La Inteligencia Artificial (IA) y la digitalización de la sociedad aumenta el riesgo de exclusión en las personas mayores está aumentando, pese a ser el grupo que más se puede beneficiar de ella, tal y como se expone en un análisis de la asociación Emancipatic, asociación sin ánimo de lucro dedicada a reducir la brecha digital y fomentar la autonomía tecnológica de personas mayores y grupos en riesgo de exclusión.

Tal y como advierte el informe de Emancipatic, la discriminación por edad, la pérdida de autonomía y la vulnerabilidad ante la manipulación son los principales riesgos que presenta la IA y digitalización de la sociedad en las personas mayores, como ya anticipó la Comisión Europea en 2019, pero que se ha multiplicado en el último año debido a los nuevos modelos de IA Generativa, que permiten la creación de imágenes y vídeos indistinguibles de la realidad.

La IA y la digitalización aumentan el riesgo de marginación y estafas en el colectivo de las personas mayores

En este sentido, José Manuel Azorín, presidente de Emancipatic, advierte que “la manipulación de la realidad a través de vídeos y audios falsos está impactando especialmente a las personas mayores, ya que su conocimiento de la tecnología es menor que en el resto de la población, con ciberestafas en forma de phishing de servicios financieros, voces clonadas y noticias falsas en webs y redes sociales”.

En cuanto a la brecha digital, la irrupción de la IA ha aumentado el riesgo de exclusión tecnológica de quienes no saben utilizarla, según Emancipatic. En 2024, el Instituto Nacional de Estadística estimó que solo el 86,5% de los españoles entre 65 y 74 años había accedido alguna vez a internet, frente a casi el 100% de los menores de 55.

Y esta situación empeora con la edad: la mitad de quienes tienen más de 75 años nunca se han conectado, porcentaje que se dispara al 75% entre los mayores de 85 años. Así, mientras 35,8 millones de españoles se conectan varias veces, unos 6 millones de mayores no acceden ni una sola vez.

“Este bajo uso implica marginación y pérdida de autonomía, ya que millones de mayores están quedando al margen del acceso a gestiones cotidianas como pedir cita al médico, hacer un pedido online, consultar sus cuentas bancarias o conectarse con amigos y familiares”, denuncia José Manuel Azorín.

El ámbito financiero, la gran mayoría de mayores depende exclusivamente de métodos tradicionales, que están siendo reemplazados por soluciones digitales. De hecho, de los 9,5 millones de españoles de más de 65 años, menos del 5% apenas usaron la banca online en 2023.

Esta desconexión tecnológica no es solo cuestión de acceso, sino también de habilidades: más de la mitad de los mayores de 65-74 que necesitaron hacer un trámite en línea y no lo hicieron alegaron falta de conocimientos para usar internet, según datos del CIS.

La Agencia Europea de Derechos Fundamentales advierte que solo 1 de cada 4 europeos de 65-74 años tiene al menos competencias digitales básicas, y muchos servicios públicos se digitalizan sin considerar a este grupo. También señala que las leyes nacionales a menudo no reconocen la exclusión digital de los mayores ni abordan las dificultades que enfrentan.

Las principales barreras de adopción, según un estudio de la Universidad Complutense en 2023 son:

  • complejidad de interfaces (68%)
  • falta de formación (52%)
  • desconfianza en seguridad (47%)
  • coste económico (34%)
  • falta de utilidad percibida (29%)

Los mayores están interesados en usar IA

Según el informe AI for Healthy Longevity de la OMS, la IA puede revolucionar el cuidado de las personas mayores. Los sistemas de monitorización inteligente pueden detectar caídas, recordar la toma de medicamentos y alertar ante emergencias médicas. Los asistentes virtuales especializados ya están demostrando su eficacia en el seguimiento de enfermedades crónicas en la promoción de hábitos saludables y en la reducción de la soledad no deseada entre la población mayor.

“Explicar las ventajas de la tecnología, en especial las posibilidades de la IA, y favorecer la formación de los mayores tiene un efecto inmediato en la autonomía de los mismos”, indica José Manuel Azorín. Así, según datos del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), las personas mayores que reciben formación digital estructurada aumentan su uso de servicios online en un 340% en los seis meses posteriores.

Por otra parte, el 73% de los mayores de 65 años expresan interés en usar IA si está diseñada para sus necesidades, según un informe del MIT Age Lab de 2024. Por eso, para el presidente de Emancipatic, “es clave asegurar, por parte de las instituciones y las empresas, que la tecnología se adapta a la persona mayor y no el mayor a la tecnología. No es solo una cuestión de usabilidad, sino de justicia social”.