Compartir un poco de conversación, risas, palabras de consuelo o salir a pasear con alguien puede ser la diferencia para sentirse bien. Y es que este año, debido al aislamiento provocado por la pandemia sanitaria, el acompañamiento a las personas mayores es más necesario que nunca. Con este objetivo, se ha puesto en marcha ‘Cambia tiempo por sonrisas’, una campaña de sensibilización para hacer frente a la soledad de los mayores en cuatro pequeños municipios de Málaga.

La Diputación de Málaga y Fundación Harena promueven la campaña de sensibilización ‘Cambia tiempo por sonrisas’ con el objetivo de hacer frente a la soledad de las personas mayores de cuatro municipios de Málaga: Álora, Casabermeja, Casarabonela y Pizarra.

La campaña ‘Cambia tiempo por sonrisas’ trata de combatir la soledad en pequeños municipios malagueños

Esta actividad de concienciación, enmarcada dentro del proyecto Soledad 0 – Vida 10, ha impulsado una red de personas voluntarias gracias al apoyo de los ayuntamientos de cada municipio. La red, compuesta por los vecinos y vecinas de estas localidades, acompaña a las personas mayores en situación de soledad no deseada. El acompañamiento puede ser domiciliario, mediante una visita semanal de dos horas, o telefónico, con dos llamadas semanales.

La campaña se centra en recalcar el gran valor que conlleva la donación de tiempo y compañía. Un poco de conversación, alguien con quien compartir unas risas, unas palabras de consuelo o un brazo en el que apoyarse para salir a pasear, estas son algunas de las sencillas actividades que verdaderamente marcan la diferencia en el estado de ánimo y, por tanto, en la salud de las personas mayores.

Tal y como indican desde la Fundación Harena, este año más que nunca se vuelve indispensable incidir en el acompañamiento. El aislamiento sufrido por este colectivo se ha agravado sustancialmente debido a la crisis sanitaria y más de 60.000 malagueños y malagueñas mayores de 65 años han vivido el confinamiento solos en sus casas.

La soledad también se vive en los pequeños municipios. La casa se les echa encima, son muchas horas entre cuatro paredes y los días se hacen muy largos”, comenta Estefanía Valladares, coordinadora del voluntariado en el proyecto Soledad 0 – Vida 10. “Desde que llegamos a Pizarra, Álora, Casarabonela y Casabermeja sabemos que ningún mayor se va a sentir solo, siempre va a tener el calor cercano de algún vecino o vecina del municipio”, destaca.