Aunque las guías actuales aconsejan incluir suplementos nutricionales orales en todos los pacientes geriátricos con fractura de cadera, ya que les ayuda a tener una recuperación funcional más rápida y reducir posibles complicaciones posteriores, en la actualidad esta recomendación no se está poniendo en práctica, tal y como pusieron de manifiesto los especialistas reunidos en el X Curso de Ortogeriatría organizado por el Hospital Universitario La Paz.

La fractura de cadera es una lesión muy frecuente en personas mayores de 65 años. Cabe destacar que, tras este tipo de incidentes, la tasa de mortalidad aumenta de forma lineal un 4% durante la estancia hospitalaria y hasta un 40% durante los tres siguientes años. Sin embargo, una intervención nutricional adecuada podría mejorar notablemente el tratamiento e incluso reducir la tasa de mortalidad.

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La mortalidad en mayores de 65 años aumenta hasta un 40% tras una fractura de cadera

 
En este sentido, las guías actuales aconsejan incluir suplementos nutricionales orales en todos los pacientes geriátricos con fractura de cadera. No obstante, estos suplementos no se incluyen en la práctica clínica tal y como comentaron los expertos en Geriatría reunidos en el  X Curso de Ortogeriatría del Hospital Universitario La Paz.
En este foro también se presentaron los resultados del estudio PROA y el Registro Nacional de Fracturas de Cadera, dos innovadoras bases de datos que aportan información actualizada y muy relevante sobre el curso clínico de los pacientes en España, ya que permiten observar diferencias regionales en los tratamientos y detectar oportunidades de mejora de la calidad asistencial en los hospitales, como, por ejemplo, la intervención nutricional.

Eficaces contra la desnutrición y la pérdida de masa muscular

La intervención nutricional mediante suplementación ha demostrado ser eficaz en la desnutrición y la pérdida de masa muscular, reduciendo así las complicaciones y mejorando la recuperación funcional del paciente. De hecho, son varios los estudios que muestran que los ancianos desnutridos presentan un mayor riesgo de fractura, así como que los pacientes geriátricos que fallecen después de una fractura de cadera, presentan unos índices nutricionales más bajos (estudio Desnutrición como factor pronóstico en ancianos con fractura de cadera y Estado nutricional en ancianos con fractura de cadera. Nutricion hospitalaria).
“La desnutrición, muy prevalente en el paciente geriátrico con fractura de cadera, se asocia con una mayor incidencia de complicaciones, el aumento de la duración de la estancia hospitalaria, y, por lo tanto, con el aumento de los costes, además de un incremento de la mortalidad”, explica el Dr. Vincenzo Malafarina, geriatra del Complejo Hospitalario de Navarra.
“Sin embargo, a pesar de que la desnutrición es muy prevalente en pacientes geriátricos con fractura de cadera, no se le presta la debida importancia. La desnutrición es un factor de riesgo modificable e identificarla no solo mejora la atención sanitaria a los pacientes, sino que, con una intervención nutricional adecuada, incluso podría reducirse la mortalidad”, destaca el doctor.
El déficit de calorías y de proteínas producido por la desnutrición puede asociarse a estados carenciales como la pérdida de fuerza y masa muscular (sarcopenia) que incrementa el riesgo de caídas, y la baja densidad mineral ósea (osteoporosis) que reduce la resistencia del hueso a los traumas, aumentando el riesgo de fractura.
Por todo ello, en el contexto del paciente desnutrido en los últimos años se han desarrollado suplementos nutricionales orales que además de favorecer la recuperación nutricional ayudan en la recuperación funcional del paciente. Para ello es clave no sólo la cantidad sino la calidad de la proteína presente en la fórmula. Características como una rápida biodisponibilidad y un alto contenido en aminoácidos esenciales, especialmente en leucina, son aliados en la síntesis de proteína muscular.
Los especialistas reunidos en el X Curso de Ortogeriatría, organizado en colaboración con Nutricia Advanced Medical Nutrition, también advirtieron que después de haber padecido una fractura por fragilidad, el paciente presenta un mayor riesgo de presentar otras fracturas, no sólo de la cadera contraria, sino también de la pelvis, vertebrales, del húmero o del antebrazo lo que conlleva un impacto negativo en el estado funcional y la calidad de vida del paciente.
Se trata de pacientes muy complejos en cuya evolución influye la aportación de todas las especialidades y disciplinas. Un trabajo en equipo multidisciplinario y bien coordinado entre Traumatología, Geriatría, Anestesia, Rehabilitación, así como entre médicos, fisioterapeutas y personal de enfermería, es esencial para realizar un manejo clínico integral del paciente”, afirma el Dr. Juan Ignacio González Montalvo, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario La Paz.