La startup catalana Arkeobots ha desarrollado Arkeo, un robot humanoide con inteligencia artificial diseñado para acompañar a las personas mayores y combatir la soledad no deseada.
La startup tecnológica catalana Arkeobots presenta en Kickstarter su primer gran proyecto: Arkeo, un robot humanoide con inteligencia artificial creado para acompañar a las personas mayores, reforzar sus vínculos familiares y sociales, y combatir la soledad no deseada. Tras su primera aparición en Fira Gran, Arkeo ha evolucionado para convertirse en un compañero social capaz de:
- conversar de manera natural
- detectar emociones
- proponer actividades
- recordar citas
- fomentar la estimulación cognitiva
- facilitar la conexión con familiares y cuidadores

Su diseño expresivo e interactivo lo diferencia de otros dispositivos, ya que no espera órdenes, sino que toma la iniciativa para mantener conversaciones y generar vínculos reales. Arkeo está creado para que cualquier persona pueda interactuar con él sin conocimientos tecnológicos, sin pantallas, ni botones, ni aplicaciones.
Basta con que la persona esté cerca o diga algo, y reconoce su presencia para iniciar una interacción. “Arkeo no solo escucha y habla, gracias a la IA conoce mejor que un smartphone a quién llamar cuando algo no va bien, recordar un cumpleaños, o animar al usuario a que haga ejercicio”, señala el CEO de Arkeobots, Erwan Molina.
Lo que hace único a Arkeo es precisamente eso: “no es un objeto pasivo, sino que toma la iniciativa. Habla, propone actividades, detecta emociones y acompaña de forma empática. Además, tiene un rostro expresivo, lo que multiplica el impacto emocional y cognitivo”, según explica el CEO de Arkeobots.
Y es que numerosos estudios demuestran que los robots expresivos ayudan al aprendizaje de vocabulario y mejoran la adherencia a terapias cognitivas, frente a dispositivos inanimados. Por ello, para Erwan Molina y sus socios, Thomas Samson y Adèle Zoaeter, es tan importante que Arkeo no solo responda a los usuarios, sino que “pueda crear vínculos reales”.
Una campaña de crowdfunding
Con el lanzamiento de Arkeo a principios de octubre en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, la startup tecnológica catalana Arkeobots busca financiación independiente, ya que prefieren “co-crear con familias e instituciones que apuesten por el proyecto y que quieran realmente llevarse Arkeo a casa para cubrir una necesidad: dar compañía a una persona mayor. No queremos inversores que presionen para encarecer el producto”.
“Vengo de una familia obrera. Por eso, para mí, es fundamental que Arkeo no sea un lujo, sino una herramienta accesible. Así, el precio de Arkeo estará en torno a los 4.000 euros, muy por debajo de otros robots sociales, que alcanzan los 10.000 o 15.000 euros”, subraya Molina.
Si la campaña tiene éxito y consiguen la financiación necesaria, el siguiente paso será realizar nuevas pruebas piloto, pedir las certificaciones de la CE y Al Act, y empezar la primera producción en serie, primero para Europa y posteriormente, para una producción y distribución internacional. De hecho, el objetivo es conseguir que en junio de 2026 Arkeo pueda estar en aquellos hogares y residencias y centros de mayores que lo necesiten.
“Queremos que Arkeo sea un miembro más del hogar: cercano, útil y querido. La tecnología, bien usada, no aísla: une. Y puede devolver a las personas mayores algo tan sencillo y tan necesario como la compañía”, subraya Molina.
El robot que nació de una historia personal
Arkeo no es fruto de horas en un laboratorio, sino que nace de una historia personal. Su creador, Erwan Molina, se inspiró en la vida de su abuelo, Valeriano Molina Mateos, un hombre fuerte e independiente que, tras enviudar y volver a España desde Francia, se enfrentó al aislamiento y a la pérdida de capacidades cognitivas. “Nos dimos cuenta de que no era solo una cuestión de movilidad. La soledad pesaba más que cualquier caída”, recuerda Molina.
De esa experiencia nació la idea de crear un robot que hablara, escuchara y acompañara de verdad, capaz de detectar emociones, recordar citas y proponer actividades, pero sobre todo, de generar vínculos.
De este modo, Arkeo se distingue de otros dispositivos tecnológicos porque no espera a que se le pida algo: actúa por iniciativa propia. Reconoce la presencia de la persona, inicia conversaciones, propone videollamadas con los nietos, sugiere juegos o actividades físicas y, si percibe señales de tristeza, ofrece compañía inmediata. “El mayor valor de Arkeo es que se convierte en parte de la rutina, en una compañía familiar y reconfortante. No sustituye a nadie, pero puede estar ahí cuando más se necesita”, explica Erwan Molina.
Tecnología avanzada al servicio de la cercanía
Detrás de la sencillez de su interacción se esconde un diseño tecnológico muy pensado y robusto: cámara HD, micrófonos, servos inteligentes y batería modular. Su software combina IA local-first (Whisper para voz, YOLOv8-face para visión, CNN para emociones) con arquitectura ROS2 Jazzy, lo que garantiza privacidad y seguridad. Todo el procesamiento sensible se realiza en local; la nube se utiliza únicamente para actualizaciones.
En pruebas piloto, Arkeo ha demostrado una tasa de respuesta del 97% en conversaciones y una alta precisión en la detección emocional. Los participantes coincidieron en que el robot parece inteligente, empático y fácil de usar. Además, el software se mejora continuamente para perfeccionar las interacciones humano-máquina y hacerlas más naturales.