Con el fin de garantizar la protección, prevención y seguridad de sus profesionales y las personas que cuidan y asegurar la continuidad de la atención a las personas y las familias, Fundación ACE, entidad dedicada al diagnóstico, tratamiento e investigación del Alzheimer, ha adaptado su modelo de atención al contexto provocado por la pandemia de coronavirus SARS-COV-2, un proceso de adaptación que ha sido objeto de un artículo en la revista Journal of Alzheimer’s Disease.

Esta entidad tuvo que cerrar la Unidad de Atención Diurna y detener la actividad presencial de la Unidad de Memoria, lo que obligó a reformular toda su organización para implementar la telemedicina y seguir brindando sus servicios a los pacientes, familiares y cuidadores. Después de la declaración del estado de alarma y una vez activadas las consultas telemáticas, se registró una caída repentina en el número total de visitas: mientras que en enero y febrero de 2020 la Unidad de Memoria realizó un promedio de 657 visitas semanales, en la semana posterior al inicio del confinamiento se realizaron 254 visitas, es decir, un 60% menos.

Tras este descenso inicial, la actividad en la Unidad de Memoria fue capaz de alcanzar en seis semanas -antes del 24 de abril-, el 78% de la actividad regular, mostrando una tendencia a alcanzar la normalidad con 514 visitas semanales y acercándose así a la cifra previa al brote. El 22% de visitas restantes no se ha podido realizar por diferentes motivos, como la preferencia de las familias para realizar consultas presenciales o la falta de dispositivos de telecomunicaciones, entre otros.

Telemedicina adaptada, individualizada y multidisciplinar

Estas cifras muestran la capacidad de Fundación ACE de adaptarse a la situación en un tiempo récord. En cuestión de días, la entidad pasó de un modelo de atención presencial con un enfoque tradicional a uno basado principalmente en la telemedicina, de manera adaptada e individualizada, en el que la atención es brindada por una red de equipo multidisciplinar de profesionales totalmente coordinados. Fundación ACE realiza las consultas a través de plataformas de videoconferencia como WhatsApp, Skype, Teams o Facetime y, en el caso de no ser posible, por teléfono.

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Fundación ACE ha logrado realizar el 78% de las visitas durante el confinamiento al pasar de la atención presencial a la telemedicina

Para ello, fue necesario adaptar los protocolos de evaluación neurológica, neuropsicológica y social a realizar por videoconferencia y, además, la entidad realizó una evaluación interna para conocer cómo los profesionales de Fundación ACE veían esta rápida transición a la telemedicina. Con el fin de mantener las actividades programadas, la entidad desarrolló nuevos materiales de apoyo y educación para la salud para este momento de crisis, supervisó el estado de salud de los 190 pacientes de la Unidad de Atención Diurna a través de contactos telefónicos diarios y el equipo de trabajo social realizó llamadas proactivas de apoyo psicosocial a cuidadores identificados con mayor riesgo de vulnerabilidad.

Tal y como destaca la Dra. Mercè Boada, neuróloga, cofundadora y directora médica de Fundación ACE, “tras la incorporación con éxito de la telemedicina, ésta se ha convertido en una opción de atención real. Permite a los pacientes y cuidadores elegir entre el formato presencial o telemedicina según su conveniencia y, en nuestro modelo holístico, esto se traduce en una atención inclusiva”. Además “esta transición hacia la telemedicina nos ha dado el contexto idóneo para evaluar y mejorar nuestra atención. Con este sistema podemos realizar una atención de calidad de la demencia a personas que se encuentran en áreas rurales o distantes que actualmente no tienen fácil acceso a estos servicios”.

Por otra parte, la situación también obligó a la Unidad de Ensayos Clínicos a suspender temporalmente el reclutamiento de nuevos participantes, así como todos los tratamientos en curso. En esos casos, se analizó individualmente cada ensayo para adaptarse a la situación sin comprometer la validez de los resultados.

Así, el equipo de Fundación ACE realizó llamadas semanales a los 133 participantes activos de ensayos clínicos para controlar su salud y estableció un circuito específico para gestionar los eventos adversos del ensayo y las situaciones sospechosas de COVID-19. En ese sentido, la Dra. Boada recalca que “la investigación es la única forma que tenemos a nuestro alcance para avanzar en el conocimiento y tratamiento de esta demencia”.

Las personas interesadas pueden consultar aquí el artículo ‘Dementia Care in Times of COVID-19: Experience at Fundació ACE in Barcelona, Spain’, publicado en la revista Journal of Alzheimer’s Disease.