La Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMG) presenta una nueva guía de práctica clínica basada en pruebas de Alzheimer’s Association. Ofrece recomendaciones actualizadas sobre la evaluación de personas con sospecha de padecer la enfermedad de Alzheimer y trastornos neurodegenerativos relacionados con esta enfermedad, tanto en atención primaria como especializada.

Para la elaboración de este documento, que supone la primera actualización desde 2001 para especialistas y la primera guía para médicos de atención primaria, un grupo de trabajo de expertos representantes de la atención primaria y especializada revisó, mediante un procedimiento Delphi modificado, 7.374 publicaciones sobre Alzheimer, de las cuales 133 cumplían los criterios de inclusión.

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Esta guía contribuye a un diagnóstico precoz y preciso del Alzheimer

Las directrices incluyen 19 recomendaciones prácticas que pueden aplicarse en cualquier contexto profesional. El Dr. Jesús Mª López Arrieta, del Grupo de Deterioro Cognitivo SEMEG, las resume en:

  • Evaluación inicial, que informe de cambios cognitivos, conductuales o funcionales.

  • Comunicación enfocada en el paciente, estableciendo objetivos compartidos con él o su familia para el proceso de evaluación y evaluar la capacidad del paciente para participar en el logro de objetivos.

  • Establecer un diagnóstico, mediante un enfoque escalonado de las evaluaciones y pruebas individuales y los factores de riesgo, con el objetivo de determinar el grado de deterioro, el síndrome cognitivo conductual y las probables causas y factores contribuyentes.

  • Anamnesis, recogiendo información fiable de los informantes sobre los cambios en la cognición, las actividades de la vida diaria, el estado de ánimo, los síntomas neuropsiquiátricos y las funciones sensoriales y motoras.

  • Exploración exhaustiva de la cognición, el estado de ánimo, el comportamiento y una evaluación neurológica utilizando herramientas validadas.

  • Pruebas de laboratorio escalonadas e individualizadas, comenzando con pruebas habituales para todos los pacientes.

  • Imágenes estructurales del cerebro, preferiblemente RM; TC como alternativa para ayudar a establecer una causa.

  • Comunicación continua con el paciente o su cuidador para guiarle a lo largo del proceso diagnóstico.

  • Revelación del diagnóstico, compartiendo los hallazgos de forma sincera y cuidadosa, explicando el síndrome, su gravedad, la causa probable, el pronóstico, las opciones de tratamiento y los recursos de apoyo.

  • Derivación a especialistas de los pacientes con síntomas atípicos, inciertos, de inicio temprano o de progresión rápida a un subespecialista en demencia.

  • Pruebas neuropsicológicas. Como mínimo, incluyendo pruebas normalizadas de aprendizaje y la memoria, en particular, el recuerdo y reconocimiento diferido libre y asistido, la atención, la función ejecutiva, la función visuoespacial y el lenguaje.

  • Pruebas diagnósticas complementarias. Cuando persista la incertidumbre diagnóstica, obtener pruebas de laboratorio adicionales adaptadas a los perfiles individuales de los pacientes.

  • Imagen molecular, si persiste la incertidumbre respecto a las causas, un especialista en demencia puede solicitar una tomografía por emisión de positrones (PET) con fluorodesoxiglucosa para mejorar la precisión diagnóstica.

  • Análisis del líquido cefalorraquídeo para evaluar los perfiles de beta amiloide y tau en casos con incertidumbre diagnóstica no resuelta.

  • Imágenes PET de amiloide si persiste la incertidumbre diagnóstica tras otras evaluaciones.

  • Asesoramiento y pruebas genéticas en pacientes con antecedentes familiares autosómicos dominantes e involucrar a un asesor genético.

Tal y como señala este especialistas de la SEMG. estas directrices orientan a los médicos en la evaluación de las quejas de memoria, que podrían tener muchas causas subyacentes. Ese es el punto de partida necesario para un diagnóstico precoz y preciso del Alzheimer.

En las nuevas directrices no se abordan los biomarcadores sanguíneos porque, aunque comercializados, no están listos para su uso. No obstante, las recomendaciones se revisarán cuando sea necesario y suponga un nuevo avance diagnóstico.