Los avances tecnológicos, desde los dispositivos médicos avanzados, las aplicaciones de IA o plataformas de telemedicina, están suponiendo numerosos beneficios para la salud, bienestar y seguridad de las personas mayores y dependientes, mejorando su calidad de la vida y facilitándoles el mayor grado de autonomía posible.

En los últimos años estamos siendo testigos de avances significativos en el campo de la aplicación de las nuevas tecnología en el ámbito sosiosanitario, especialmente en lo que se refiere a la Inteligencia Artificial (IA), y estos avances han abierto nuevas oportunidades para mejorar la salud y el bienestar de las personas mayores o dependientes.

Su desarrollo tiene un gran potencial en aspectos como la mejora de la gestión asistencial, la predicción de riesgos, el apoyo en las decisiones clínicas, la trazabilidad de los cuidados, etc.

De todo ello hablamos con Julia Sacedo, jefa de Investigación y Desarrollo de Producto de ILUNION VidaSénior.

¿Cómo definiría el papel actual de la tecnología en los diferentes servicios de atención a las personas mayores?

Hoy la tecnología se ha convertido en un “aliado imprescindible” en la gestión de Centros y Servicios de atención a personas mayores. Las soluciones tecnológicas, especialmente aquellas orientadas al soporte de la gestión asistencial, de infraestructuras y económica, llevan años desempeñando un papel esencial en la optimización de procesos clave. Estas herramientas permiten garantizar el registro de las actuaciones profesionales vinculadas a la actividad asistencial mediante programas específicos en Centros Residenciales y Centros de Día.

Asimismo, facilitan las tareas de registro de apoyos y cuidados por parte de profesionales que trabajan en movilidad o aquellos que ofrecen atención directa en los domicilios de las personas usuarias, como ocurre en los Servicios de Ayuda a Domicilio o en la Teleasistencia.

Esta tecnología nos permite dar soporte a tareas y procesos esenciales para garantizar la máxima calidad en la prestación de servicios. Además, contribuye al cumplimiento de los requisitos normativos y facilita la trazabilidad ante auditorías externas de certificación y calidad a las que sometemos nuestra gestión. Todo ello agiliza los procesos de trabajo y asegura la trazabilidad de los cuidados y atenciones mediante registros seguros y siempre disponibles, eliminando el uso del papel y abriendo la puerta a nuevos “modos de hacer”.

No obstante, en este momento la tecnología viene a sumar mayor capacidad para facilitar no sólo la recogida del dato, tarea que hoy está asistida por tecnologías que permiten facilitar registros basados en la voz y en su transcripción, sino mayor capacidad de análisis y explotación mediante técnicas BigData o IA que sin duda van a revolucionar el diseño de procesos y actuaciones profesionales, así como la toma de decisiones estratégicas y de mejora, tanto asistenciales como de gestión.

En estos últimos años estamos viviendo una verdadera implosión de nuevas soluciones muy enfocadas al diagnóstico y detección temprana de riesgos, basadas muchas de ellas en sensórica, así como otras diseñadas para enriquecer y/o apoyar el desarrollo de intervenciones terapéuticas, con altos niveles de especialización y experienciales, soluciones que estamos convencidos van a permitirnos importantes mejoras sobre el bienestar de las personas usuarias.

geriatricarea Julia Sacedo ILUNION VidaSenior
Julia Sacedo es jefa de Investigación y Desarrollo de Producto de ILUNION VidaSénior


A su juicio, ¿cuáles son las principales innovaciones tecnológicas en el sector sociosanitario?

Es muy posible que todos coincidamos en que las tecnologías basadas en IA y el machine learning nos permitirán introducir grandes cambios en la gestión de Centros y Servicios.

La gran capacidad de análisis de las tecnologías que basan su potencial en IA y machine learning están demostrando ya su valor en aspectos tan importantes y de valor para los profesionales como la personalización y la capacidad predictiva.

