La prevención es clave para contener y reducir los casos de depresión derivada de la soledad no deseada entre personas mayores. Fomentar la creatividad, realizar ejercicio físico o realizar talleres conversacionales o de memoria son solo algunas de las actividades terapéuticas que aminoran la soledad entre los mayores, señalan desde ASANEC.

Las actividades preventivas poseen carácter terapéutico estimulando la expresión emocional y fomentando las experiencias en grupo. Desde la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria (ASANEC) apuntan a las actividades artísticas como la musicoterapia o la arteterapia como beneficiosas para reducir la tristeza, la ansiedad y la soledad emocional.

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Las enfermeras actúan como “radar” de la soledad, identificando síntomas físicos o emocionales

“Las actividades que implican el contacto humano, la expresión, el movimiento o un propósito compartido son profundamente efectivas contra la soledad, afirma Víctor Barrientos, vocal de ASANEC y Enfermero de Familia y Comunitaria (EfyC) del Centro de Salud Los Barrios del Área de Gestión Sanitaria de Campos de Gibraltar Oeste. Y es que la soledad sostenida es un factor de riesgo directo para la depresión porque no solo “distorsiona la percepción de uno mismo y del entorno, sino que reduce la motivación”.

Por su parte, el ejercicio físico realizado en grupo, además de mejorar la salud física fomenta el contacto social al igual que compartir los huertos comunitarios o desempeñar la jardinería. Los talleres conversacionales y de memoria y formar parte de alfabetización tecnológica, o incorporarse a clubes de lectura junto son claves para que los mayores se sientan escuchados, útiles y conectados con el resto de la sociedad, mantenerse activos física y mentalmente.

Mediante la prevención se fortalece la resiliencia emocional fomentando las interconexiones personales, mediante actividades físicas, promoviendo la escucha activa. Todas estas acciones preventivas disminuyen el deterioro neuropsicológico y es que “prevenir la soledad protege también la salud mental a nivel de memoria, atención y motivación”, recalca el enfermero de Familia y Comunitaria.

Las enfermeras actúan como “radar” de la soledad

Desde ASANEC se destaca el papel esencial que desempeñan las enfermeras de familia y comunitaria en la detección de la soledad no deseada entre los mayores. «Las enfermeras actúan como “radar” de la soledad, identificando síntomas físicos o emocionales durante las visitas domiciliarias y en los centros de salud”, explica Barrientos.

Desde Andalucía, existe un protocolo basado en la prevención que es la clave para reducir los casos de depresión derivados de la soledad no deseada. Mediante las visitas domiciliarias y las consultas en los centros de salud, las enfermeras detectan síntomas como hipertensión, malnutrición o deterioro cognitivo que como advierten desde ASANEC representan indicios de soledad entre los mayores.

Mediante el trabajo conjunto entre voluntarios, servicios sociales y del propio centro de salud desarrollan una valoración individualizada en las “mesas radar” ante posibles casos de soledad no deseada en mayores mediante la valoración de una enfermera.

Además, Andalucía ha desarrollado un Plan de Intervención Individualizado (PII) donde la enfermera se convierte en parte activa del proceso con un acompañamiento presencial y telefónico. Dicho plan estará activo al menos durante un año acercando talleres y campañas locales que abordan la atención sanitaria, la nutrición, el ejercicio, el acompañamiento y la escucha activa.

Desde ASANEC destacan que “la EfyC son auténticas protagonistas en la lucha contra la soledad en los mayores andaluces, actuando como detectoras, evaluadoras, coordinadoras y formadoras, integrando recursos sanitarios y sociales con un enfoque holístico de la salud”. Barrientos apunta que protocolos como PII y las plataformas comunitarias ponen en valor a las enfermeras porque “están en primera línea para mejorar la calidad de vida, prevenir las complicaciones y fomentar el envejecimiento activo”.