geriatricarea Diana Gandara



Un artículo de Diana Gándara Símil,
vicepresidenta del Colegio Profesional de Logopedas de Galicia (CPLGA)

El ser humano es social por naturaleza y la comunicación constituye una necesidad básica. La comunicación, expresión y lenguaje son tres conceptos que están muy interrelacionados y que forman parte de un mismo proceso. El lenguaje es una función compleja que se apoya o necesita de otros factores para su desarrollo como son los factores biológicos, cognitivos y sociales.

La cognición es la capacidad que nos permite desarrollar una vida “normal” y sin dificultades. Es una capacidad que se mantiene a lo largo de la vida cuando tenemos un envejecimiento cerebral normal pero no cuando se presenta un deterioro de las funciones mentales superiores, como ocurre en el envejecimiento patológico.

En el desarrollo del proceso de envejecimiento normal se produce un descenso gradual de las capacidades y la aparición de patologías o afecciones comunes a la vejez (cataratas, pérdida auditiva, dolores de espalda y/o articulaciones…) pero también es posible un descenso gradual de las capacidades cognitivas y/o del lenguaje (que es en ocasiones síntoma de enfermedades) que ya se considera patológico y no relacionado con el proceso de envejecimiento normal.

La tendencia demográfica actual está cambiando y el número de personas mayores aumentando. Esta tendencia provoca la probabilidad de encontrarnos con personas susceptibles de enfermedades “típicas” del envejecimiento, como son las demencias.

geriatricarea deterioro cognitivo leve
Los pacientes con DCL pueden llegar a mostrar déficits en tareas del desarrollo del discurso, de comprensión oral y escrita o inclusive en tareas de denominación

El término de Deterioro Cognitivo Leve (DCL) ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. A día de hoy se considera y se reconoce como un estado patológico que sufren determinadas personas con un déficit cognitivo, que no llega a cumplir los requisitos diagnósticos de demencia ni compromete el desarrollo de la vida diaria esencial (1).

El DCL se sitúa en un estado intermedio o transicional entre los cambios cognitivos asociados al envejecimiento normal y estadios tempranos de la demencia. Aún así las diferentes investigaciones han demostrado que no todos los individuos con DCL evolucionarán hacia una demencia, aunque sí tienen mayor probabilidad (sobre un 20% de la población mayor de 65 años) de desarrollar una (2). Dada la complejidad de la patología no debemos olvidar que cualquier Deterioro Cognitivo (DC), al igual que el proceso de envejecimiento normal, es un proceso individual y los cambios que se producen van a variar en función de muchos aspectos intrínsecos y extrínsecos a la enfermedad y la persona.

Esta circunstancia ha generado que el diagnóstico de DCL haya constituido y constituya todo un desafío para los profesionales. Los diagnósticos de DCL, DC o Enfermedad de Alzheimer (EA), entre otras demencias, se han realizado mayoritariamente a través de pruebas neuropsicológicas (cribados tales como el Mini Mental de Folstein, MMSE) y pruebas clínicas, así como del razonamiento y experiencia del profesional evaluador.

Sabemos que el DCL influye de manera más sustancial en la memoria (sobre todo en la inmediata) pero también en el lenguaje. Las alteraciones en la comunicación son uno de los primeros síntomas del DCL (3). Además, sabemos que uno de los parámetros transcendentales que se analizan como indicador de la aparición de la DC es la memoria
verbal (4).

Aún así no todos los componentes del lenguaje han sido estudiados e investigados en la misma profundidad. Así, la sintaxis es una de las áreas menos investigadas, en confrontación con la fluidez verbal, que ha sido ampliamente investigada y que resulta ser un aspecto muy susceptible al DC (5).

Los pacientes con DCL pueden llegar a mostrar déficits en tareas del desarrollo del discurso, de comprensión oral y escrita o inclusive en tareas de denominación, entre otras. Es por ello que ha surgido la necesidad de abordar una evaluación más exhaustiva y centrada en el lenguaje, para ayudar a establecer un mejor diagnóstico e incluso poder obtener datos relevantes en cuanto a la progresión a una EA (6).