En la atención a poblaciones donde la cronicidad, la fragilidad y la vulnerabilidad están muy presentes, y donde además los recursos son costosos y limitados, la capacidad de identificar riesgos y predecir evoluciones nos permite introducir cuanto antes apoyos, cuidados e intervenciones que nos permiten retrasar situaciones de mayor dependencia, impactando en la calidad de vida de las personas que atendemos.

Tenemos altas expectativas sobre lo que las soluciones de BigData, machine learning y las tecnologías apoyadas en IA nos permitirán en el procesamiento de grandes volúmenes de datos de nuestros sistemas de gestión. Estos datos pueden enriquecerse con información procedente de tecnologías que ya son sencillas de desplegar, como dispositivos de sensórica en domicilio o weareables IoT, tanto en el ámbito domiciliario como en el residencial.

Como ya hemos comenzado a comprobar, el análisis conjunto de datos de distinto origen pero integrados y explotados por ejemplo según casos de uso, o de manera individualizada para cada persona usuaria, van a constituir una auténtica revolución en el ámbito de los cuidados.

Si además pensamos que estos análisis posibles mediante técnicas aplicadas en la gestión de nuestros Centros y Servicios, en algún momento van a poder verse enriquecidos con datos y análisis provenientes de otros sistemas referentes para las personas usuarias, como el sistema sanitario o la atención social comunitaria, es fácil concluir sobre el potencial, presente, y sobre todo, futuro, de la incorporación de tecnologías que permiten predecir situaciones de riesgos.

La IA está suponiendo una auténtica revolución, tanto en el día a día de las personas como de las empresas, ¿también en el sector sociosanitario?

Por supuesto. En nuestro sector, como acabamos de comentar, las aplicaciones de la IA están suponiendo ya una revolución, y están convirtiéndose en herramientas de mucho valor para los equipos profesionales.

La “IA”, es decir, la introducción de tecnologías basadas en algoritmos y modelos de aprendizaje automático, nos está permitiendo no sólo avanzar en el procesamiento de datos clínicos y sociales, analizando grandes volúmenes de datos disponibles de muy distinto tipo en nuestros Centros y Servicios (Historias clínicas y evolutivos, tratamientos farmacológicos, etc.), sino que además estas técnicas las hemos comenzado a aplicar para avanzar en la detección precoz, por ejemplo, de situaciones de deterioro cognitivo u otras situaciones de riesgo ligadas a cronicidad, fragilidad, etc.; como la predicción de riesgos.

Como ejemplo contamos con resultados muy positivos en la introducción de soluciones de monitorización remota en Servicios de Teleasistencia y Servicios de Ayuda a domicilio, tanto dentro como fuera del domicilio, que, apoyadas en IA, han mostrado capacidad predictiva mediante aprendizaje de patrones y análisis de rutinas y comportamientos, identificando desviaciones relevantes. Esto ha permitido que los equipos profesionales confirmen los datos, revisando los planes de atención, cuidados y apoyos, según el caso, cuando procede.

Bien es cierto que cuando hablamos de la “IA” estamos hablando de un modo general de la aplicación de modelos de aprendizaje automático, del uso de algoritmos y modelos matemáticos que aprenden patrones “a partir de datos”, datos históricos que además deben contar con cierta calidad, volumen, actualización…

En el caso de nuestro sector, aunque hay soluciones basadas en IA bastante maduras ya, queda mucho recorrido. No debemos olvidar que la IA funciona mediante algoritmos y modelos que permiten a las máquinas aprender patrones a partir de datos y tomar decisiones. Pero, para que estos modelos ayuden en la toma de decisiones, deben estar bien enmarcados en casos de uso concretos, bien delimitados y caracterizados.

Esto exige contar con equipos profesionales del sector altamente especializados que acompañen a los equipos tecnológicos y de análisis de dato en la validación, el testeo en entornos reales, el ajuste continuo y la validación de cada solución según su objetivo.

