A pesar de que más del 80% de los especialistas españoles consideran fundamentales las pruebas de biomarcadores para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, solo el 16,1% de los pacientes acceden a ellas. En el conjunto de países analizados en el informe Adelphi DSP, solamente el 15,2% de los pacientes accedió a pruebas de biomarcadores para confirmar la patología específica.
Estos datos se extraen de la Adelphi Real World Dementia Disease Specific Programm (Adelphi DSP), una encuesta multinacional y transversal realizada Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido, Japón y Estados Unidos a médicos que tratan a pacientes con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer, cuyos resultados se han dado a conocer durante la Alzheimer Europe Conference 2025.

El Alzheimer afecta a aproximadamente 6,9 millones de personas en Europa, unas 800.000 en España, y se prevé que esta cifra casi se duplique para 2050 debido al envejecimiento de la población. Sin embargo, los expertos advirtieron durante la Alzheimer Europe Conference 2025 que la enfermedad de Alzheimer y las demencias siguen estando infradiagnosticadas, lo que impide a los pacientes acceder a opciones de tratamiento y cuidados.
Como afirmó Lutz Frölich, jefe del Departamento de Psiquiatría Geriátrica del Central Institute of Mental Health y catedrático de la Facultad de Medicina de Mannheim en la Universidad de Heidelberg (Alemania), durante la presentación de este informa, “la ciencia ya nos ha proporcionado soluciones para manejar la enfermedad de Alzheimer de forma más eficaz en sus fases iniciales, con el potencial de reducir la carga de la enfermedad. Pero esto solo será posible si conseguimos agilizar el diagnóstico y garantizar un acceso oportuno y equitativo a la atención para todas las personas afectadas por esta enfermedad”.
La limitación en el acceso se suma a los retrasos en el diagnóstico, ya que debido a los retrasos considerables en el proceso de derivación, el tiempo medio hasta el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se duplica, alcanzando los cinco meses. Destaca el caso de España y Francia, donde los pacientes pueden esperan entre seis y siete meses para conseguirlo.
Cuando es posible que el diagnóstico lo realice el médico de Atención Primaria, el proceso es más ágil, lo que refuerza el papel clave de este nivel asistencial en la detección, evaluación y manejo del deterioro cognitivo leve y la demencia por enfermedad de Alzheimer. Aun así, la derivación a Neurología sigue siendo lenta. En España no se remite con la suficiente rapidez al 30,8% de los pacientes con demencia leve y al 34,6% de quienes presentan deterioro cognitivo leve.
Un diagnóstico preciso y a tiempo es esencial
En cualquier caso, la encuesta Adelphi DSP destaca que el 61% de los especialistas señala que la principal barrera para es el retraso en la búsqueda de ayuda de los pacientes por estigma asociado a la enfermedad, y el 43% afirmó que los pacientes tardaban en ir a consulta porque no distinguían entre el envejecimiento normal y el deterioro cognitivo del Alzheimer. En España, esta percepción alcanza el 44% en demencia leve y el 26,2% en deterioro cognitivo leve.
“Estos resultados dibujan un panorama profundamente preocupante sobre el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer en Europa y reflejan, tristemente, la experiencia de muchos pacientes y familias, que a menudo permanecen demasiado tiempo sin respuestas”, afirmó Jean Georges, director ejecutivo de Alzheimer Europe.
Los síntomas más comunes que motivan una consulta diagnóstica son pérdida de memoria a corto plazo, las dificultades de concentración/atención y los problemas para recordar nombres o palabras. Aunque suelen ser detectados en primera instancia por un familiar, el estigma y la falta de conocimiento contribuyen al retraso en la búsqueda de ayuda.
“Las terapias emergentes dirigidas al Alzheimer ofrecen esperanza para frenar su progresión y retrasar la necesidad de servicios de cuidados. Pero esta posibilidad depende de la detección temprana, ya que aproximadamente un tercio de los individuos en fases sintomáticas iniciales de la enfermedad avanzará a etapas clínicas más graves en el plazo de un año”, advirtió el doctor Stéphane Epelbaum, vicepresidente asociado de Asuntos Médicos Internacionales en Eli Lilly.
A su juicio, “el diagnóstico preciso y a tiempo es esencial para que los pacientes puedan acceder a la próxima generación de cuidados en la enfermedad de Alzheimer”.