Roser Castillo es todo un ejemplo a seguir: con 70 años ha ganado tres medallas de natación en el campeonato de Cataluña. Todo ello, tras haber pasado dos veces por el quirófano para someterse a una cirugía de prótesis de cadera.

La pasión que siente Roser por la natación le viene desde que es pequeña. Sus padres también eran aficionados a la natación y durante muchos años fue monitora para enseñar a nadar a niños y adultos. Nadar, la relaja y le ayuda a mantener los músculos activos y le aporta beneficios por todo el cuerpo. Roser ya tenía, desde hace tiempo, una prótesis en la cadera que le permitía nadar competitivamente. Pero la otra cadera también necesitaba una prótesis. La cadera no operada le molestaba hacía 5 años, y ya tenía dificultad para caminar, para subir escaleras e incluso para subir al podio de las competiciones a recoger los trofeos.

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Roser, a sus 70 años, ha ganado tres medallas en el campeonato de Cataluña

Entró quirófano para someterse a una cirugía de prótesis de cadera y sólo pensaba en poder volver a echarse al agua. La prótesis total de cadera (artroplastia total de cadera) es una operación dirigida a reemplazar la articulación de la cadera que está deteriorada, generalmente por artrosis, o por motivo de una secuela de traumatismo, trastornos evolucionados de la infancia como la displasia, o el infarto de la cabeza del fémur, conocido como necrosis vascular de la cabeza femoral.

Roser se puso en manos del Dr. Jenaro Fernández Valencia, jefe de sección de cadera del Servicio de Cirurgía Ortopédica y Traumatología del Hospital Clínic de Barcelona. Roser tenía los campeonatos de Europa al cabo de unos meses y quería recuperarse lo antes posible. Desde 2016, en el Hospital Clínic de Barcelona se trabaja en una técnica que permite implantar la prótesis sin cortar músculos o tendones (acceso directo anterior). Es una técnica clave que permite una recuperación rápida y, si es posible, sin necesidad de ingreso.

Es muy importante que horas después de la intervención el paciente empiece a levantarse, moverse y andar. Es clave también para mejorar el control del dolor, trabajar la musculatura y el retorno venoso y disminuir de forma significativa el riesgo de trombosis venosa. El Dr. Fernández-Valencia señala que tras someterse a una operación de prótesis de cadera “es importante volver a realizar actividad física moderada y practicar, con calma, deportes con poco impactos y evitar caídas. El caso de Roser es un claro ejemplo”. “Llevar una prótesis, o dos como Roser, no debe impedirte hacer deporte, sostiene el doctor.  

Tras la operación y la recuperación posterior, Roser se tiró al agua, poco a poco, el mismo día que le quitaron los puntos. «Fueron los 800 metros más felices de mi vida», explica emocionada. Entrena tres o cuatro veces cada semana y nada entre 1.200 y 1.500 metros en cada entrenamiento. En verano, cuando viene el buen tiempo, realiza entrenamientos en el mar de hasta 3.000 cada jornada. «Nadar me ayuda a socializarme«, explica Roser. En las competiciones «nos encontramos con los amigos y estamos en un ambiente muy sano» explica. De más joven, su especialidad era la braza, ahora, se centra en competiciones de mariposa y de 400 metros estilos.