Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, desde Qida, empresa especializada en atención domiciliaria, se recuerda la importancia de la prevención y detección temprana del Alzheimer para poder diagnosticarla en un estadio precoz y tomar las acciones necesarias para conseguir reducir los síntomas y ralentizar el avance del deterioro tanto cognitivo, como emocional, conductual y social que produce esta enfermedad.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa crónica y el tipo de demencia más  frecuente, representando entre el 60% y el 80% de todos los casos. Y los estudios pronostican que la cifra de personas afectadas por esta patología seguirá en aumento: según la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) el número de pacientes afectadas por el Alzheimer en España supera el 1,2 millones de personas y que en 2050 el número de enfermos se acercará a los dos millones de personas.

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El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa crónica y el tipo de demencia más  frecuente

Tal y como advierten desde Qida, los datos no solo indican que esta enfermedad será creciente en España, sino que también en el resto de países. La OMS calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un momento determinado. Además, indica que la demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas y se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050.

Hábitos que pueden ayudar a prevenir el Alzheimer

Para tratar de evitar alcanzar esta alta prevalencia, Virginia Martín, Psicóloga especializada en Psicogerontología y Referente Social en Qida, señala que «existen diferentes acciones y cambios de hábitos que nos pueden ayudar a prevenir el Alzheimer como adoptar una dieta variada y equilibrada, realizar ejercicio físico de manera regular, controlar los factores de riesgo cardiovascular (colesterol, hipertensión, diabetes, obesidad y tabaquismo), mantener un peso saludable y un sueño reparador, así como evitar el estrés crónico y evitar el tabaquismo»

La experta recalca que «es clave mantener activa la mente, ofreciéndole desafíos que requieran de un esfuerzo y aprendizaje como aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento, realizar algún taller o realizar actividades de estimulación donde se trabaje atención, memoria o lenguaje. Además, también es muy importante mantener activa una vida social para mantener las conexiones neuronales activas». Todos estos hábitos mejoran la calidad de vida y bienestar de la persona, además de servir como método de prevención del Alzheimer, afirma la Psicóloga.

Herramientas y recursos útiles para la gestión del Alzheimer

El abordaje de la patología de Alzheimer es fundamental tanto para el cuidador profesional como para el cuidador informal, ya que muchas veces la persona cuidada no es consciente de su estado y es la familia quien percibe el deterioro progresivo, esencial para el acompañamiento de la persona que lo padece.

En este sentido, Virginia Martín recomienda que «como cuidador debemos ante todo saber cómo comunicarnos o relacionarnos con el usuario que padece Alzheimer». Los expertos de Qida recuerdan que existen numerosas herramientas y recursos útiles para la gestión del Alzheimer como:

  • Buscar temas de interés que motiven a la persona o pedirle la opinión sobre actividades a realizar, lo que promoverá que sus funciones cognitivas se estimulen y ayudará a mantener el sentido de autonomía e independencia.
  • Dar tiempo a que la persona intervenga y se exprese. Es importante no terminar sus frases a no ser que suponga un bloqueo y, entonces, se puede intervenir para ofrecer ayuda.
  • Utilizar todos los sentidos para ayudar a recordar e iniciar una conversación.
  • Mostrar fotos antiguas para recordar y evocar situaciones placenteras. 
  • Utilizar la música que le gusta como medio de expresión de sentimientos y para evocar palabras y recuerdos.
  • Utilizar el juego para comunicarse e interaccionar con los demás.
  • Usar una comunicación verbal suave y pausada y comunicarse de manera sencilla.
  • Incluir al usuario en las conversaciones en las que él/ella pueda participar. 

Virginia Martín concluye señalando que «todas estas herramientas y recursos van a facilitar la comunicación, van a aportar seguridad y reforzar la autonomía y calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad».