El dolor crónico se produce por una situación que persiste y permanece, y no se trata solo de una enfermedad física, sino que tiene grandes implicaciones personales, familiares, laborales, económicas y sociales, tal y como se expuso en el simposio ‘Humanización y funcionalidad como claves en el abordaje del dolor crónico’, organizado por Grünenthal en el marco del II Congreso SEMDOR.

En este encuentro se abordó la necesidad de humanizar la atención sanitaria en los pacientes con dolor crónico para mejorar su calidad de vida. La Dra. Carme Batet, especialista en Anestesiología y Reanimación en el Hospital de Sant Joan Despí Moisès Broggi, destacó durante su intervención que “hemos de volver al centro de lo que es nuestro objetivo: tratar a la persona y dedicar a este objetivo el tiempo y los recursos sanitarios necesarios”.

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Los especialistas que participaron en este encuentro recalcaron la necesidad de humanizar la atención sanitaria en los pacientes con dolor crónico

“Cuando el dolor es crónico, implica a la persona holísticamente y si no se trata bien, puede llevar a estigmatizar al paciente, advirtió la Dra. Batet, incidiendo en la “necesidad de personalizar el proceso de tratamiento para que el paciente, se implique en la toma de decisiones”, para lo cual “es importante que pueda expresarse”.

La especialista del Hospital de Sant Joan Despí Moisès Broggi señaló también que los profesionales sanitarios “tienen que adecuarse a las características de personalidad y edad de cada paciente, cómo es la calidad de la información y las explicaciones que damos en las distintas fases del tratamiento”. De esta forma, podrán ver lo que hace falta para que el paciente sea capaz de tomar sus propias decisiones y se involucre en la mejora de su salud. “Humanizar todo el proceso es dar a la persona el valor que tiene y adecuar el sistema sanitario a ello”, recalco.

Por lo que respecta a las necesidades detectadas por las Unidades de Dolor para un tratamiento humanizado de los pacientes con dolor crónico, la Dra. Batet apuntó que es importante que funcionen como Unidades realmente multidisciplinares, dotadas del presupuesto necesario que cubra personal con dedicación exclusiva, administrativos, enfermería, médicos especialistas, psicología, nutricionista, alteraciones del sueño, etc.. Es decir, una serie de profesionales que se “dediquen conjuntamente a tratar la enfermedad de dolor”.

Además, la especialista en Anestesiología y Reanimación, reclamó “los medios para poder atender adecuadamente de forma integral; refiriéndose con ello a una disponibilidad y preparación de los profesionales dedicados al dolor, desde el intervencionismo, hasta la nutrición, el soporte psicológico, la rehabilitación o la fisioterapia.

Y es que el dolor crónico tiene una implicación bio-psico-social y no se trata con un tratamiento aislado, sino que precisa de una integración coordinada entre el personal sanitario que participa, el paciente, su familia o su entorno personal, ya que ese dolor genera otros problemas de tipo personal, familiar, laboral, económico, social o incluso espiritual, advirtió la Dra. Batet.

En su opinión, esta humanización del dolor crónico solo “es posible cuando la estrategia parte y está sostenida desde las instituciones sanitarias, cuando los profesionales se coordinan y cuando nos preparamos y formamos en esos aspectos de comprensión y comunicación que se necesitan”.

Además de la Dra Batet, el simposio ‘Humanización y funcionalidad como claves en el abordaje del dolor crónico’, organizado por Grünenthal, contó con las intervenciones de Pilar García, enfermera de la Unidad del Dolor del Hospital Guadix (Granada), el Dr. Julio Zarco, de Medicina familiar y Comunitaria en el Hospital Universitario Clínico San Carlos; y el Dr. Antonio Alcántara, de Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud Manuel Encinas (Consultorio de Malpartida de Cáceres).