globoflexia, gymkanas, bingos, etc.

Este año son diez las residencias Amavir en las que se han realizado los campamentos de verano 2019: Arganzuela, Coslada, Colmenar y Villanueva de la Cañada en Madrid; Mutilva e Ibañeta en Navarra; Sant Cugat y Teià en Barcelona; El Encinar del Rey en Valladolid y La Alameda en Guadalajara.

Al compartir su día a día con los niños, aumenta la actividad física, cognitiva y social de los mayores, promoviendo el envejecimiento activo y saludable. Por otra parte, para los más pequeños estas actividades son también una lección de vida de la que aprenden las experiencias de los residentes y recogen su sabiduría. Con los campamentos de verano de Amavir, tanto los más pequeños como los más mayores aprenden los unos de los otros y viven una experiencia única e inolvidable.