Un artículo de Francisco Olavarría Ramos,
Responsable Comercial y Atención a las Personas de NeurOn Rehab
Las personas mayores de 70 años, aquellas con débiles sistemas inmunitarios y afecciones médicas crónicas han corrido un mayor riesgo de padecer las terribles consecuencias del Covid-19. Muertes, enfermedades y problemas de salud mental, derivados éstos del miedo y el aislamiento forzado nos ha hecho a la humanidad sentir el dolor ajeno más próximo. Una epidemia de sufrimiento que deja un panorama desolador, también para los próximos meses.

En este orden de vivencias globales, las profesiones sanitarias, especialmente las vinculadas a la atención en los centros geriátricos han vivido todo ello con especial intensidad y un sentimiento de dolor y abandono, al que hoy se quiere recompensar, siendo estos espacios los primero libres del virus en España.
Parece que a estas alturas de la pandemia, los científicos han comprobado que aunque se trata principalmente de una enfermedad respiratoria, el virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19 también está provocando múltiples problemas neurológicos. Además de las secuelas de la pérdida del olfato y el gusto, un número considerable de personas ha desarrollado dolores de cabeza, fatiga y problemas para pensar con claridad, a lo que se ha dado en nombrar como «niebla mental» y de la que la comunidad científica no tiene bien identificada.
Desescalada, cepa, inmunidad de rebaño… son términos que forman parte de nuestro diario. Vocablos nuevos que el coronavirus nos ha traído y que tardaremos en dejar de usar, igual que esa fatiga pandémica, con que las personas mayores están lidiando, mientras esperan la vacuna. La fatiga pandémica, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud, es una respuesta esperada y natural a una crisis de salud pública prolongada, sobre todo porque la gravedad y la escala de la pandemia de Covid-19, generando malestares como tristeza, abulia o depresión.
Para lo cual, el acompañamiento de profesionales relacionados con la psicología han aportado recomendaciones como huir o pausarnos de todas las informaciones negativas que a diario consumimos en los medios de comunicación, validar todos los sentimientos que experimentos, priorizar nuestro bienestar y mucho autocuidado.
Todavía quedan meses difíciles por delante, así que aprovechemos todo lo aprendido, vocablos y experiencias para salir fortalecidos y no ser parte de lo que se avecina, la ola de salud mental. La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) junto con la Agencia EFE y la Real Academia Española (RAE) eligieron «confinamiento» como la palabra del año 2020, esperamos que la del 2021 sea salud, que por lo que hemos visto es lo único importante que valoramos todos por igual, pequeños, medianos y mayores. Y entre todos, juntos, celebrar ese reencuentro que ponga fin a un año complicado donde la soledad nos ha dado tanto pesar.
Excelente reflexión sobre los efectos de la Covid-19 en las personas mayores. Es de esperar que, tal como todo parece indicar hasta ahora, la extensión de la vacuna logre que al menos no sean el grupo de población mas expuesto a sus riesgos. Y poco a poco la generalización de la vuelta a los contactos y a la compañía de los demás esté generalizada a todos los niveles.
¡Gracias Concha! Contar con tu inspiración me hace tremenda ilusión. Espero que volvamos a coincidir. Un abrazo 🙂
Francisco que buen articulo, gracias por hacernos entender con claridad todo esto que esta pasando con la humanidad en general, pero especialmente con las personas mayores. Saludo cordial Olga Marina de Bogotà
Muchas gracias por tus palabras. Te mando un saludo desde España