Las personas con enfermedades inflamatorias inmunomediadas sufren más comorbilidades, siendo más frecuente las afecciones cardiovasculares, así como trastornos del estado de ánimo, osteoporosis o infecciones, tal y como se expuso en el durante el IV Curso Multidisciplinar en Reumatología, Dermatología y Enfermedad Inflamatoria Intestinal organizado por la Sociedad Española de Reumatología.

Tal y como advirtieron los expertos que se dieron cita en este Curso, los pacientes con enfermedades inflamatorias inmunomediadas (IMID) crónicas tienen más comorbilidad que la población general siendo las más frecuentes las enfermedades cardiovasculares que, a su vez, suponen una causa importante de mortalidad en dichos pacientes. De ahí la importancia de prevenirlas con el objetivo de reducir la inflamación crónica para conseguir mejores resultados.

geriatricarea enfermedades inflamatorias inmunomediadas
En la imagen, los Dres. José Antonio Pinto y José Francisco García Llorente, coordinadores del IV Curso SER Multidisciplinar en Reumatología, Dermatología y Enfermedad Inflamatoria Intestinal

Además, la Dra. Cristina Fernández Carballido, reumatóloga del Hospital Universitario San Juan de Alicante, señaló que “también son habituales los trastornos del estado de ánimo, la osteoporosis o las infecciones, y no es raro que el paciente presente varias comorbilidades simultáneamente. Además, los pacientes con multimorbilidad tienen una enfermedad más grave y peores resultados de salud”.

En el marco del IV Curso Multidisciplinar en Reumatología, Dermatología y Enfermedad Inflamatoria Intestinal organizado por la Sociedad Española de Reumatología, con la colaboración de Pfizer, la especialista del Hospital San Juan de Alicante recalcó que “el aumento de la comorbilidad en estos pacientes tiene varias causas, siendo las más importantes la inflamación persistente y la presencia de factores de riesgo no corregidos. Por eso es importante que la inflamación esté adecuadamente controlada evitando, en la medida de lo posible, que aparezcan brotes o que persista de manera prolongada cierto grado de inflamación residual”.

En este sentido, la Dra. Fernández Carballido señaló que “cada vez hay más evidencias que sugieren que el adecuado tratamiento de la inflamación puede conseguir una reducción de la comorbilidad, por lo que es fundamental un control óptimo y estrecho de la actividad de la enfermedad”.

En su opinión, “todos los profesionales sanitarios implicados en el manejo de estos pacientes deben ser conscientes de que ciertas comorbilidades son más frecuentes, ya que lo primero y más importante es la detección de éstas y de sus factores de riesgo. Una vez detectadas, hay que corregir antes que nada los factores de riesgo que son modificables (ya que algunos como el tabaquismo, o la obesidad aumentan el riesgo de múltiples comorbilidades, especialmente enfermedades cardiovasculares y cánceres, y reducen la respuesta a los tratamientos)”.

Asimismo, “es importante reforzar la necesidad de adoptar un estilo de vida saludable, para conseguir un mejor control tanto de las comorbilidades como de la propia enfermedad inflamatoria”, indicó la experta, que también hizo hincapié en la importancia de que, si las comorbilidades se pueden beneficiar de tratamiento, éste se inicie y se controle la respuesta al mismo.

Según un estudio realizado en el año 2016 para valorar la prevalencia de las enfermedades mediadas por el sistema inmune en nuestro país, se estableció que el porcentaje de pacientes afectados por las diez IMIDs más importantes estaba en torno al 6%, lo que supone más de 2,5 millones de personas afectadas en España. De todas ellas, la psoriasis era la más frecuente, siendo el 2,69%, mientras que el conjunto de los pacientes con artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, y lupus casi igualaban esta misma prevalencia.