El absentismo laboral en España presenta una de las tasas más altas del mundo, y sigue una preocupante tendencia creciente durante los últimos años. Se trata de un problema que afecta tanto al trabajador como a la empresa, pero también al conjunto de los ciudadanos, ya que tiene una importante repercusión en la tesorería de la Seguridad Social.
Las bajas laborales por enfermedad común superaron el pasado año los 4,5 millones, un 15% más que en 2015. Esto supone que más de 880.000 trabajadores no acudieron a su puesto de trabajo ningún día del año, según datos de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (Amat). Y el sector sector Servicios no es ajeno a esta tendencia, de hecho, es uno de los que mayor crecimiento está experimentando el absentismo laboral: en el último ejercicio ha sido de un 18%, tres puntos por encima de la media general.

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El absentismo laboral es un problema que genera notables consecuencias en las empresas del sector sociosanitario

Esto es especialmente preocupante en el sector sociosanitario, ya que presenta ciertas características que facilitan una mayor tasa de absentismo laboral, como por ejemplo una elevada carga horaria semanal y un volumen alto de trabajo, una excesiva temporalidad en buena parte de los puestos de trabajo y un escaso criterio de selección a la hora de contratar el personal más allá de la experiencia del candidato.
En general, los problemas de absentismo se producen principalmente en establecimientos de tamaño mediano y grande, con más de 100 trabajadores, y con mayor frecuencia en perfiles profesionales de niveles bajos.
El primer paso para reducir el absentismo pasa por la formación en prevención de riesgos laborales, ya que un porcentaje significativo elevado de las enfermedades de origen físico se originan en el propio lugar de trabajo o empeoran en el trabajo. En este sentido, una correcta implementación de un plan de promoción de la salud puede minimizar el impacto de las enfermedades relacionadas con el trabajo. La primera y principal medida a implementar en los centros sociosanitarios es registrar y monitorizar la ausencia por enfermedad para llevar a cabo una evaluación del riesgo.
Cerca de un tercio de las empresas no realizan prácticas preventivas relacionadas con factores psicosociales, lo que provoca que los problemas de salud mental y estrés sean la segunda causa más habitual de absentismo. Esto cobra especial importancia si tenemos en cuenta que algunos de los principales motivos de ausencia por enfermedad son debidos a problemas relacionados con factores como la alta carga de demandas de trabajo, la inseguridad en el empleo, las relaciones laborales, los problemas de conciliación con la vida familiar, o la percepción de baja calidad de vida en el empleado por motivos varios.
La mayoría de estos motivos psicosociales pueden prevenirse y reducir el impacto de estos problemas y preocupaciones en la salud del trabajador. Se trata de una de las medidas más exitosas a la hora de reducir el absentismo, lo que tiene una notable repercusión en el aumento de la productividad.
Y es que el absentismo para la empresa supone un importante impacto en términos de costes directos, tanto por el aumento de los costes laborales como por el descenso de la productividad y competitividad. Así, por ejemplo, en una empresa del sector sociosanitario con una plantilla de 260 trabajadores y un promedio de tasa de absentismo del 4,95%, el número de bajas diarias es de 13 y para un sueldo promedio bruto de 20.000€/año los costes serían:

Plantilla260
Promedio del Abs.4.95%
Nº bajas diarias13
Coste día ausencia54,66€/día
Coste diario bajas710 €
Coste mensual bajas21.317 €
Coste anual bajas255.805€

Pero es que, además de los costes directos, hay otros muchos costes indirectos que deben también tenerse en cuenta. A destacar entre los principales:
· Búsqueda y formación de sustitutos
· Pérdidas asociadas a la productividad
· Horas extras del resto de empleados
· Efecto «contagio» del absentismo al resto de la plantilla
· Mayor rotación de personal
· Repercusión en la calidad del servicio algo que en este sector es fundamental

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Implementar un plan para reducir el absentismo laboral permite garantizar un clima saludable para la plantilla y una reducción significativa de las bajas laborales por enfermedad común

Para reducir el absentismo es necesario, además de la monitorización y la prevención y promoción de la salud, la gestión de un plan para reducir el absentismo llevado a cabo por profesionales, lo que permitirá garantizar un clima saludable para la plantilla y una reducción significativa de la tasa de absentismo.
En este sentido, el Dr. Jaume Sala, especialista en Medicina del Trabajo y Director de Negocio de Grupo Geseme indica que «conseguir la óptima recuperación del trabajador y la duración óptima del proceso es el objetivo de un plan de gestión del absentimo que tiene como consecuencia directa una reducción de los costes empresariales generados por enfermedad común mediante la gestión de las incapacidades temporales y permanentes y disminuyendo el Absentismo Laboral. Está claramente demostrado que el coste de esta gestión se autofinancia con una pequeña parte del ahorro que genera, por eso en nuestro caso trabajamos a objetivo”.
Son muchas las tareas que pueden contemplarse en el plan para reducir el absentismo y que ayudarán al empleado a una más rápida recuperación, como por ejemplo:

  • Poner a disposición de la empresa un conjunto multidisciplinar de profesionales y recursos destinado a ofrecer soporte y asesoramiento médico y mejorar la atención sanitaria de los empleados
  • Agilizar pruebas médicas
  • Aportar información para una mejor gestión de los RRHH
  • Gestionar segundas opiniones médicas
  • Gestionar y prestar asesoramiento médico-jurídico-laboral

Para más información:  www.absentismo-laboral.com