/p>Los efectos de la musicoterapia sobre las personas que sufren algún tipo de demencia ha sido objeto de una interesante ponenencia a cargo de Mónica de Castro, musicoterapéuta especializada en geriatría y demencias, realizada en el marco del 56 Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
geriatricarea musicoterapia
La finalidad última de la musicoterapia es mejorar la calidad de vida de la persona

En opinión de esta experta, la música puede para ayudar a personas con enfermedad de Alzheimer a recuperar recuerdos asociados a experiencias positivas de su vida. “Podemos decir que la música tiene efectos sobre múltiples áreas del cerebro a nivel, tanto cortical como subcortical, y por lo tanto activa una red muy extensa que tiene una amplia cobertura de funciones”, explica Mónica de Castro.
Además, existe cada vez más evidencia que nos permite conocer los fundamentos psicológicos y fisiológicos para aplicar más y mejor la música de manera terapéutica. “El ritmo influye sobre la regulación de la motricidad, la melodía tiene impacto sobre las emociones y la armonía está relacionada con aspectos cognitivos. Otros elementos como la intensidad, el tono, el tempo, la altura y el timbre se utilizan también para ayudar a regular estados de ánimo y aspectos fisiológicos”, afirma de Castro.
Y es que la finalidad última de la musicoterapia es mejorar la calidad de vida de la persona. Para Mónica de Castrola persona con demencia mantiene la capacidad de procesar la música después de haber perdido la capacidad para procesar el lenguaje, por lo que la música se convierte, en las fases más avanzadas, en una importante vía para la conexión con su propia identidad y la comunicación con su entorno más cercano, activando la memoria biográfica, las emociones asociadas y ofreciendo la posibilidad de compartir una experiencia propia con otro ser humano. Además, puede ser un estímulo que les proporciona confort y que puede mejorar su contribución a las actividades básicas como el aseo o la alimentación, añade la musicoterapéuta.
La música tiene un efecto calmante ante estados de ansiedad en fases moderadas y avanzadas del proceso de demencia, y las actividades musicales orientadas terapéuticamente aportan un sentimiento de éxito, mejorando la autoestima en fases leves y moderadas.
“En fases leves y moderadas puede contribuir a mantener las capacidades cognitivas y funcionales preservadas, retrasando el nivel de dependencia, y en fases más avanzadas puede ser una de las pocas vías de acceso a su propia identidad, una vía de comunicación con sus cuidadores, un estímulo que les proporciona confort y que puede mejorar su contribución a las actividades básicas como el aseo o la alimentación”, añade la musicoterapéuta.
Esta experta afirma también que existe evidencia de que “determinadas técnicas musicoterapéuticas pueden ayudar a reducir síntomas conductuales como la agresividad física y verbal o el deseo de deambular, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida de la persona que padece la demencia y de sus cuidadores”.