Un artículo de Maria Batllori,
psicòloga del centro residencial Colònia Güell de Suara Cooperativa

La población mundial está envejeciendo rápidamente. Ser un adulto mayor implica muchos cambios en nuestro cuerpo y en nuestra mente, cambios que debemos aceptar para poder disfrutar de esta etapa de la vida que tenemos por delante de una manera sana y positiva.

Pero no siempre es fácil ver cómo aparecen unos pelos blanquecinos que no reconoces como tuyos, unas arrugas que cambian tu expresión al sonreír y unas dificultades de movilidad que pueden llegar a ser frustrantes. La experiencia y sabiduría que acumulamos nos pueden ayudar a aceptar estos cambios, pero en este proceso de asimilación de una nueva realidad ocurren cosas que pueden acercarnos o alejarnos de la felicidad. Por eso, tan importante es cuidar la salud física como la mental, pues en esta etapa van más ligadas que nunca.

Geriatricarea, salud mental, en personas mayores
Tan importante es cuidar la salud física como la mental, especialmente en la vejez ya que van más ligadas que nunca

Pero aún poniendo la mejor de las intenciones pueden aparecer trastornos mentales de los que, a veces, es difícil escapar. Los principales trastornos en el adulto mayor son:

  • La depresión, causada por una baja autoestima, se dejan de hacer cosas que antes nos gustaban, se duerme más horas y la visión del entorno se vuelve negativa y aparece el aislamiento.
  • La ansiedad, que llena de temores y miedos irreales la mente del adulto mayor, intranquilidad, palpitaciones y sudoraciones.
  • Las demencias.

Las demencias más comunes son el Alzheimer, demencia por Cuerpos de Levy y demencia vascular. Tienen como rasgos comunes la pérdida de memoria, el deterioro del curso del pensamiento y del comportamiento, cambios en los hábitos alimentarios, puede aparecer agresividad física y verbal, desconfianza y poco a poco, el deterioro físico y cognitivo va incapacitando más a la persona afectada hasta el punto de desconectar de la realidad.

¿Cómo podemos cuidar la salud mental?

Se habla mucho de los 4 pilares básicos del envejecimiento activo: una alimentación equilibrada, ejercicio físico, estimulación cognitiva y relaciones sociales. No olvidemos que todo está conectado y es el conjunto de todo lo que nos lleva a envejecer de una manera activa, sana y equilibrada.

Es muy importante que el adulto mayor no sienta que se le excluye de la familia, que es una carga para todos. Hay que hacerle partícipe de las decisiones familiares, fomentar las interacciones con el entorno, dar tranquilidad en los momentos de angustia, procurar que mantengan su autonomía en la ABVD, plantearle tareas que pueda realizar y que le hagan sentirse útil y válido.