
Un artículo de Gonzalo Zárate,
director médico de Danone Nutricia
Uno de los desafíos más complejos al que nos enfrentamos como sociedad es cómo afrontamos el proceso de envejecimiento, especialmente cuando este viene acompañado de cambios en las capacidades cognitivas. El Deterioro Cognitivo Leve (DCL) es el estado intermedio entre el estado cognitivo normal y la demencia, y se manifiesta de forma gradual, pudiendo tener un impacto profundo en la calidad de vida de quienes lo padecen, impactando también a familias y entorno.
En nuestro país, afecta a tres de cada diez personas mayores de 65 años y, con el paso del tiempo, puede desencadenar en enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer. Por ello, resulta esencial la detección precoz y la intervención temprana para poder prevenir su avance.

Este abordaje precoz debería ser una responsabilidad compartida por parte de las instituciones públicas, profesionales sanitarios que acompañan a las personas mayores y del sector de la salud. En este sentido, en Danone Nutricia nos comprometemos a impulsar iniciativas con un impacto positivo en las personas con deterioro cognitivo leve que contribuyan a transformar el paradigma actual en una sociedad cada vez más longeva.
Para ello, como compañía con más de 125 años de experiencia, apoyamos estudios científicos que nos sirvan de base para el desarrollo, no solo de soluciones nutricionales innovadoras, sino también de materiales, herramientas y aplicaciones novedosas, tanto para cubrir las necesidades de los profesionales médicos, como de pacientes y su red de apoyo.
Para ello, resulta fundamental la colaboración interdisciplinar entre los distintos niveles de asistencia sanitaria y el abordaje compartido de los pacientes, reconociendo el inmenso valor que los profesionales sanitarios, como farmacéuticos, médicos de atención primaria, geriatras o neurólogos, aportan a nuestra sociedad, que cobra especial importancia cuando hablamos de personas de edad avanzada y con patologías como el DCL. Su formación y sensibilización resultan claves para detectar señales tempranas y acompañar a los pacientes y sus familias desde el primer momento.
Por ello, la puesta en marcha de campañas, como Pequeñas Lagunas, que busca transformar la manera en que se aborda el DCL, están teniendo un elevado impacto en la detección o temprana de este problema de salud.
Junto a este abordaje multidisciplinar, la evidencia científica, con estudios como MIND-AD, ha demostrado que la intervención multimodal permite una menor pérdida funcional y cognitiva en pacientes con este DCL. Esta estrategia contempla una correcta alimentación, ejercicio físico, entrenamientos cognitivos y la toma de Souvenaid, un alimento de uso médico especializado (AUME).
Esta intervención nutricional ha demostrado efectos positivos en la formación y mantenimiento de sinapsis cerebrales, sobre la neuroinflamación y la oxidación, contribuyendo así a preservar la cognición y la función en personas con DCL. Existen consensos de expertos internacionales y guías de práctica clínica de sociedades médicas nacionales y regionales, respaldados por más de 20 años de evidencia científica, que recomiendan su uso en estos pacientes.
Por último, las nuevas tecnologías y los sistemas de información se están incorporando al diagnóstico del DCL con resultados prometedores y esperanzadores. Un ejemplo de ello es la creación de aplicaciones, como MemorIA Gym, que ayuda a ejercitar la memoria y la salud cognitiva mediante el teléfono móvil o tableta.
Esta herramienta, basada en Inteligencia Artificial, genera una rutina diaria de estimulación cognitiva personalizada. El objetivo es contribuir a conservar durante el mayor tiempo posible las habilidades cerebrales de una manera cómoda y accesible para las personas mayores.