Es habitual que las personas que cuidan diariamente de familiares en situación de dependencia pueden sentirse cansadas o sobrecargadas física y emocionalmente, a causa de la falta de tiempo para atenderse a sí mismas. Por este motivo, es muy importante que se facilite su descanso, advierten desde Accent Social.

A este respecto Leila Garcia, gerocultora del Centro de Día de Montcada i Reixac, gestionado por Accent Social, señala que «para cuidar, también hay que cuidarse. Los cuidadores o cuidadoras no profesionales tienen que aprender a detectar los primeros síntomas de cansancio o estrés para evitar que empeoren».

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Acudir a un Centro de Día permite a las personas cuidadoras de personas con situación de dependencia cuidarse para cuidar

Una buena manera de hacer posible este descanso es acudir a un centro de día. En él, las personas con situación de dependencia pueden pasar una parte del día y después volver a su casa. De este modo, se favorece el descanso y se gestiona mejor el tiempo de los y las familiares que habitualmente se encargan de su atención, así como también se contribuye al máximo bienestar de las personas usuarias.

En este sentido, la figura del y de la profesional deviene esencial: «ofrecemos un acompañamiento personalizado tanto para la persona usuaria, como para su familia. Creemos que si conocemos su historia vital y su situación actual, podremos ofrecer el acompañamiento más adaptado posible a sus necesidades», añade Leila.

Más allá del descanso, los centros de día también ofrecen a las personas usuarias otros múltiples beneficios. Se trata de un espacio donde pueden realizar varias actividades físicas, lúdicas y culturales que, planificadas por el equipo de profesionales, ayudan a fomentar su bienestar emocional y fortalecer el vínculo entre el familiar y la persona con dependencia. Además, los centros de día también permiten establecer nuevas relaciones sociales con otras personas usuarias y reforzar las habilidades comunicativas.

Un ejemplo es María Rosa, hija de la señora María, usuaria del Centro de Día de Montcada i Reixac: «Desde que mi madre va al centro, está mucho más alegre. Me habla de todas las actividades que hace allá y de cómo de bien la trata el equipo de profesionales», explica María Rosa. «Yo aprovecho este tiempo para llevar a cabo otras actividades que, si no, no podría hacer, con la tranquilidad de saber que está muy bien atendida y que puedo contactar con el centro siempre que lo necesito».

«Sé que allá recibe una atención que la ayuda a conseguir unos objetivos determinados, como por ejemplo mejorar su motricidad o reforzar la estimulación cognitiva», añade. Para acabar recalca que «gracias a haber acudido al centro, cuando pasamos tiempo juntas, este es de más calidad. Pasar horas separadas hace que tengamos más cosas para explicarnos y que valoramos más los ratos compartidos».

En este contexto, los Centros de Día supone también un acompañamiento para las familias, y desde Accent Social recuerdan que, para proporcionar una mejor atención a las personas, hay que disponer de tiempo para cuidar de uno mismo.