La artrosis es una enfermedad reumática muy frecuente. Se estima su prevalencia en torno al 29,35% en mayores de 40 años, lo que supone una afectación superior a los 7 millones de personas en España, y a más de 600 millones de personas en el mundo. Ocho de cada diez personas de 80 o más años padecen artrosis, siendo la tercera enfermedad crónica más común en la atención primaria de nuestro país.
Además, la artrosis se considera una de las principales causas de dolor crónico y discapacidad que se prevé aumentará de forma considerable en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población y a la epidemia de obesidad.

“Este último factor influye en gran medida, ya que se ha demostrado que el riesgo de sufrir artrosis en personas obesas puede aumentar entre 2 y 4 veces, especialmente artrosis de rodilla y cadera. Esto se debe tanto al mayor desgaste mecánico sobre las articulaciones que soportan carga como al efecto inflamatorio del tejido graso«, según advirtió el Dr. Cristóbal Orellana, reumatólogo del Hospital Universitari Parc Taulí (Sabadell, Barcelona).
Orellana añade que «este incremento también se ve en adultos jóvenes e incluso en adolescentes con obesidad, puesto que la combinación de sobrecarga e inflamación puede acelerar el desgaste articular desde edades tempranas”.
En el marco del V Curso de Artrosis de la Sociedad Española de Reumatología, celebrado con la colaboración de Grünenthal, el especialista también destacó que “el sobrepeso y la obesidad pueden influir en la eficacia de los tratamientos para la artrosis«.
Además, recalcó que «cuando hay un exceso de peso tratamientos como analgésicos, fisioterapia o infiltraciones pueden ofrecer alivio solo parcial o durante menos tiempo. Además, la inflamación asociada al tejido graso puede reducir la respuesta del organismo a algunos tratamientos haciendo más difícil controlar el dolor y la progresión de la enfermedad”.
Avances y perspectivas de futuro
En los últimos años la artrosis ha dejado de verse solo como “desgaste por la edad” para entenderse como una enfermedad compleja, en la que participan inflamación de bajo grado, cambios metabólicos, factores mecánicos y genéticos.
En este sentido, el prof. Francisco J. Blanco, de la Universidad de A Coruña y uno de los coordinadores del curso, indicó que “ha habido avances en el conocimiento de los mecanismos del dolor; así como en los distintos fenotipos: artrosis relacionada con obesidad y síndrome metabólico, post-traumática, inflamatoria, rápida y agresiva, etc., lo cual ayuda a personalizar el tratamiento y la prevención”.
En el marco de este el curso de la SER, el Dr. Blanco también puso de relieve la evidencia que respalda el papel del ejercicio terapéutico bien pautado (fuerza, aeróbico y propiocepción) y la pérdida de peso en artrosis de rodilla y cadera. A su juicio, “no son complementos: son el pilar del tratamiento. Los programas combinados de educación, ejercicio y autocuidados, a menudo en formato presencial o digital, han demostrado mejorar dolor, función y calidad de vida”.
Además, es importante luchar contra la desinformación y los falsos mitos relacionados con esta patología y hacer hincapié en los peligros de los tratamientos “milagro”, sin base científica, que generan falsas expectativas y gasto innecesario.