El 16,2% de los adultos mayores están en riesgo de soledad no deseada, según los resultados del informe ‘Redes Para la Vida’ de EmancipaTIC, asociación sin ánimo de lucro dedicada a reducir la brecha digital y fomentar la autonomía tecnológica de personas mayores y grupos en riesgo de exclusión. Esta investigación ha contado con el apoyo del Imserso y la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Santiago de Compostela.

Según este informe, en el que se ha encuestado a 1.000 mayores de 49 años, las tasas más altas de soledad no deseada se presentan en el grupo de mayores más joven. Así, el 23,8% de las personas entre 55 y 59 años aseguraron sentir un sentimiento de soledad, mientras que en el siguiente grupo de edad (60-65) sufren soledad no deseada el 16,6%.

Tal y como apunta José Manuel Azorín, presidente de EmancipaTIC, “la soledad no es una enfermedad, pero sí es una condición que la produce, un fenómeno que genera problemas de salud mental y física. Por ello es fundamental abordarla desde todos los frentes posibles”.

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La soledad emocional constituye un problema de gran relevancia para las personas de 80 y más años


Este trabajo de EmancipaTIC revela también que un 8,7% de los adultos mayores están en riesgo de aislamiento. Los mayores porcentajes (por encima del 12%) corresponden a las personas de 75 y más años. Entre los 55 y los 59 años los porcentajes de riesgo de aislamiento son más bajos (4,5%).

También el estado civil se asocia con la soledad y el aislamiento social, de manera que las personas solteras y viudas (especialmente las primeras) muestran altas prevalencias, siendo significativamente más bajas en el caso de las personas casadas y divorciadas.

Los datos señalan también que la soledad emocional constituye un problema de gran relevancia para las personas de 80 y más años, siendo también elevado el porcentaje de personas entre 55 y 59 con altas puntuaciones en esta dimensión. A destacar que el porcentaje de mujeres en riesgo de soledad emocional (26,2%) es significativamente mayor que el de hombres (19,2%).

Tecnología para combatir la soledad no deseada y el aislamiento

En cuanto al uso de tecnología por parte de los mayores, el informe destaca que:

  • La utilización del teléfono fijo se relaciona con un mayor porcentaje de personas en riesgo de soledad (20,1% frente al 8,5% de las personas que no lo usan)
  • Disponen de teléfono fijo el 97% de las personas que participaron el estudio (si bien de ellas casi un 35% no lo usan)
  • El 94,6% tiene teléfono móvil (del cual, en el 91% de los casos es un teléfono inteligente)
  • Wl 84,8% tiene Wifi
  • Solo el 62% del total de la muestra usa un ordenador

Los mayores que usan el fijo también se sitúan en riesgo de aislamiento en mayor proporción (11,5%) que las que no lo hacen (3%), mientras que el uso del teléfono móvil se relaciona con menor aislamiento (7,8% de los casos, frente al 24,1% de los que no tienen teléfono móvil). El uso del ordenador y la disponibilidad de Wifi también se asocian con menor riesgo de aislamiento.

El 72,4% de las personas que participaron en el estudio hacen uso de internet los siete días de la semana, mientras que el 18,7% no lo hace ningún día. Esta frecuencia de uso no se relaciona con un mayor riesgo de soledad, pero sí con el riesgo de aislamiento.

“La tecnología puede y debe ser una herramienta y aliado fundamental para combatir la soledad no deseada, especialmente en poblaciones vulnerables, como las personas mayores”, afirma Azorín.

Edadismo en la relación con instituciones y empresas

El informe ‘Redes Para la Vida’ ha abordado también la percepción de comportamientos edadistas (discriminación por la edad) entre los participantes. El ámbito en el que mayor edadismo perciben las personas que participaron en el estudio es en su relación con las administraciones públicas y con determinadas compañías y entidades privadas.

“El edadismo constituye una forma de discriminación especialmente relevante para las personas que están envejeciendo. Nuestros resultados confirman esta realidad y sugieren la necesidad de incidir en el ámbito educativo y en la sensibilización”, advierte el presidente de EmancipaTIC, que destaca la dificultad que experimentan los mayores en el acceso a los servicios sanitarios:

  • Un 25,6% de los encuestados ha tenido dificultades o problemas al pedir cita médica en un centro sanitario (a través de cualquier medio)
  • Un 22,7% se ha encontrado con dificultades en un hospital ya que le han hecho pasar por varias ventanillas sin solucionarle lo que planteaba inicialmente.

También un 27% de los participantes en el estudio ha tenido dificultades para realizar trámites en organismos de la Administración Pública y el 20,1% ha sido o se ha sentido engañado por una empresa de servicios al contratar algo que no necesitaba.

WhatsApp, una forma habitual de mantener el contacto social

Este estudio señala que WhatsApp se ha convertido en una de las formas más habituales de mantener el contacto social con las redes significativas (especialmente, familiares y amistades). De hecho, el 31% señaló que se trata de la forma en la que se comunica con mayor frecuencia con sus familiares y el 35,2% que es la más frecuente en el caso de las amistades. Los encuentros cara a cara alcanzan el 37,7% y el 36,9%, respectivamente.

Sin embargo, existen importantes diferencias en función de la edad, de manera que las personas con 80 o más años hacen un uso significativamente menor del WhatsApp tanto para relacionarse con sus familiares (solo el 17,1% lo considera su vía principal) como con sus amistades (20,4%), si se compara con el resto de la muestra.

Por otra parte, casi el 21% de las personas señalen que tienen menos relaciones familiares de las que quieren y el 17% señalan lo mismo con respecto a sus relaciones con amigos/as pone de manifiesto el alto riesgo de soledad y aislamiento.