Aunque nadie duda que la mHealth puede ser muy beneficiosa para la mejora sustancial de la salud de las personas, también puede crear desigualdades en la población, ya que para disfrutar de estas herramientas el usuario tiene que disponer de ordenador o smartphone y, por supuesto, acceso a Internet y conocimientos digitales.

geriatricarea acceso a internet
El 54% de las mujeres españolas mayores de 55 años no tiene acceso a la mHealth

En este sentido, un estudio liderado por Áliad dentro del Proyecto Europeo de Envejecimiento Activo y Saludable SEACW muestra datos muy preocupantes para España. Según el Índice mundial de desarrollo de TIC (IDI), el mayor uso de las Tecnologías de la Información se da en Corea del Sur y en los países nórdicos europeos, que ocupan los cinco primeros puestos. España se encuentra en el puesto número 28, por delante de Italia pero muy por detrás del Reino Unido, Francia, Austria y Alemania.

En cuanto al porcentaje de personas que no usan Internet, en una muestra de países europeos, España está más o menos en la media, con un 27% de personas que nunca ha utilizado Internet (la media europea es del 23%), lejos de países como Bulgaria, que tiene el 42%, pero desafortunadamente también lejos también de otros, como el Reino Unido (10%) o Francia (15%), que sufren una menor brecha digital.

Si en vez de fijarnos en las medias, consideramos los tipos de población, encontramos que el porcentaje de individuos que en Europa tienen acceso a Internet en su casa oscila de un promedio del 43% -en los de menor nivel educativo- al 89% -en los de mayor nivel-, con una media del 71%.

Respecto a la diferencia entre contexto urbano o rural, encontramos que en este último hasta un 33% de personas no han usado nunca Internet, frente a un 18% en las grandes ciudades.

Por último, y lo que es más preocupante, respecto a las diferencias por edad, sólo el 3% de jóvenes menores de 24 años no acceden a Internet, frente al 46% de mayores de 55. Esto es aún más grave entre las mujeres, donde asciende al 54%. Por tanto, «las aplicaciones de salud deben tener en cuenta estas condiciones y adaptarse a ellas, si se quiere llegar a más usuarios», afirma Ana María Rodríguez de Viguri, presidenta de Áliad.

Entre las soluciones que propone esta experta está promover que cada vez más personas de todos los entornos, niveles educativos y edades usen las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), y sean conscientes de que el uso de las TICs es una prioridad absoluta para el desarrollo de nuestra sociedad.

«Hay ya muchas iniciativas públicas y privadas para fomentar las TICs en las escuelas y en el medio rural, así como entre los mayores, por ejemplo con dispositivos y medios adaptados y con proyectos como SEACW».

Una sugerencia práctica, concluye la presidenta de Áliad, es que «fomentemos la comunicación intergeneracional, que el mayor transmita su experiencia al joven y éste le ayude a usar las TICS. Debemos hacer entender lo realmente importante que son las relaciones intergeneracionales para la sociedad, ya que además de hacerla más solidaria, también producen prosperidad».