En este sentido, y aunque existen experiencias de valor en el sector, necesitamos seguir trabajando e impulsando el diseño y uso de soluciones basadas en “IA” en las que se encuentre incorporado el conocimiento experto y profesional de los equipos multidisciplinares que se desarrollan en el ámbito sociosanitario.

¿Y las principales “barreras” a la hora de introducir nuevas tecnologías en estos entornos?

A pesar de lo que pudiera pensarse, los profesionales, e incluso las personas mayores usuarias y su entorno familiar, se encuentran “abiertos” a recibir nuevas tecnologías, pues muchas de éstas, desde el mismo momento de su introducción, incorporan respuestas de valor que son percibidas de forma muy positiva. Esto se debe a que permiten mejor desempeño profesional y mejoran la calidad de vida gracias a los apoyos y respuestas que ponen a disposición de las personas.

En la sociedad parece abierto un debate en cuanto a “lo bueno o lo malo” que puede ser el uso de las nuevas tecnologías o la IA, como por ejemplo el debate de si estas tecnologías van a “sustituirnos”, a eliminar puestos de trabajo o a “automatizar el cuidado”. Estos debates que se abren, pero se superan cuando los profesionales, las personas mayores y la propia sociedad es capaz de comprobar el valor de estas soluciones.

Las tecnologías, en nuestro caso, se incorporan en la atención a personas mayores, y/o en situación de dependencia o riesgo de estarlo como un medio, un medio que previamente ha sido estudiado, valorado, analizado … por los profesionales, con el objetivo de conocer hasta qué punto aportan valor en los planes de vida y la planificación de las atenciones, terapias, cuidados, que prestamos a las personas.

Bien valoradas, y por tanto bien explicadas a las personas usuarias finales, a su entorno cuidador, y a nuestros profesionales, las nuevas tecnologías son indudablemente bien recibidas, acogidas, utilizadas y aprovechadas. La no aceptación de las nuevas tecnologías por el mero hecho de serlas ya no es algo que encontremos como una barrera.

Sí es cierto que siguen existiendo otras barreras que tienen que ver con otros aspectos tales como la accesibilidad o la usabilidad. Existen soluciones que requieren de cierto aprendizaje y la brecha digital o la accesibilidad cognitiva no garantizada en su diseño pueden suponer dificultades para que éstas sean finalmente incorporadas con éxito en apoyo a determinadas personas.

Esto sucede con aquellas que no cuentan con su capacidad cognitiva conservada o que no han tenido aprendizaje previo y donde se identifica “brecha digital”, por ejemplo. En este sentido los profesionales juegan también un papel fundamental, como “herramienta” posibilitadora para salvar estas barreras.

Merece la pena también referirnos a otras barreras que son aquellas que no nos estén permitiendo evolucionar y ajustar las soluciones al ritmo necesario, como son las barreras que tienen que ver con la financiación o la normativa de referencia. Estas otras barreras darían para largos debates, pero sí quisiera compartir al menos qué requerimos desde el sector, compromisos de todos los agentes, Administraciones, operadores, proveedores…

Para poder avanzar en desarrollos “sostenibles” posibles, con la financiación suficiente para asegurar que en su diseño y validación se atienden los requisitos mínimos fundamentales para garantizar la seguridad, eficacia y eficiencia, así como su validación y ajuste sobre poblaciones concretas en respuesta a distintas necesidades tanto en situaciones de mayor autonomía como de mayor dependencia.

¿Podría compartirnos un caso de éxito en la introducción de las nuevas tecnologías en el entorno sociosanitario?

Existen aún muy pocos proyectos basados en estrategias de contratación pública en los que las Administraciones buscan fomentar la innovación actuando como motor de demanda para soluciones que bien no existen en el mercado o que, existiendo, no cuentan con un grado de madurez suficiente y/o no han sido validadas en entornos reales sobre personas usuarias que cumplen condiciones para beneficiarse de éstas.

