La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha elaborado un documento de trabajo que analiza el impacto que tiene el sistema de atención a la dependencia sobre la supervivencia de las personas mayores en Cataluña. Y es que, a medida que la población envejece, las necesidades de cuidados de larga duración aumentan y los sistemas públicos se enfrentan al reto de ofrecer respuestas eficaces, equitativas y sostenibles.

En este contexto, el trabajo se centra en entender si recibir una prestación de atención a la dependencia -como los cuidados en el domicilio o en una residencia- influye en la probabilidad de vivir más tiempo. Para ello, se utilizaron datos administrativos de más de 320.000 personas mayores de 50 años que fueron valoradas como personas con dependencia entre 2015 y 2024.

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Dejar a una persona reconocida con dependencia sin ayuda puede tener consecuencias graves para su salud

Esta base de datos, facilitada por el Departament de Drets Socials i Inclusió de la Generalitat de Catalunya, se puede observar no solo el grado de dependencia asignado a cada persona y la prestación que recibió (si la recibió), sino también su edad, sexo, estado civil y estado de salud. El estudio compara las trayectorias de personas con niveles similares de necesidad para ver cómo evoluciona el riesgo de fallecimiento en función del tipo de atención que reciben.

Los resultados muestran una pauta muy clara: las personas con necesidades de cuidados reconocidas que reciben una prestación tienen menos riesgo de fallecer que aquellas que, pese a tener derecho, no llegan a recibir ningún tipo de ayuda. El estudio constata que, no basta con tener derecho a una prestación; lo que marca la diferencia es recibirla a tiempo.

Las demoras en el sistema o la falta de recursos que impide que el apoyo se materialice se asocian, de forma significativa, con un mayor riesgo de mortalidad. En este sentido, se advierte que dejar a una persona reconocida con dependencia sin ayuda, aunque sea por demoras o trámites, puede tener consecuencias graves para su salud.

Además, no todas las formas de prestación tienen el mismo efecto. Las personas que empiezan recibiendo ayuda en casa y, con el tiempo, pasan a una residencia —es decir, aquellas que siguen un itinerario flexible que se adapta a su deterioro— presentan las mayores probabilidades de supervivencia.

Este hallazgo sugiere que los sistemas más eficaces no son aquellos que o bien mantienen a toda costa a las personas en casa o bien las institucionalizan desde el inicio, sino aquellos que saben combinar y ajustar el tipo de cuidado a medida que cambian las circunstancias.

También se observa que, en general, las personas que permanecen atendidas en casa viven más tiempo que aquellas que ingresan directamente en una residencia, aunque esta diferencia se reduce en los casos más graves.

También se observan diferencias según la gravedad de la dependencia. Cuanto mayor es el grado de necesidad detectado, mayor es el riesgo de muerte, algo esperable. Sin embargo, incluso entre los casos más graves, las prestaciones reducen ese riesgo.

Entre el resto de factores estudiados, se observa que los hombres, las personas de mayor edad y quienes padecen enfermedades como cáncer, afecciones respiratorias o hematológicas tienen un riesgo más alto de fallecer. Por el contrario, las mujeres tienden a vivir más tiempo, y lo mismo ocurre con quienes presentan ciertas dolencias osteoarticulares o de salud mental, en comparación con otros grupos clínicos.

Este trabajo es el primero que analiza de forma tan amplia y detallada los efectos del sistema de atención a la dependencia en Cataluña sobre la mortalidad desde que se implementó plenamente en Julio de 2015. En conjunto, este trabajo aporta evidencia sólida a favor de un sistema de cuidados que no solo reconozca derechos, sino que asegure prestaciones reales, oportunas y adaptadas a las necesidades cambiantes de las personas.

Sus conclusiones respalda los esfuerzos de políticas que fomentan la permanencia en el hogar siempre que sea posible, pero también recuerda el valor de las residencias cuando están bien integradas en itinerarios de atención más amplios.

Este trabajo, que ha sido galardonado con el Premio al mejor artículo presentado en las Jornadas AES por un/a investigador/a joven en el campo de la Economía de la Salud, financiado por Fedea. El estudio puede descargarse en este enlace.