En el contexto de la violencia de género, las muertes son la forma más visible y extrema de un problema mucho más amplio y complejo que también afecta a las mujeres mayores, ya que la violencia de género no desaparece con la edad, tal y como advierte HelpAge International España.

La violencia de género que, aunque no siempre deje huellas visibles, sí generan heridas profundas: control económico, aislamiento, desprecio, insultos, humillaciones constantes y relaciones marcadas por la desigualdad. En muchos casos, las mujeres mayores han soportado décadas de maltrato sin acceso a recursos, sin redes de apoyo y sin que nadie prestara atención a su sufrimiento.

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La violencia de género no desaparece con la edad, tal y como advierte HelpAge International España

Al contrario, el envejecimiento puede aumentar el riesgo de que estas violencias queden invisibilizadas o minimizadas debido a prejuicios sociales, barreras institucionales y la falta de dispositivos adaptados a sus necesidades específicas.

Tal y como recuerdan desde HelpAge International España, el nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género reconoce esta realidad y establece como prioridad la tipificación específica de la violencia económica, una forma de maltrato especialmente común entre las mujeres mayores.

Esta violencia se manifiesta en el control del dinero, la apropiación de pensiones, la limitación del acceso a recursos básicos o la dependencia financiera forzada. Reconocerla legalmente es un paso fundamental para proteger a quienes la sufren y para visibilizar su impacto.

Por ello, HelpAge International España recalca que se debe:

  • Visibilizar la violencia de género en todas las etapas de la vida.
  • Incluir a las mujeres mayores en campañas, estadísticas y políticas públicas.
  • Capacitar a profesionales para detectar señales que a menudo se confunden con problemas de salud o dependencia.
  • Garantizar que los recursos de atención estén disponibles y adaptados a las necesidades específicas de las mujeres mayores.

«La violencia no tiene edad. El derecho a vivir sin miedo, tampoco. Escuchar a las mujeres mayores y acompañarlas, es una deuda que la sociedad no puede seguir postergando», señalan desde esta entidad.