La fisioterapia geriátrica se consolida como una herramienta esencial para mejorar la movilidad, reducir el dolor y preservar la autonomía de las personas mayores. Los planes personalizados en residencias y centros de día fomentan su bienestar físico, emocional y social.

La fisioterapia geriátrica se ha consolidado como un recurso asistencial imprescindible para promover el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores. Desde Accent Social destacan el papel esencial que desempeñan los y las fisioterapeutas en los servicios de atención a personas mayores, tanto en centros de día como en residencias, donde contribuyen a fomentar un envejecimiento más saludable, más activo, más seguro y con menos dolor.

Geriatricarea- fisioterapia geriátrica

El envejecimiento conlleva cambios naturales en el cuerpo que pueden afectar la movilidad, el equilibrio, la coordinación, la densidad ósea, la postura y la fuerza muscular. Ante esta situación, la fisioterapia geriátrica ofrece un enfoque integral, terapéutico y preventivo, con el objetivo de preservar la funcionalidad y la independencia de las personas usuarias el máximo tiempo posible.

En este sentido, Juan José Bello, fisioterapeuta de la residencia Fort Pienc del Ayuntamiento de Barcelona, gestionada por Accent Social, destaca que «la práctica de ejercicio y la fisioterapia tienen un impacto muy positivo en la vida de los y las residentes, sobre todo en aquellas personas que ganan la autonomía necesaria para hacer o recuperar actividades básicas del día a día: desde ir a comprar, salir a tomar el sol a la plaza o, simplemente, dejar de tener dolor o tener menos».

El jercicio físico adaptado

Siguiendo la metodología de Atención Integral Centrada en la Persona que aplican en los centros gestionados por Acento Social, los y las fisioterapeutas trabajan de manera coordinada con equipos interdisciplinarios para evaluar:

  • el estado físico
  • la historia clínica
  • el nivel de dolor
  • la movilidad
  • los objetivos personales de cada usuario y usuaria

A partir de esta valoración, se diseñan planes de trabajo personalizados que tengan en cuenta todas las dimensiones de la persona, con la intención de reducir el dolor crónico y mejorar no solo su salud física, sino también su bienestar emocional y social.

Erik Del Rio, fisioterapeuta del Centro de Día de Montcada i Reixac, gestionado por Accent Social, explica que «muchas personas usuarias vienen con ganas de participar en las sesiones porque saben que, después, se sentirán mejor, más ágiles y con más energía«. Asimismo, muchos de los y las usuarias declaran tener «menos dolor», especialmente después de los tratamientos con termoterapia y terapia manual.

Beneficios clave de la fisioterapia geriátrica

Del Río explica que «la práctica de ejercicio tiene un impacto muy positivo para las personas usuarias, ya que mejora su autoestima, les genera sensación de bienestar y reduce la sensación de aislamiento». Los beneficios más destacados son:

  • Alivio del dolor crónico: artrosis, retracciones musculares, hombros congelados, etc.
  • Prevención de caídas y lesiones: ejercicios de equilibrio, fuerza y coordinación.
  • Preservación de la autonomía personal: caminar, vestirse, alimentarse, etc. En el caso de las personas con deterioro cognitivo, la fisioterapia permite estimular su parte motora.
  • Mejora de la fuerza, la flexibilidad y la movilidad articular.
  • Estimulación de la capacidad respiratoria y circulatoria.
  • Mejora del estado de ánimo, de la calidad del sueño y de la vitalidad.
  • Recuperación funcional tras intervenciones quirúrgicas o fracturas.
  • Fomento de la socialización: actividades grupales que generan vínculos y combaten la soledad.

En los centros de día y residencias gestionados por Accent Social, se promueven actividades como:

  • Gimnasia suave adaptada en grupo: circuitos de movilidad, psicomotricidad, trabajo de marcha, etc.
  • Sesiones individuales adaptadas: readaptación de la marcha, movilizaciones pasivas y estiramientos.
  • Ejercicios en el gimnasio: pedaleros, poleas, hombreras, circuitos de escalera-rampa, etc.
  • Ejercicios con música: sesiones alegres que estimulan la coordinación y la expresión corporal.

En conclusión, la fisioterapia geriátrica es una disciplina que no solo cuida el cuerpo, sino que transforma vidas. Con cada ejercicio, cada palabra de aliento y cada gesto de cuidado, los y las fisioterapeutas ayudan a las personas mayores a vivir con más autonomía, dignidad y bienestar.