Pese a los recelos que existen entre la población en general, la morfina y sus derivados son potentes analgésicos que tienen mucha utilidad para diferentes tipos de dolores, tal y como expone en este vídeo el Dr. Marcos Lama Gay, médico de familia en el Centro de Salud de Isaba (Navarra) y miembro Junta Directiva de la Sociedad Navarra de Cuidados Paliativos (PALIAN).

En el mismo, este especialista se refiere a dos falsas creencias sobre la morfina: que crea adicción y que su empleo está indicado solo en pacientes en fase terminal. “La morfina y sus derivados no crean adicción si se utilizan correctamente. Durante el tratamiento hay que hacer ajustes en las dosis, con bastante frecuencia a lo largo del proceso, para ir controlando de forma eficaz el dolor, y siempre bajo indicación del médico o de la enfermera”, señala el Dr Lama, destacando también que “no es cierto que se utilicen solo en los pacientes terminales, ya que estos fármacos son muy buenos analgésicos para el dolor oncológico y crónico, como por ejemplo el dolor óseo provocado por la artrosis”.

En este vídeo, que forma parte de una campaña de educación sanitaria que está llevando a cabo el Colegio de Médicos de Navarra en colaboración con varias sociedades científicas, el Dr. Lama también habla de los efectos secundarios de la morfina y sus derivados, que son principalmente tres: estreñimiento, náuseas y vómitos, y somnolencia. La mayoría son transitorios y, en los casos que se requiera, se utilizan fármacos para paliarlos.

“Para evitar el estreñimiento, la morfina siempre tiene que ir acompañada de laxantes que aporten agua al intestino; las náuseas y vómitos son menos frecuentes y también se pueden paliar con fármacos (Primperán); y la somnolencia es una sensación transitoria y, en los casos que sea más acentuada, también se puede contrarrestar con medicación”. También recalca que la morfina y sus derivados, tal y como se suele creer entre la población, y también entre los profesionales, “no son fármacos que se utilicen como sedantes, se indican para controlar el dolor y la dificultad respiratoria.

Finalmente, el Dr. Marcos Lama Gay aborda los diferentes tipos de dolor y de cómo se puede controlar cada uno de ellos. “Hay tres tipos de dolor: somático (hay bastantes probabilidades de que se pueda controlar), neuropático (se produce por daño en el sistema nervioso y es más difícil de controlar al cien por cien), y un tercer tipo de dolor que combina los dos anteriores. Tenemos que ser honestos y decir a nuestros pacientes con dolor neuropático que vamos a intentar reducirlo para que se convierta en una molestia, pero que no vamos a poder eliminarlo por completo.