ILUNION VidaSénior ha podido ser actor destacado, acompañado por Ayesa, en la gestión de un proyecto de estas características, el proyecto de Teleasistencia predictiva de Fundación Adinberri (Diputación de Gipuzkoa) que ha contado con el objetivo de pilotar un conjunto de tecnologías en el Servicio Público de Teleasistencia de Euskadi, sobre una muestra de personas usuarias del Servicio, en un contexto real de Servicio.

El proyecto ha contado con financiación para este pilotaje, permitiendo que operadores y proveedores, de manera conjunta, podamos avanzar en el ajuste de los diseños de distintas soluciones, revisando marcos operativos, normativos, legales, metodológicos, permitiendo que todo el ecosistema, proveedores, prestadores, profesionales, administración, ámbito académico y científico, avancemos hacia soluciones que se diseñan desde y con la persona, desde un modelo de atención centrado en la persona, garantizando así por tanto la eliminación de barreras para su introducción final.

¿Existen riesgos en cuanto a privacidad o protección de datos que deban tenerse en cuenta?

Como cualquier sector que requiere y/o se apoya en la tecnología para la prestación de sus servicios nuestra actividad puede presentar riesgos en cuanto a privacidad o protección de datos. En nuestro ámbito, no sólo tienen que ver con la custodia o protección del dato “custodiado”, sino que podemos encontrar desde la recogida, pasando al tratamiento, explotación, y usos autorizados.

Además, manejamos datos altamente sensibles, de personas que se encuentran en situaciones de fragilidad y vulnerabilidad, no sólo física, sino social o económica, por lo que aquellas cuestiones referidas a la privacidad o protección de datos no sólo son aspectos críticos en nuestra operativa cuando introducimos nuevas tecnologías, sino en todas y cada una de nuestras actuaciones.

Sin duda, conocer dónde y cuándo pueden presentarse específicamente riesgos referidos a la privacidad o protección de datos al introducir nuevas tecnología nos permite anticipar medidas para definir y garantizar cómo limitar, reducir o eliminar esos riesgos.

Nuestro modelo de atención apuesta por poner a la persona en el centro. Trabajamos para garantizar que la persona usuaria, o su entorno familiar cuidador cuando la capacidad cognitiva no está conservada si corresponde, conoce sus derechos en la cesión de sus datos. Las personas usuarias y sus familiares firman consentimientos al respecto del uso y cesión de sus datos, y además, específicamente y como ha sucedido por ejemplo en el pilotaje de las soluciones tecnológicas del proyecto de Fundación Adinberri, estos consentimientos son específicos según cada tecnología, su impacto en la vida de la persona, las necesidades y objetivos del proyecto, el uso individual u otros en el marco del proyecto…. Así hasta la custodia y/o destrucción final. es esencial que los profesionales cuenten con un papel importante en la explicación de estos consentimientos, facilitando las explicaciones necesarias y adaptadas a cada necesidad.

En todo caso, en la incorporación de nuevas tecnologías en los Centros y Servicios gestionados por ILUNION VidaSénior, nuestro modelo contempla, previo a dicha incorporación, un análisis exhaustivo de los certificados y validaciones con los que cuenta dicha tecnología y/o empresa o start-up desarrolladora. En estos dos últimos años hemos incorporado distintas soluciones siendo para nosotros muy importante las garantías ofrecidas por los proveedores tales como su certificación en el Esquema Nacional de Seguridad, o el cumplimiento del “certificado” CE para dispositivos médicos, certificación Medical Devices, que nos permite garantizar que las soluciones cumplen con la normativa de seguridad y rendimiento necesarios.

Además, desde el Área de Transformación e Innovación de ILUNION VidaSénior se diseña y desarrolla toda la política de seguridad ligada a nuevas tecnologías, en apoyo con compañías del Grupo ILUNION como IT Services, habiendo trabajado también en los últimos años por nuestra propia certificación ENS en nuestros Servicios y Centros, o en la implementación de medidas específicas en lo que a seguridad se refiere.

