Consciente de que la tecnología es una gran aliada a la hora de ofrecer soluciones de comunicación y entretenimiento a las personas mayores, y que contribuye a minimizar el deterioro cognitivo y mejorar su calidad de vida, la residencia y centro de día Mirador de Mataró, gestionada por VIMA, ha incorporado la tecnología 3D para favorecer la estimulación cognitiva y el bienestar emocional de sus residentes.

A través de gafas de realidad virtual inmersiva de la compañía OROI la persona mayor puede pasear por el barrio de una ciudad que ya conoce o querría visitar, dar un paseo en globo, ir al acuario o “subirse” en barco para ver las Islas Medas. Todo ello gracias a múltiples vídeos que ofrecen una amplia gama de posibilidades adaptadas a los gustos y preferencias de la persona.

Mirador de Mataró ha incorporado la tecnología 3D para favorecer la estimulación cognitiva y el bienestar emocional de sus residentes mediante la realidad virtual

Se trata de una experiencia que «relaja, entretiene y ayuda a la persona a desarrollar su capacidad de observación a la vez que estimula la memoria y los recuerdos», destacan desde este centro residencial. Así, las personas disfrutan de una sensación similar a la que tendrían en la realidad. Pueden ver lugares donde han estado u otros donde querrían ir, y es una actividad que se centra en la persona, en la que se potencian los intereses personales a partir de experiencias reales y motivadoras.

Tal y como señala Elsa Ortega, psicóloga de Mirador de Mataró, «de momento las gafas de realidad virtual de OROI se han incorporado en la tercera planta, donde residen personas preservadas cognitivamente o con un leve deterioro cognitivo. La actividad se hace de manera individualizada o en pequeños grupos. Como contamos con dos gafas, dos residentes pueden ver el mismo vídeo al mismo tiempo e interactúan entre ellos. Se involucran desde el primer momento, deciden que quieren ver y hacen propuestas de vídeos para el futuro. Además, no les importa repetir algunas visualizaciones».

Las personas residentes piden ver sus pueblos de origen, las ciudades donde han estado… y la actividad se prolonga mucho más allá de la propia experiencia con las gafas 3D, ya que comentan entre ellas e incluso con las familias todo lo que han visto y sentido, indica Elsa Ortega, destacando que los residentes despiertan sus recuerdos, salen de su entorno actual, rompen su rutina y, en consecuencia, disminuye la apatía.

«Esta actividad ha tenido una muy buena acogida. Cuando nos ven aparecer con las gafas ya preguntan: ¿Dónde vamos hoy? Algunos residentes que no son muy participativos, hacen esta de buen grado, la disfrutan y dejan sus ocupaciones del momento para ponerse las gafas. Incluso los más reticentes con las nuevas tecnologías se motivan a usarlas cuando ven las reacciones de los demás», indica al psicóloga. Además los beneficios son múltiples.

«A corto plazo no solo se observa una mejora en su estado de ánimo, ya que expresan alegría y se sienten más motivados; sino que se observa una disminución de la sintomatología ansiosa y se reduce el discurso centrado en las preocupaciones propias. Aumenta su autoestima y se sienten parte del grupo, favoreciendo así las relaciones personales. Aunque el objetivo inicial no se basa en la estimulación cognitiva, de manera indirecta estimula funciones como la memoria, la atención o el lenguaje entre otros. En definitiva, mejora la calidad de vida del residente».