Los pacientes con daño cerebral adquirido podrían volver a andar hasta en un 75% de los casos si se someten a adecuados tratamientos de rehabilitación y medicina física. Asimismo, la recuperación es mayor cuando los tratamientos se empiezan de forma precoz y se efectúan de manera intensiva.
Estas afirmaciones han sido realizadas por la Dra. Susana Moraleda, portavoz de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) en el marco del Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido, que tuvo lugar el pasado 26 de octubre. En esta fecha tan señalada, la doctora quiso hacer hincapié en la importancia que tiene la rehabilitación en la recuperación de pacientes con daño cerebral “dada la alta discapacidad que genera en los afectados debido a sus secuelas”. “Según la Base de datos Estatal de personas con Discapacidad (BDED), casi 3/4 partes (más del 68%) de los afectados por daño cerebral han sido reconocidos oficialmente con un grado de discapacidad por las secuelas”, subrayó.
Y es que las secuelas del daño cerebral son múltiples y, dependiendo de la gravedad y de la zona afectada, se manifiestan en trastornos de la movilidad y de la sensibilidad, problemas de comunicación, déficits cognitivos y alteraciones emocionales y de la conducta. “El 89% de los pacientes presenta alguna discapacidad para realizar alguna de las actividades básica de la vida diaria. Según la BDED existe una discapacidad severa en el 65% de los pacientes”, indicó Moraleda.
El daño cerebral adquirido es la afectación de las estructuras encefálicas en personas que, habiendo nacido sin ningún tipo de daño cerebral, padecen alteraciones en el cerebro como consecuencia de un tumor, ictus o traumatismo craneoencefálico por accidentes de tráfico, laborales, deportivos o caídas
Para el tratamiento de estos pacientes, la doctora aseguró que la rehabilitación y la medicina física es la especialidad médica más efectiva ya que consigue mejorar la calidad de vida de las personas con daño cerebral. En estos casos, el objetivo es que las personas sean lo más independientes posibles y tengan el mayor nivel de funcionalidad posible, dentro de las limitaciones que produce la lesión. En palabras de la portavoz de SERMEF, la rehabilitación “no consigue que no haya secuelas, sino minimizar el impacto de estas al máximo. El tratamiento siempre se basa en el concepto de plasticidad cerebral”.
En este sentido, Susana Moraleda quiso dejar claro que la rehabilitación no es gimnasia. “Nuestro tratamiento en la sala de fisioterapia, en terapia ocupacional, con logopedia, neuropsicología, robots, etc., está basado en la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro de cambiar conexiones entre neuronas para facilitar el aprendizaje motor durante la fase de recuperación espontánea. Creamos nuevas conexiones a través de la repetición de movimientos en la zona afectada y esto tiene evidencia científica. La neuronas no van a volver a crecer pero otras pueden hacer la función de las lesionadas, al menos parcialmente”.
Si se imparten estos tratamientos, las secuelas del daño cerebral adquirido pueden minimizarse al considerablemente. No obstante, la doctora quiso dejar claro que la recuperación total o parcial de la función motriz dependerá también de la edad, el grado de complejidad de las secuelas y el nivel previo de independencia que se tenía antes de producirse la lesión cerebral.
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