Un artículo de Fundación Siel Bleu
En las comunidades de personas mayores, cada pequeño gesto cuenta. Una conversación, una mirada, una canción compartida o… ¡Una sesión de actividad física adaptada!
Desde la Fundación Siel Bleu, llevamos más de 20 años trabajando en centros de toda España y del resto de Europa, y lo vemos cada día: el ejercicio físico no solo fortalece el cuerpo, sino que también alegra el alma. Y, por si fuera poco, es una herramienta sencilla, económica y poderosa para mejorar el bienestar emocional de las personas mayores, en esta delicada etapa de la vida.
Como explica Guillaume Lefebvre, Director general de la Fundación en España, “está de demostrado que el movimiento incide directamente en el estado de ánimo de los mayores, ayudando a combatir la soledad no deseada, a aliviar el dolor crónico, a mejorar el descanso nocturno y, en muchos casos, incluso a reducir el uso de fármacos”.

Hay estudios clínicos que así lo constatan, como el de “Asociaciones entre la soledad y la fragilidad física en adultos mayores que viven en la comunidad: una revisión sistemática y un metaanálisis”, publicado en 2022, por la revista científica Ageing Research Reviews. Entre otras conclusiones, el estudio encontró que existe una asociación directa entre la soledad no deseada y presentar signos de fragilidad física en personas mayores. Los investigadores, por tanto, sugirieron que reducir la soledad podría ser una estrategia útil para prevenir o retrasar la fragilidad física, lo que tiene implicaciones importantes para la salud pública y las políticas de envejecimiento activo.
Romper la soledad a través del movimiento
La soledad no deseada es una de las grandes pandemias silenciosas de nuestra época, especialmente, entre las personas mayores institucionalizadas. En muchas ocasiones, aunque rodeados de personas, nuestros mayores se sienten solos. Mientras que la actividad física, especialmente, cuando se realiza en grupo, se convierte en una poderosa herramienta de conexión.
Las sesiones que organizamos desde la Fundación Siel Bleu están diseñadas no solo para activar el cuerpo, sino también para fomentar las relaciones sociales. Se habla, se ríe, se crea una rutina compartida… Esa interacción fortalece los lazos sociales y ofrece una sensación de pertenencia que impacta directamente en el estado de ánimo.
Como dijo una usuaria de la residencia de la Sagrada Familia de Madrid, “estas actividades me hacen sentir viva. Disfruto cada momento y me encanta compartir tiempo de calidad con mis compañeros«. Y no es un caso aislado: estudios demuestran que los programas de actividad física grupal mejoran la autoestima, reducen los síntomas de ansiedad y depresión, y favorecen la integración en la vida del centro.
Aliada frente al dolor crónico
Dolores articulares, enfermedades reumáticas, fibromialgia… El dolor crónico es una constante en la vida de muchos mayores. Y aunque el tratamiento farmacológico es importante, cada vez más médicos y fisioterapeutas recomiendan complementar —o incluso sustituir— algunos fármacos por ejercicio físico adaptado.
La actividad moderada, orientada por profesionales del deporte, estimula la liberación de endorfinas, que actúan como analgésicos naturales. Además, mejora la movilidad y la fuerza muscular, lo que reduce la percepción del dolor y evita el deterioro físico que tanto limita la autonomía.
Pero para que hagan ejercicio, los residentes deben disfrutar de las sesiones y hay que adaptarlas a su estado físico. Y eso es lo que hacemos nosotros, como así lo explica Olga Bayón, que es la Directora de la residencia Sagrada Familia de Madrid, “les encanta realizar ejercicios en grupos, con el material que aportáis, como el paracaídas, los bolos… Se nota que vuestros técnicos reciben formación constantemente y saben cómo trabajar con personas mayores que tienen diferentes perfiles físicos y cognitivos”.
Menos pastillas, más calidad de vida
Los enfermos están acostumbrados a la medicación, que es un reto importante en el ámbito geriátrico. Muchos residentes toman diariamente varios fármacos para dormir, para la ansiedad, para el dolor, para la presión arterial… Pero en algunos casos, la solución no está solo en una pastilla, sino en una rutina de actividad física bien diseñada.
Estudios recientes indican que el ejercicio regular puede reducir la necesidad de medicación ansiolítica y anti depresiva, ya que favorece la regulación hormonal y mejora el bienestar general. Además, el movimiento regular mejora la circulación, fortalece el sistema inmunológico y contribuye a un mejor funcionamiento cognitivo.
Como explica Lefebvre, “desde la Fundación Siel Bleu promovemos el ejercicio físico desde un enfoque preventivo como un tratamiento no farmacológico, siempre complementario y supervisado por profesionales. No se trata de sustituir tratamientos, sino de sumar calidad de vida, con herramientas accesibles y sin efectos secundarios”.
Dormir mejor gracias al ejercicio
El insomnio es otro de los grandes enemigos del bienestar emocional en las personas mayores. La falta de sueño afecta al humor, a la energía, al apetito y a la memoria. En cambio, quienes mantienen una rutina activa durante el día, duermen mejor por la noche.
El ejercicio físico ayuda a regular los ritmos circadianos, a liberar tensiones y a preparar el cuerpo para el descanso. En nuestras sesiones en residencias incorporamos dinámicas que combinan movimiento con técnicas de relajación, estiramientos y respiración consciente. Los resultados son claros: residentes que antes daban vueltas en la cama ahora disfrutan de noches más tranquilas y de mañanas con mejor ánimo.
Una apuesta por el bienestar emocional
Incorporar programas de actividad física adaptada en residencias no solo mejora la salud física de los mayores, sino que también eleva su calidad de vida y su estado emocional. Desde la Fundación Siel Bleu animamos a todos los directores y directoras de residencias a integrar esta herramienta en su modelo de atención. No se trata de hacer deporte de alto rendimiento, sino de redescubrir el placer del movimiento, a cualquier edad y condición.
Porque moverse no es solo una cuestión de salud, es una forma de vivir mejor. Y en nuestras manos está ofrecer esa oportunidad, esa calidad de vida y autonomía, a quienes más lo necesitan.