La enfermedad del Parkinson está estrechamente ligada con los trastornos del sueño, según un estudio de Instituto Europeo del Sueño, que considera fundamental realizar un análisis del sueño de los pacientes de esta enfermedad para diagnosticar y tratar con eficacia problemas relacionados con el descanso.

Los trastornos de sueño en la enfermedad de Parkinson son muy habituales debido a las características propias de este problema de origen. Por este motivo, los profesionales especializados en el estudio de estos cuadros recomiendan someterse a un estudio en el que se pueda diagnosticar a tiempo cualquier problema que dificulte la conciliación del sueño, siempre en busca de una mejor calidad de vida del paciente.

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En pacientes de Parkinson es importante diagnosticar cualquier problema que dificulte la conciliación del sueño

Algunos estudios apuntan, incluso, a los trastornos del sueño como primeros síntomas, de manera muy temprana, de enfermedades neurodegenerativas severas antes de percibirse de cualquier otra forma, entre las que se encuentra el Parkinson o algunas manifestaciones de demencia.

¿Cuáles son los trastornos del sueño relacionados con el Parkinson?

Algunas de las patologías de descanso más frecuentes relacionadas con el Parkinson son las siguientes:

  • Sueño agitado: se trata de episodios en los que se mueven las extremidades de forma brusca mientras la persona sueña, en general sueños con contenido violento, de forma que interactúa con lo que está percibiendo en esas escenas.
  • Síndrome de Piernas Inquietas: consiste en la necesidad constante de mover las piernas estando en un momento de reposo, ya sea sentado o tumbado.
  • Apnea del sueño: es un problema en el que el paciente detiene su respiración entre los ronquidos, durante un breve periodo de tiempo, sin ser señal de parada cardiorrespiratoria, ya que el origen está en un colapso en la vía respiratoria.
  • Insomnio: la dificultad o imposibilidad de conciliar o mantener el sueño es otro de los problemas relacionados con el Parkinson.
  • Retraso o adelanto de la fase del sueño: consiste en que el paciente comienza a sentir sueño antes o después de los momentos normales.

Todos estos problemas pueden incidir también en un estado de ánimo bajo del paciente, lo que supondrá un verdadero impedimento para una calidad de vida óptima. Por tanto, se prevé clave la investigación y el desarrollo de soluciones para estos problemas que pueden ser un auténtico impedimento para quienes los padecen, indican desde el Instituto Europeo del Sueño, centro de referencia internacional dedicado al tratamiento de los problemas de descanso que dificultan un correcto desarrollo de las jornadas diarias de los pacientes.

Mantener la calma y evitar una sobre-exposición informativa

En otro orden de cosas, el confinamiento generado por la declaración del Estado de Alarma para prevenir la propagación del coronavirus COVID-19 genera en muchas personas sentimientos de estrés y ansiedad en las personas que repercuten de manera muy negativa sobre el sueño, tal y como advierte Celia García Malo, neuróloga del Instituto Europeo del Sueño, que recomienda a la población mantener la calma y evitar una sobre-exposición informativa que puede generar mayor ansiedad.

En estas circunstancias, esta experta advierte que los trastornos del sueño más relacionado con niveles de ansiedad son el insomnio y la práctica de horarios de sueño libres. En este contexto, los profesionales del Instituto Europeo del Sueño recomiendan seguir estas indicaciones:

  1. Mantener la calma y los sentimientos positivos.
  2. Evitar demasiada exposición al bombardeo informativo, especialmente si no deriva de fuentes oficiales como la OMS pues esto a genera dudas, preocupaciones y va a aumentar nuestros niveles de ansiedad.
  3. Es sumamente importante mantener hábitos de vida  saludables.
  4. Tratar de realizar las actividades que generalmente hacemos en el día en circunstancias normales.
  5. Respetar los horarios regulares de cada actividad y rutina: despertar, comer, hacer los quehaceres, etc.
  6. Hacer algo de ejercicio físico al menos 30 minutos en el día, preferiblemente a primera hora de la mañana.
  7. Evitar las siestas durante el día para dormir de forma más profunda y plácida en la noche.
  8. Al despertar en la primera hora procura exponerte a la luz natural del sol.
  9. Evitar realizar actividad física o estimulante 2 a 3 horas antes del irse a dormir en la noche. Se puede escuchar música relajante, meditar o ver algún contenido divertido y no estresante.
  10. Cuidar la alimentación.
  11. Tener un buen descanso nocturno