Muchas personas con problemas de salud mental sufren un envejecimiento marcado por el aislamiento, la exclusión social y el acceso desigual a servicios esenciales, tal y como revela el estudio “Atención integral a las personas con problemas de salud mental que envejecen en Castilla y León”, elaborado por la Federación Salud Mental Castilla y León en colaboración con Fundación Caser.

Este trabajo de investigación, elaborado a partir de datos de más de 320 personas mayores de 45 años, entrevistas a familiares y profesionales, pone el foco en una realidad muchas veces invisible: la de las personas con problemas de salud mental que envejecen en Castilla y León.

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La sede del Consejo Económico y Social de Castilla y León acogió la presentación de este estudio de la Federación Salud Mental Castilla y León

El estudio pone de relieve una situación preocupante: estas personas presentan un envejecimiento biológico más temprano, una esperanza de vida más corta y una alta prevalencia de enfermedades crónicas. Todo ello con una incidencia especialmente elevada en mujeres.

La inmensa mayoría de esta personas, cerca del 90%, sigue residiendo con sus familias de origen —en muchos casos, con padres o madres de edad ya avanzada—, lo que genera una doble carga de cuidado y dependencia dentro del mismo hogar.

Esta situación se agudiza en el medio rural ya que, además, un número significativo de personas mayores con problemas de salud mental afronta la soledad como único acompañamiento, al carecer de apoyos cercanos y recursos especializados. Esta realidad incrementa su riesgo de exclusión social y limita sus oportunidades de participación comunitaria.

El informe de la Federación Salud Mental Castilla y León identifica también:

  • una fuerte feminización del envejecimiento en salud mental
  • altos niveles de desempleo
  • ausencia de ingresos
  • una enorme dependencia de los cuidados familiares, principalmente asumidos por madres y hermanas
  • la desigualdad territorial en el acceso a recursos especializados, que penaliza especialmente a quienes residen en zonas rurales

Este estudio analiza la realidad de las personas con problemas de salud mental que envejecen en Castilla y León

Entre los factores de riesgo más destacados se encuentran la comorbilidad física, la polimedicación, el aislamiento, la estigmatización, la depresión, la ideación suicida y la ansiedad. Todo ello dibuja un escenario complejo que requiere una respuesta coordinada y centrada en las personas, advierte esta Federación.

Durante la presentación de este informe, Elena Briongos, presidenta de la Federación de Salud Mental Castilla y León, insistió en que “este estudio supone un punto de partida imprescindible para avanzar en un modelo más humano, coordinado y centrado en las personas. Por su parte, el gerente de la Federación, Ángel Lozano, recalcó que “la atención a la salud mental de las personas mayores debe salir del ámbito estrictamente sanitario y abordarse desde la comunidad a partir de una perspectiva de derechos humanos y justicia social”.

Las propuestas de acción del informe apuntan al desarrollo de un modelo de atención integral con enfoque comunitario, biopsicosocial y basado en derechos. Incluye también medidas como:

  • La implantación de servicios de asistencia personal
  • Programas de envejecimiento activo
  • Reforzar la coordinación sociosanitaria en zonas rurales
  • Apoyar a las familias cuidadoras
  • Promover atención específica para mujeres mayores con trastorno mental grave
  • Detección precoz del deterioro cognitivo y trastornos afectivos

Este estudio, desarrollado gracias a la convocatoria de ayudas de investigación sociosanitaria de Fundación Caser, aporta también propuestas concretas para mejorar la calidad de vida de un colectivo doblemente vulnerable: por su salud mental y por su edad.

Pueden acceder aquí al estudio “Atención integral a las personas con problemas de salud mental que envejecen en Castilla y León”.