No quiero dejar de señalar, además, que cuando es necesario también nos apoyamos en profesionales expertos del ámbito jurídico, expertos en Derecho digital y Seguridad de la información, que nos acompañan en la revisión de las soluciones y modelos tecnológicos a implantar. Este equipo de profesionales nos asesora en actuaciones concretas a abordar, referidas a la gobernanza del dato y teniendo siempre en el centro de las actuaciones a las personas en situación de vulnerabilidad, tal y como ha ocurrido con el asesoramiento experto de Dayntic Legal en el proyecto de Teleasistencia predictiva de Fundación Adinberri.

¿Cómo puede contribuir la tecnología a reducir la soledad o el aislamiento social de las personas mayores?

Es increíble cómo en los últimos años los desarrollos tecnológicos se han especializado también en avanzar en respuestas que permitan reducir la soledad y/o el aislamiento social. Podemos encontrar en el mercado, cierto es que en grados de madurez distintos, soluciones para la detección precoz de soledad, situaciones de depresión ligadas a esta o riesgo de suicidio, soluciones iOT también dirigidas a la detección precoz y análisis de comportamientos ligados a situaciones de soledad que nos permitan la identificación de conducta de riesgo tales como abandono del autocuidado, la falta de participación en el exterior, el abandono de rutinas como alimentación, etc., o soluciones como la robótica social o la videoatención retoma para el acompañamiento e intervención terapéutica especializada.

¿Podría mencionar algunas tecnologías o herramientas que ya se están utilizando con éxito en los centros de ILUNION VidaSénior?

Tenemos la suerte de contar con soluciones que pueden incorporarse con distintos objetivos y/o fines, la detección precoz, el análisis de rutinas a partir de las cuales pueda avanzarse en predicción, la intervención individualizada y grupal presencial o remota, etc.

En estos dos últimos años, en ILUNION VidaSénior hemos incorporado algunas tales como Accexible, solución basada en el análisis de biomarcadores vocales mediante IA, para la detección precoz de situaciones de soledad en personas mayores usuarias de Servicio de Teleasistencia, o soledad y burnout en cuidadores de personas mayores usuarias de Centros de día en la que vamos a comenzar a trabajar a finales de año.

También hemos incorporado soluciones de sensórica en domicilio para el análisis de rutinas y patrones de comportamiento y predicción basada en IA en personas mayores que viven solas con situaciones confirmadas de soledad, así como en el diseño de cuestionarios para autoaplicación remota apoyada en Tablet para medir el sentimiento de soledad y su evolución en personas mayores que viven en sus domicilios.

Hemos comenzado también hace unas semanas el pilotaje de una solución basada en videoatención con posibilidad de ser instalada en el propio televisor de las personas mayores que viven en domicilio, IMATIA TV. Esta tecnología que permite en Servicios de Ayuda a domicilio y Teleasistencia abordar intervenciones tanto grupales como individuales, permitiendo además un “repositorio digital audiovisual” de actividades afines a las preferencias de cada persona usuaria y con posibilidad de configurarse como una herramienta de apoyo a actividades en las que personas con mismas inquietudes puedan encontrarse, guiados o no por un profesional especializado.

En los últimos meses, además, hemos estudiado otras soluciones interesantes basadas en robótica social o avatares, las cuales hemos comenzado a testar en pequeños escenarios de simulación con grupos de personas mayores usuarias para entrenar el estado funcional o estimulación cognitiva, pudiendo concluir que están siendo muy bien recibidas.

Ante el auge de la tecnología, ¿corremos el riesgo de “deshumanizar” los cuidados?

Es curioso cómo aún nos seguimos preguntando sobre la deshumanización cuando hablamos de introducir tecnologías. Sin embargo, hasta el momento, lo único que nos han venido a aportar en el ámbito de los cuidados son un conjunto increíble de mejoras y valor.

