Un artículo de David Curto,
director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores

Ha pasado un año desde que estalló la crisis sanitaria más grave de los últimos tiempos. El Covid-19 ha dado un vuelco a todos los sectores que conforman la sociedad, pero si hay uno que se ha visto especialmente afectado, ese es el residencial. El virus ha azotado ferozmente a la población mayor, la más vulnerable, pero la llegada de la vacuna ha traído consigo esperanza y una sensación real de que el camino por recorrer está más cerca de llegar a su final. En Sanitas ya hemos administrado la segunda dosis de la vacunación al 100% de los residentes y empleados de nuestra red de residencias.

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Los avances médicos y la llegada de la vacuna deben ir siempre de la mano de los cuidados dedicados al bienestar emocional y psicosocial de las personas mayores

Llegados a este punto, nos gustaría poner de manifiesto que durante estos meses hemos aprendido lecciones muy valiosas que no debemos olvidar jamás. Es imprescindible mantenernos firmes en cuanto a protocolos de actuación y cuidados se refiere y ser pacientes mientras llega la inmunidad al resto de la población.

Por eso, en Sanitas Mayores estamos realizando un test de anticuerpos de Covid-19 ultrasensible basado en la proteína spike completa del SARS-CoV-2 a empleados y residentes. La fiabilidad de estos test, frente a otros que detectan la proteína de la nucleocapside, es de casi el 99%. Con ello, vamos a poder confirmar los datos exactos de inmunidad en nuestros centros, trazando así un mapa de cada una de las residencias que permite afinar aún más los protocolos de seguridad frente a la Covid de los centros ya vacunados.

Sin embargo, este atisbo de esperanza no puede implicar la relajación en el trabajo de aquellas personas y sectores enfocadas a cuidar a las personas mayores. Es decir, todos estos avances no deben traducirse en una rebaja de las medidas de protección y seguridad, sino en una adaptación a la realidad inmunológica de cada centro.

Además, seguimos haciendo hincapié en una realidad imprescindible para la población anciana en estos momentos: su salud mental y su bienestar emocional. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la falta de actividad física y mental provocada por el confinamiento, unido al miedo, la ansiedad y el aislamiento al que se han visto sometidos, ha agravado el estado mental de las personas mayores. Todo ello, además, puede acelerar la demencia. Según explica también la SEGG, con el estrés el cerebro general cortisol, una hormona relacionada con el miedo y la huida que, cuando permanece mucho tiempo, acaba afectando al órgano de manera negativa.

En este sentido, hemos reforzado durante el último año, por ejemplo, las terapias no farmacológicas, que contribuyen a la ralentización del avance de las enfermedades relacionadas con la demencia al trabajar sobre sus síntomas, como la pérdida de la memoria, entre otros. Existen diversos tipos de terapias enfocadas a mejorar distintos aspectos de la persona en cuestión. Está comprobado, por ejemplo, que la terapia con música, la terapia asistida con animales o el acompañamiento terapéutico mejoran capacidades cognitivas y aumentan el bienestar emocional de la persona.

Además, hay otro tipo de terapias como el acompañamiento terapéutico que requiere de una individualización de los cuidados o aquellas que tienen como fin el uso de materiales para aumentar la estimulación de los sentidos. En este sentido, la terapia en salas Snoezelen busca proporcionar experiencias agradables que fomenten el bienestar emocional y aumenten la relajación.

Por tanto, los avances médicos y la llegada de la vacuna deben ir siempre de la mano de los cuidados dedicados al bienestar emocional y psicosocial. A pesar de la situación, durante estos meses hemos reforzado aún más las terapias de este tipo, adaptándolas o incluso individualizándolas, en función de las posibilidades de cada centro.

Mientras la sociedad espera para poder reunirse con las personas mayores sin miedo y con todas las ganas acumuladas, en el sector residencial seguiremos trabajando noche y día para proporcionar todos los cuidados y atenciones necesarias que garanticen un envejecimiento saludable a todos los mayores.