La salud oral y las enfermedades propias del corazón están relacionadas y, por tanto, un adecuado cuidado bucodental puede ayudar a preservar la salud cardiovascular, tal y como subraya el equipo médico de Sermade (Servicio Móvil Dental).

Y que, como indica la directora de Sermade, Sara Guisado, “corazón y cavidad oral están conectados por la propagación que existe de las bacterias y otros gérmenes desde la boca a otras partes del organismo mediante el torrente sanguíneo. Cuando las bacterias llegan al corazón, pueden adherirse a cualquier zona y provocar la inflamación de los tejidos del corazón. Esos procesos pueden derivar en enfermedades como la endocarditis. En este sentido, la Asociación Americana del Corazón ha advertido también que la arterioesclerosis y la apoplejía con la inflamación que pueden llegar a producir las bacterias presentes en la cavidad oral.

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La mala higiene oral puede favorecer la aparición o agravamiento de enfermedades cardiovasculares al provocar la inflamación de los tejidos del corazón

Por todo lo expuesto, aquellos pacientes que presentan enfermedades crónicas “asociadas a los tejidos periodontales tienen mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares. Una de las principales causas es la mala higiene oral, porque las bacterias presentes en los procesos periodontales pueden migrar al torrente sanguíneo”, advierte Sara Guisado.

Sermade insiste en la importancia de tener en cuenta una serie de signos que nos deben servir como señales de advertencia. Según la Asociación Americana de Periodoncia hay que prestar especial atención a:

  • Encías rojas, inflamadas y que duelen al tacto.
  • Sangrado de los tejidos periodontales.
  • Presencia de procesos infecciosos con presencia de pus en las encías.
  • Presentar mal aliento o notar un mal sabor en la boca.
  • Observar dientes más alargados de lo normal, que pudiera ser causa de retracción de los tejidos periodontales.
  • Notar que los dientes están flojos o están más separados los unos de los otros.

“Presentar dos o más síntomas de los descritos anteriormente puede indicar que necesitamos realizar tratamientos que mejoren el estado de la salud periodontal”, apunta a directora de Sermade. Y es más, un estudio publicado por la revista European Journal of Preventive Cardiology relacionó el cuidado oral con el riesgo de presentar fibrilación auricular. Este estudio concluyó que tener una correcta salud oral reduce la posibilidad de padecer afecciones cardiacas.

La prevención es fundamental para evitar riesgo cardiovascular

Cuando las personas mayores dependientes o con deterioro cognitivo no pueden mantener unos cuidados bucodentales adecuados, los cuidadores, tanto familiares como profesionales, deben prestar especial atención a una serie de señales que alertan y dan pistas sobre posibles problemas en la boca y/o en los dientes: falta de apetito, úlceras o llagas, sequedad en la boca, sensibilidad al tomar alimentos fríos y/o calientes, dientes amarillos y mal aliento, entre otros.

Pero, sobre todo, una mala higiene dental o padecer procesos orales crónicos no tratados “ofrece a las bacterias de la cavidad oral una ruta de escape hacía el torrente sanguíneo donde pueden llegar a provocar la formación de coágulos que aumenten los riesgos de enfermedad cardiovascular”, insiste Sara Guisado.

En este sentido, el mejor consejo que se puede dar para evitar el aumento de riesgo cardiovascular es la prevención. Por ello, el equipo médico de Sermade ofrece a las persona mayores o a sus cuidadores las siguientes recomendaciones:

  • Acudir al especialista para que evalúe el estado oral del paciente y realizar una revisión, al menos, dos veces al año.
  • Realizar los tratamientos precisos sobre las afecciones orales que presente de forma individual cada paciente.
  • Mantener una correcta higiene oral, mediante el cepillado y otros elementos complementarios como colutorios, seda dental, cepillos interproximales, irrigadores, etc.

“Mantener una correcta higiene oral junto con unos cuidados profesionales, disminuirá la probabilidad de padecer enfermedades cardiacas asociadas con los procesos infecciosos o inflamatorios”, concluye Sara Guisado.