La fragilidad del paciente anciano con síndrome coronario agudo se asocia con un mayor riesgo de muerte o reingreso, tal y como pone de manifiesto los resultados del registro LONGEVO-SCA, cuyo objetivo ha sido analizar el impacto de las variables vinculadas al envejecimiento (fragilidad, estado funcional y cognitivo, riesgo nutricional y comorbilidades) en el tratamiento recibido por el paciente anciano con síndrome coronario agudo (SCA) y su pronóstico a los seis meses del ingreso.

Tal y como señala el Dr. Albert Ariza, uno de los principales investigadores, los principales hallazgos del registro han mostrado que “una sencilla valoración de la fragilidad mediante un test de cinco preguntas tiene una asociación muy potente con la probabilidad de morir o reingresar a los seis meses tras un síndrome coronario agudo”. Además, esta investigación ha descubierto que “el beneficio de hacer o no cateterismo cardiaco durante un ingreso por SCA no depende tanto de la edad cronológica del paciente sino de la presencia de fragilidad. En relación también con la fragilidad, el estudio ha puesto de manifiesto que tiene “un potente efecto modulador sobre la importancia pronostica que tienen enfermedades como la diabetes, la insuficiencia renal o la anemia en el anciano con síndrome coronario agudo”.

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La fragilidad del paciente anciano con síndrome coronario agudo se asocia con un mayor riesgo de muerte o reingreso,, tal y como destaca el Dr. Albert Ariza

Desde la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) se destaca que, gracias a este registro, los investigadores han podido comprobar también que el riesgo de tener complicaciones hemorrágicas se relaciona con el número de enfermedades asociadas que tenga el paciente más que con ningún otro componente de la valoración geriátrica; y que los cardiólogos españoles prescriben con mayor frecuencia antiagregantes más potentes y tratamientos con estatinas en aquellos pacientes que, a pesar de tener más de 80 años, no presenten fragilidad ni otros síndromes geriátricos.

En el registro LONGEVO-SCA, que se inició en 2016, han participado 44 hospitales españoles de 13 comunidades autónomas incluyendo a más de 500 pacientes de edad igual o mayor a 80 años con SCA. Según el Dr. Ariza, los datos de este estudio obligan a los cardiólogos del presente a hacer un enfoque mucho más minucioso del tratamiento de estos pacientes. “Es posible que, en algunos casos, podamos ser algo más agresivos en el tratamiento y, en otros, más conservadores, pero desde luego aún hay bastante trabajo por hacer”, advierte el Dr. Ariza.

El síndrome coronario agudo en ancianos

El síndrome coronario agudo consiste en un cambio agudo e imprevisto en el equilibrio entre los aportes y necesidades de oxígeno al músculo cardiaco, cuya manifestación clínica puede ser el infarto de miocardio o la angina de pecho inestable.

Los ancianos con este síndrome suelen presentar manifestaciones atípicas, provocando en ocasiones un retraso en el diagnóstico y tratamiento. Por otro lado, con la edad avanzada suelen coexistir otros problemas de salud, como la diabetes, la hipertensión, la insuficiencia renal, la anemia o problemas respiratorios, que pueden dificultar el tratamiento y aumentar el riesgo de complicaciones.

La incidencia del SCA aumenta con la existencia de factores de riesgo cardiovascular y también con la edad, siendo especialmente elevada en el anciano. “El inexorable envejecimiento poblacional en España está motivando que haya cada vez más pacientes de edad avanzada ingresados por SCA en los hospitales”, asegura el cardiólogo.

A pesar de que un tratamiento precoz y adecuado del síndrome coronario agudo mejora su pronóstico, los pacientes ancianos frágiles y con comorbilidades presentan mayor riesgo de complicaciones, mortalidad y consumo de recursos sanitarios. En este sentido, el Dr. Pablo Díez Villanueva, presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC, indica que el objetivo de la Sección pasa por “promover la actividad científica en relación al estudio de los pacientes mayores con cardiopatía, con el objetivo de mejorar su atención y los resultados en salud en este grupo específico de población”.