Existen numerosos estudios (7, 8) sobre la detección de alteraciones cognitivas a través de la evaluación del habla y/o lenguaje y, aunque subyace la necesidad de seguir investigando estas vías con muestras más grandes y controlando las limitaciones encontradas en los diferentes estudios, sí han podido concluir que el habla y el lenguaje son capacidades que pueden ayudar a establecer un diagnóstico precoz y, junto con otras pruebas clínicas y neuropsicológicas, establecer un diagnostico más evidente, certero y temprano.

El diagnóstico precoz en DCL y en otras patologías (aunque mucho más en todas aquellas de ámbito neurodegenerativo), es de especial relevancia, dado que gracias a él se puede comenzar con una intervención terapéutica temprana, facilitando así que se pueda enlentecer o retrasar la progresión del proceso degenerativo.

En síntesis, las investigaciones demuestran que el envejecimiento afecta a los procesos del lenguaje y la comunicación tanto en el envejecimiento sano como en el envejecimiento patológico (DCL, demencias, EA, etc.) por lo que se hace patente la necesidad de contar con más estudios empíricos con muestras de población más amplias y así dotar de mayor significatividad y evidencia los datos de los que disponemos actualmente para que puedan ser generalizables.

Asimismo, y en relación al DCL (aunque sin olvidar también las demencias en general), debemos destacar la necesidad de la creación de un protocolo que dé más relevancia a las áreas del lenguaje y habla que se encuentran alteradas en las fases tempranas de la enfermedad y que pueda ser una herramienta válida tanto para profesionales terapéuticos como para los profesionales de atención primaria que realizan las primeras valoraciones.

Es importante recalcar que debemos plantear la herramienta o protocolo tanto para evaluar la identificación temprana de las diferentes dificultades (en este caso del lenguaje y la comunicación), como para facilitar posteriormente la selección de las intervenciones y/o apoyos necesarios.

Es un trabajo complejo y arduo que necesita de un equipo multidisciplinar y una muestra significativa, pero que podrá ser muy útil para acelerar el proceso diagnóstico y establecer programas de intervención terapéuticos precoces y acometer con premura las dificultades existentes.

Bibliografía

  1. Mariangeles Pose, Facundo Manes. Deterioro cognitivo leve. Acta Neurol Colomb 2010; 26:Sup (3:1): 7-12)
  2. Mitchell AJ, Shiri-Feshki M. Rate of progression of mild cognitive impairment to dementia – metaanalysis of 41 robust inception cohort studies. Acta Psychiatr Scand. 2009; 119: 252-65
  3. González Martín, E., Mendizábal de la Cruz, N., Jimeno Bulnes, N., y Sánchez Gil, C. Manifestaciones lingüísticas en personas mayores: el papel de la intervención logopédica en el envejecimiento sano y patológico. Revista de Investigación en Logopedia.2019; 9(1): 29-50.
  4. Juncos-Rabadán, O., Pereiro, A.X., Facal, D., y Rodríguez, N. Una revisión de la investigación sobre lenguaje en el deterioro cognitivo leve. Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología. 2010; 30(2): 73-83. 5. Navarro, E., López Pérez-Díaz, A.G., Sanjuán, M., y Calero, M.D. La fluidez verbal en personas mayores y su relación con variables psicosociales y de funcionamiento cognitivo. Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología. 2018; 38: 162-167.
  5. M. de la Hoz, D. Garrido, R. García-Retamero. Alteraciones lingüísticas en pacientes con deterioro cognitivo leve. Revisión sistemática. Revista de Neurología. 2021; 72(3): 67-76
  6. Orimaye SO, Wong JSM, Wong CP. Deep language space neural network for classifying mild cognitive impairment and Alzheimer-type dementia. PLOS ONE. 2019; 14(3): e0214103. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0214103
  7. O’Malley, R.P.D., Mirheidari, B., Harkness, K. et al. (5 more authors). Fully automated cognitive screening tool based on assessment of speech and language. Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry. 2021; 92 (1): 12-15. ISSN 0022-3050 https://doi.org/10.1136/jnnp-2019-322517

Sobre la autora

Diana Gándara Símil es vicepresidenta del Colegio Profesional de Logopedas de Galicia (CPLGA), Logopeda, intérprete de lengua de signos y doctoranda de la Universidade da Coruña
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