Hoy, gracias a la introducción de alguna de estas tecnologías, los profesionales están siendo capaces de agilizar la recogida de los datos y valoración del estado y evolución de las personas, y lo que es aún más importante, agilizar la explotación de estos datos, lo permitiendo concluir sobre el bienestar o el avance de situaciones de deterioro en distintos ámbitos de un modo más ágil.

La tecnología nos brinda, en cuestión de segundos, conclusiones sobre los cambios en la evolución de las personas usuarias, e incluso es capaz, apoyada en el histórico de los datos, concluir sobre la posible evolución de las personas, permitiendo predecir los cambios o deterioros posibles lo que por tanto nos permite trabajar en actuaciones preventivas. Prevención y predicción son realmente posibles gracias a la explotación de los datos de los sistemas de gestión en los que apoyamos y registramos los cuidados.

Además, hemos ganado en personalización. Las tecnologías nos permiten profundizar con mucho más detalle en la caracterización de cada persona, en su valoración detallada permitiendo por ejemplo la autovaloración en remoto, mediante cuestionarios guiados específicamente diseñados para ser aplicados apoyados en tecnologías, como dispositivos Tablet o smartphone, que de manera periódica se autoaplican, o la recogida de parámetros como el movimiento, los pasos, etc., que pueden ser recogidos por dispositivos iOT en el propio domicilio o que se pueden portar, tales como relojes inteligentes.

Estas tecnologías profundizan en recoger, de un modo no intrusivo, “silencioso” para la persona usuaria, comportamientos, rutinas, constantes, etc. de cada persona, con carácter individualizado, de manera continuada, permitiendo un estudio exhaustivo de la evolución de cada persona, y por tanto un diseño de prestación de apoyos mucho más específico, individualizado, ajustado a cada situación individual.

Las tecnologías, además, han venido a superar muchas barreras en lo referido a la accesibilidad, permitiendo que personas que presentan déficits sensoriales como pérdida de visión, audición, etc, puedan acceder igualmente a soluciones de valor gracias a que las nuevas tecnologías incorporan respuestas alternativas en apoyo a estos déficits: incorporación de subtitulado, posibilidad de adaptar la solución con locuciones en lenguaje sencillo… Cuestiones a las que desde ILUNION prestamos especial atención guiados por nuestro propósito: «Construir un mundo mejor con tod@s incluid@s».

Cierto es que las tecnologías pueden sustituir las tareas de algunos profesionales, pero merece la pena detenerse en la mejora que esa automatización puede permitirnos, como por ejemplo la automatización de registros basados en voz. También en cómo esa automatización puede descargar a los profesionales en tareas muy burocráticas ganando su tiempo y atención en una mayor personalización y escucha de las personas usuarias.

Es muy posible que en los próximos años observemos cómo la tecnología es capaz de realizar un mayor número de tareas en nuestro ámbito, esperando que esa sustitución permita automatizar tareas rutinarias de las que hoy sobrecargan a los profesionales, como el abordaje de registros, revisión de tratamientos farmacológicos activos, revisión de interacciones farmacológicas, revisión de adherencia a tratamientos y eficacia de intervenciones…

Unas tareas que si son sustituidas vienen a aportar mayor bienestar, no sólo a la persona mayor sino también en el ámbito de la salud laboral. Esta automatización evitaría cargas administrativas y permitiría ganar en tiempo de atención personalizada, intervención y diseño de planes de cuidado, según análisis evolutivos personalizados, que esperemos puedan ser asistidos “por la evidencia” recogida en la tecnología.

¿Cómo imagina el “centro de día o residencia del futuro”?

Después de todo lo comentado… parece inevitable responder que los Centros residenciales y Centros de día “estarán mucho más conectados” ¿no? Los Centros de día son un recurso de proximidad fundamental y muy posiblemente los avances en tecnología que permitan integrar datos de la persona y su evolución en domicilio, con datos de la evolución en el Centro de día, así como de su evolución en otros recursos como los sanitarios, serán un éxito, pues harán posible modelos de atención más integrados, integrados entre sí e integrados en el propio entorno.

