Un artículo de Sara Claro Fernández,
terapeuta ocupacional Colegio Oficial de Terapeutas Ocupacionales de Galicia (COTOGA)

La atención a las personas mayores en la actualidad

La atención a las personas mayores sigue siendo uno de los puntos a mejorar dentro de los sistemas sociosanitarios. A pesar de que este grupo poblacional crece cada año, sus necesidades específicas no siempre reciben la prioridad que merecen.

Desde la Terapia Ocupacional, la realidad es clara: la falta de recursos, tiempo y personal impide desarrollar intervenciones verdaderamente centradas en la persona, con el nivel de profundidad y continuidad que requieren. En este contexto, las terapias no farmacológicas (TNF) representan una vía esencial para llevar a cabo las intervenciones. Estas mejoran la calidad de vida de quienes envejecen, sino también para compensar las carencias del sistema.

geriatricarea Terapias no Farmacologicas

Las terapias no farmacológicas son un pilar fundamental para garantizar bienestar, prevenir deterioro y respetar la dignidad


Envejecimiento y abandono silencioso

En muchas instituciones, la atención se vuelve mecánica y orientada a cubrir actividades básicas, dejando de lado el componente ocupacional que realmente sostiene la identidad y el bienestar. La carga asistencial suele estar mal distribuida, y la mirada se centra en mantener a la persona «estable», sin profundizar en lo que puede darle sentido a sus días.

Esta falta de estímulo y personalización termina generando deterioros más rápidos, dependencia aprendida y un aumento del uso de medicación innecesaria para manejar conductas que se pueden tratar o mitigar con TNF. Además, la falta de comunicación entre médicos y profesionales que tratan con personas mayores lleva a no saber que esperar de sus cambios cuando se cambia la pauta de medicación.

Desde la Terapia Ocupacional sabemos que el envejecimiento no es exclusivamente una cuestión biomédica. Es también un proceso social, emocional y ocupacional. Cuando una persona deja de tener oportunidades para ejercer control, decidir, participar y expresar su historia, empieza a desconectarse de su entorno y de sí misma. Aquí es donde las TNF adquieren un papel crucial.

El valor de las terapias no farmacológicas

Las TNF engloban enfoques que buscan promover bienestar, reducir síntomas conductuales o emocionales y preservar capacidades cognitivas, físicas y sociales sin recurrir a medicamentos. Su eficacia está ampliamente respaldada, pero su implementación real sigue siendo desigual.

Entre las intervenciones que más relevancia tienen desde la Terapia Ocupacional se encuentran:

1. Estimulación cognitiva estructurada
Permite mantener habilidades como la memoria, la atención o el razonamiento a través de actividades con sentido. La clave está en adaptar las tareas a la historia ocupacional de cada persona. No se trata de llenar fichas sin propósito, sino de activar la mente desde actividades que despierten recuerdos, emociones y autonomía.

2. Terapia de reminiscencia
Recuperar el pasado desde fotos, música o relatos personales ayuda a reforzar la identidad, mejorar la autoestima y generar conexión emocional. Además, favorece la comunicación en personas con deterioro cognitivo moderado o avanzado.

3. Entrenamiento en actividades significativas
Cocinar, cuidar plantas, colaborar en tareas del hogar, cuidar animales o participar en actividades creativas devuelve a la persona la sensación de utilidad. Esta intervención, aunque simple, es una de las más potentes para prevenir apatía, agitación y retraimiento.

4. Intervenciones basadas en movimiento
Programas de ejercicio funcional, actividad física adaptada o uso de música y ritmo para promover movilidad son esenciales para reducir dolor, prevenir caídas y mantener autonomía en actividades básicas e instrumentales.

5. Terapias basadas en la naturaleza y la interacción con animales
El contacto con animales y entornos naturales tiene efectos evidentes en el bienestar emocional, reduciendo ansiedad y favoreciendo la motivación. Para muchos mayores, reencontrarse con experiencias relacionadas con la vida rural o con el cuidado animal tiene un enorme valor terapéutico.

¿Por qué no se aplican de forma adecuada?

La gran paradoja es que las TNF no requieren grandes inversiones, pero sí requieren tiempo, formación y una estructura de cuidados que no corra a contrarreloj. Los motivos por los que estas intervenciones no se aplican de forma sistemática incluyen:

  • Falta de personal especializado, lo que limita la posibilidad de intervenciones individuales. 

  • Altas cargas de trabajo, que empujan a priorizar tareas asistenciales por encima de la promoción de la ocupación. 

  • Escasa coordinación interdisciplinar, lo que reduce la continuidad y coherencia de los programas. 

  • Visión biomédica dominante, que infravalora el poder terapéutico de lo cotidiano. 

  • Centros sin proyectos ocupacionales estables, donde las actividades se 
improvisan o se perciben como entretenimiento en lugar de intervención. 


Todo esto contribuye a un círculo vicioso: menos intervención ocupacional implica mayor deterioro, y mayor deterioro implica más dependencia y más trabajo asistencial, reforzando la idea errónea de que no hay tiempo para intervenir. 


La aportación específica de la Terapia Ocupacional

La mirada ocupacional es indispensable para romper este ciclo. El terapeuta ocupacional no se centra solo en lo que la persona puede o no puede hacer, sino en el sentido que cada actividad tiene para ella. Esta perspectiva permite diseñar intervenciones que conectan con la historia vital, los valores y los intereses reales del individuo. 
Además, la Terapia Ocupacional aporta herramientas clave: 


  • Análisis de la actividad para asegurar que cada tarea se adapte al nivel de capacidad. 

  • Modificación del entorno para facilitar participación y reducir barreras. 

  • Entrenamiento en desempeño funcional, manteniendo habilidades esenciales. 

  • Comprensión profunda del rol, identidad y motivación, fundamentales en la vejez.

Las TNF aplicadas desde esta mirada son mucho más que «actividades»; son la clave para reforzar autonomía, dignidad y continuidad vital.

Un futuro que exige cambio

Para ofrecer una atención digna a las personas mayores es urgente transformar la forma en que entendemos el cuidado. Las instituciones deben pasar de un modelo centrado en la tarea a un modelo centrado en la persona y en su ocupación. Esto implica: 


  • •Incorporar terapeutas ocupacionales en todos los servicios de personas mayores.
  • Establecer programas de TNF estables y evaluables. 

  • Formar a equipos en enfoques centrados en la ocupación. 

  • Reconocer que la calidad de vida no se mide por la ausencia de enfermedad, sino por la presencia de participación, significado y conexión.


Conclusión


Las terapias no farmacológicas, integradas desde la Terapia Ocupacional, representan una respuesta realista, eficaz y profundamente humana ante el abandono estructural que muchas personas mayores experimentan. No son un complemento opcional: son un pilar fundamental para garantizar bienestar, prevenir deterioro y respetar la dignidad de quienes han construido la sociedad en la que vivimos. Priorizar la ocupación no es un lujo; es una forma básica de justicia y de cuidado. 


Bibliografía

Sara Claro Fernández
https://www.linkedin.com/in/sara-claro