Con el objetivo de favorecer envejecer disponiendo de la máxima calidad de vida y la mejor atención sanitaria y social nace Barcelona Aging coLLaboratory (BALL), el primer Living Lab de Cataluña centrado en aportar soluciones innovadoras a las personas mayores.

El envejecimiento de la población catalana sigue creciendo a un ritmo acelerado y se calcula que en 2050 una de cada tres personas tendrá más de 65 años. Asimismo, según datos del Instituto de Estadística de Cataluña, si el actual modelo de atención no cambia, el índice de dependencia de las personas mayores también aumentará, del 28,9 %, en 2021, hasta el 44,3%, en 2040.

Ante la necesidad de desarrollar soluciones innovadoras que avancen hacia un envejecimiento activo y saludable, y que consideren la edad avanzada una oportunidad para conseguir una sociedad más inclusiva y, al mismo tiempo, potenciar la economía, nace el Barcelona Aging coLLaboratory (BALL).

geriatricarea Barcelona Aging coLLaboratory BALL
El primer proyecto del BALL es un robot humanizado que ayudará a los pacientes que no pueden alimentarse por sí mismos

El Living Lab ha sido impulsado por diez entidades de renombre que representan los principales ámbitos de la sociedad catalana:

  • salud (Parc Sanitari Pere Virgili y Vall d’Hebron Instituto de Investigación)
  • robótica (Institut de Robòtica i Informàtica Industrial, CSIC-UPC)
  • universidad (Universidad Ramon Llull, con la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna y el Institut Borja de Bioètica, y Universitat Oberta de Catalunya), social (Fundación iSocial)
  • empresa privada (Grupo Efebé, Qida y UniversalDoctor)
  • asociaciones de personas mayores (Fatec Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Cataluña).

Este proyecto opera bajo el modelo de innovación que se conoce como cuádruple hélice, donde diferentes entidades y miembros de una comunidad (ciudadanía, empresa, centros de conocimiento y Administración) se unen para construir juntos soluciones que sean capaces de promover el crecimiento socioeconómico del territorio.

Tal y como destaca el doctor Marco Inzitari, director de Atención Integrada e Investigación del Parc Sanitari Pere Virgili, responsable del grupo de investigación en Envejecimiento, Fragilidad y Transiciones en Barcelona del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y profesor de la UOC, “el BALL es un espacio o metodología de cocreación que involucra a las personas mayores desde un principio, en el diseño, desarrollo, implementación y evaluación de productos y servicios destinados a potenciar su autonomía, integrándolos en la comunidad y reducir dependencias y cronicidades.

El Dr. Inzitari, que es uno de los ideólogos y promotores del proyecto, indica que “en un momento en el que cada vez aumenta más la esperanza de vida, pero no la calidad, el objetivo final del Living Lab es poner a las personas en el centro y que tomen el control de su salud y de su vida.

Un robot humanizado para ayudar a alimentarse

BALL tiene su sede en el Parc Sanitari Pere Virgili y ya ha puesto en marcha su primer proyecto: un robot humanizado que ayudará a aquellas personas que no pueden alimentarse por sí mismas.

Este robot se está cocreando con los usuarios finales para poder ofrecerles una solución que se adapte a sus demandas. En este sentido, además de dotar a los pacientes de una herramienta personalizada y de una mayor autonomía, el robot permitirá automatizar una de les tareas más complejas de la logística asistencial de los hospitales y centros residenciales, y reducir la sobrecarga del personal sanitario, optimizando el tiempo y la calidad del servicio.

Diseñado por investigadores del Institut de Robòtica i Informàtica Industrial -en el marco del Laboratorio Abierto de Robótica Asistencial (LabORA)- y profesionales del Parc Sanitari Pere i Virgili, ha contado, en su creación, con la implicación de todas las instituciones que forman parte del Living Lab. Próximamente, pacientes del Parc Sanitari con diferentes dificultades que les impiden comer de manera autónoma participarán en la primera prueba piloto de este prototipo de robot humanizado que se realiza en un entorno real, el hospitalario, que es donde se aplicará inicialmente el robot.

En esta fase de test, un grupo de profesionales realizará entrevistas a las personas mayores atendidas para comprobar su grado de satisfacción, además de observar de cerca las reacciones no verbales durante la prueba. A día de hoy, el robot es muy sencillo pero, en un futuro, entre otras funciones, podrá reconocer los gestos faciales de la persona mayor e interactuar verbalmente con ella.

A juicio sus creadores, el robot debe contribuir a mejorar la autonomía relacional de los pacientes durante las comidas, proporcionando una mayor posibilidad de elección (en el ritmo, tipo y cantidad de comida), una mejor imagen de uno mismo (incrementando la autoconfianza durante la hora de comer) y un mayor margen en la esfera dialógica (favoreciendo formas de negociación sobre cómo y qué se come).

Otra ventaja que tendrá el uso del robot es que los profesionales asistenciales podrán obtener muchos más datos relativos al estado nutricional actual de la persona mayor, lo que permitirá personalizar más la atención sanitaria y social, adaptándola a las necesidades y características de cada persona.

También debe tenerse en cuenta que la administración de las comidas genera un entorno de alta presión por la carga de dependencia de las personas mayores, y más aún ante el incremento del número de personas hospitalizadas con mayor grado de dependencia y por la escasez de profesionales en los centros.

En este sentido, el director de Atención Integrada e Investigación del Parc Sanitari Pere Virgili incide en que «nuestro objetivo con el robot es poder dispensar un trato más cuidadoso y personalizado a los pacientes, y reducir el estrés del personal sanitario». Además, este robot será un soporte y no un sustituto del personal asistencial, por lo que nunca se dejará el robot solo con la persona mayor.

Josep Carné, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Cataluña, explica que “aunque la idea de un robot que dé de comer a personas mayores nos echó atrás inicialmente, no podemos dar la espalda a los avances tecnológicos y más si tienen la finalidad de ser una ayuda”. Asimismo, Carné considera que el hecho de que las personas usuarias desempeñen un papel clave en la definición de las características que debe tener el robot es muy positivo.

Detectar retos relacionados con el envejecimiento

La sede física de Barcelona Aging coLLaboratory (BALL) se llevarán a cabo diferentes dinámicas participativas. Así, a partir de reuniones de brainstorming con todos los actores relacionados con el envejecimiento (pacientes, profesionales, instituciones de investigación, administración pública, empresas privadas, etc.) se detectarán retos relacionados con este ámbito. También se realizarán sesiones con el fin de encontrar soluciones innovadoras a estos retos y dinámicas participativas para desarrollarlas con el usuario final.

Los impulsores del primer Living Lab centrado en envejecimiento, que se inauguró oficialmente en noviembre, lo ponen a disposición de las administraciones públicas, de las entidades y el tejido asociativo, de las empresas y de los ciudadanos para recoger sugerencias y propuestas de colaboración estimulantes y rompedoras en el ámbito del envejecimiento.