Creo que a la vez vamos a ser testigos de avances muy importantes en el desarrollo de tecnologías de aplicación específica en el sector sociosanitario, validadas para necesidades, patologías o prestación de apoyos concretos, que cada vez van a contar con mayor especificidad y por tanto eficacia, permitiendo procesos rehabilitadores más rápidos, por ejemplo, gracias a su capacidad analítica y de personalización.

A esto además deberemos sumar la importante revolución que creo también vamos a ver en los próximos años en lo que se refiere al “perfil de persona senior y persona mayor”. Imagino una demanda más exigente y una mayor introducción “natural” de las nuevas tecnologías en el día a día. Imagino también el esfuerzo de proveedores por diseñar tecnologías más “invisibles”, sencillas en su portabilidad y en su comunicación con centros integrados de datos, en el caso de la atención domiciliaria…

¿Qué mensaje daría a los responsables de centros que todavía son reacios a implementar las innovaciones tecnológicas?

Sinceramente creo que es muy posible que, a pesar de lo que pueda parecer hoy, no creo que puedan encontrarse tantos responsables reacios… Y si lo son es porque quizá todavía no han podido acercarse con rigor a soluciones disponibles.

Aunque nosotros trasladamos aquí nuestra experiencia y el valor que las tecnologías puedan aportar, sin duda, no todos los operadores tienen la capacidad y posibilidades que nosotros acabamos de compartir. Se requieren equipos altamente cualificados, multidisciplinares y con cierta capacidad económica para “arriesgar” en el pilotaje de soluciones, más aún si aún no están maduradas o totalmente testadas en muestras de personas usuarias como las que atendemos.

geriatricarea TRAMED ILUNION VidaSenior
TRAMED es una app que garantizar una correcta administración de la medicación en residencias y centros de día


Nuestra organización cuenta con equipos específicos en la estructura de ILUNION VidaSénior para trabajar en la transformación tecnológica e innovación, o equipos y áreas específicas en el propio Grupo ILUNION altamente especializadas en seguridad, desarrollo, integración, accesibilidad… Gracias al soporte de estas áreas nosotros hemos logrado éxitos en proyectos clave en los últimos años, como nuestra solución TRAMED de trazabilidad de la medicación, la Teleasistencia predictiva u otros en los que estamos trabajando.

Se necesita financiación y las Administraciones tienen disponibles instrumentos como la Compra Pública Innovadora que puedan servir de tractor en un ámbito aún tan “poco tecnológico” como el sociosanitario. Existen beneficios clave por los que las Administraciones deberían mostrar un mayor compromiso.

La mejora de la precisión diagnóstica o de la detección precoz (que sin duda mejoran la eficiencia y la reducción de costes), la capacidad de personalización que están logrando las nuevas tecnologías o la explotación de grandes volúmenes de datos, como los que residen en registros actuales de Centros y Servicios, nos ayudarán a predecir la demanda y anticipar necesidades para dibujar políticas más ajustadas.

Por suerte, poco a poco observamos un compromiso mayor mediante Estrategias y políticas de Transformación digital en las que las Administraciones incorporan proyectos y líneas de acción específicas para el ámbito sociosanitario, con creación de Agencias u Organismos específicos para la Administración y transformación digital, como por ejemplo la de Comunidad de Madrid.

También por suerte avanzamos en marcos normativos vigilantes del uso de las tecnologías y la IA, en Códigos éticos para la utilización de los datos y la IA elaborados por las Administraciones, evidenciando el alto compromiso por regular un ámbito en el que todos, personas usuarias, cuidadores, profesionales y agentes públicos y privados, podamos seguir avanzando y garantizar así el mayor bienestar y el respeto a los derechos de las personas a las que atendemos.