Un artículo de Sònia Shah Llois,
Psicogerontóloga y Psicóloga General Sanitaria
Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Psicogerontología (AEPG)
Fundadora de Senior Coach y Centre de Dia Vincles
Profesora colaboradora en la Universitat Oberta de Catalunya

Una demencia es un síndrome que se caracteriza por la pérdida progresiva de las capacidades cognitivas. A esto, hay que añadir todo un conjunto de síntomas conductuales y psicológicos asociados. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia pero también existen otros tipos como por ejemplo la demencia por cuerpos de Lewy, la demencia vascular, la enfermedad de Pick, etc.

Como sintomatología principal de las demencias, solemos centrarnos en las alteraciones cognitivas. De hecho, encontramos un amplio abanico de posibilidades en cuanto a actividades y ejercicios de estimulación cognitiva. Sin embargo, no se habla tanto sobre los SCPD (Síntomas Conductuales y Psicológicos asociados a las Demencias).

Los SCPD pueden clasificarse en:

  • Psicológicos:

    Delirios (de robo, celotipia, perjuicio u otros).
    • Alucinaciones (visuales o auditivas son las más habituales).
    • Trastornos del estado de ánimo (depresión, ansiedad, apatía, labilidad emocional).
  • Conductuales
  • Agitación:
  1. Conducta física no agresiva (inquietud, manierismos repetitivos, deambulación errática, ordenar/desordenar, acumular objetos, etc).
  2. Conducta física agresiva (pegar, morder…).
  3. Conducta verbal no agresiva (demanda de atención constante, quejas…).
  4. Conducta verbal agresiva (gritar, insultar, hacer ruidos, rabietas, etc).
  • Desinhibición (impulsividad, desinhibición sexual).
  • Otros (alteraciones del sueño, etc).



¿Cuáles son las posibles causas de estos SCPD?

El daño neurológico y los cambios neuroquímicos propios de la enfermedad pueden generar dificultad de regulación emocional y de control de impulsos, por lo que la respuesta a un estímulo puede verse como desproporcionada. Aun así, en muchos casos, esto no justifica la reacción y habría que explorar las causas subyacentes como por ejemplo:

  • Dificultades sensoriales que puedan estar facilitando delirios y/o alucinaciones.
  • Necesidades biológicas insatisfechas.
  • Necesidades emocionales insatisfechas.
  • Cambios de rutinas o alteración del ambiente.
  • Alteración del estado de salud (resfriados, estreñimiento, dolor, infecciones u otras alteraciones médicas…)



¿Cómo debemos actuar ante una alteración de este tipo?

Lo más habitual suele ser el tratamiento de tipo farmacológico y, en algunos casos puede ser un buen coadyuvante. Sin embargo, no será efectivo si no se encuentra e interviene sobre la causa raíz. Debido a esto, se recomienda:

  1. Resolver las causas médicas en primer lugar. Si la conducta se mantiene:
  2. Realizar un registro teniendo en cuenta lo siguiente:
    • Momento del día en el que aparece la conducta problema
    • Entorno ambiental en el que se presenta.
    • Entorno humano (¿en presencia de quién?).
    • Frecuencia de aparición.
    • Buscar desencadenantes y analizar consecuencias.
    • Buscar posibles necesidades psicológicas y emocionales no satisfechas.

Con toda esta información, podremos intentar encontrar las soluciones más adecuadas teniendo en cuenta la historia de vida de la persona y sus necesidades psicológicas. Si no conseguimos resolver el problema, es recomendable consultar a un profesional experto en gerontología. Hay que tener en cuenta que cada persona es única y por lo tanto, las mismas soluciones no sirven para todas.