El tratamiento de radioterapia a baja dosis mejora la sintomatología de enfermedades benignas como la artrosis, una patología muy ligada a las personas de edad avanzada y que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS,) afecta al 28 % de los mayores de 60 años y en el 80% de los casos causa una limitación de sus movimientos.

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La radioterapia a baja dosis mejora la sintomatología de enfermedades osteodegenerativas como la artrosis

La artrosis es la enfermedad articular que más personas sufren en nuestro país (afecta a más de 7 millones de personas), tal y como indican desde GenesisCare, compañía especializada en tratamientos radioterápicos. Ante esta patología, la radioterapia a baja dosis (tratamiento no oncológico), se presenta como una opción de tratamiento, pero no solo para la artrosis, también para otras patologías como la fascitis plantar, queloides o la enfermedad de Dupuytren, entre otras muchas enfermedades.

Para mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas de la tercera edad, el Dr. Daniel Rivas, oncólogo radioterápico de GenesisCare, indica que “el empleo de la radioterapia a baja dosis como tratamiento para patologías benignas se posiciona como una muy buena alternativa, llegando a ser, en algunos casos, la única solución. Gracias a estos tratamientos, nuestros pacientes más vulnerables pueden someterse a sesiones de radiaciones de baja dosis para mejorar el dolor provocado por la artrosis y como consecuencia ganar en funcionalidad”.

La radioterapia no oncológica consiste en administrar dosis bajas de radiación, la décima parte de la dosis utilizada en tratamientos oncológicos, y supone la mejora del dolor articular en hasta un 90% en los pacientes tratados. Esto se debe a las propiedades antiinflamatorias y antiproliferativas de este tratamiento, que, aplicado a baja dosis, permite aliviar el dolor, la inflamación y el deterioro de la funcionalidad de forma cómoda, poco invasiva, indolora para el paciente y con una toxicidad casi inexistente. “Se trata de un tratamiento muy sencillo y que a su vez genera un gran impacto en la calidad de vida de las personas”, destaca el Dr. Rivas.

Además, la radioterapia se aplica en sesiones de menos de 15 minutos, no precisa sedación, ayunas ni observación posterior a cada sesión, con lo que el impacto en la vida diaria del paciente es mínimo. Este tratamiento, por tanto, se vuelve un gran aliado del envejecimiento activo, permitiendo aliviar la sintomatología de las enfermedades osteodegenerativas. Estas patologías, dado el dolor que provocan, limitan el movimiento y el día a día de un gran número de mayores de 65 años y, con ello, impiden su actividad física, algo fundamental para extender la esperanza y calidad de vida.