La Federación Lares, a través de su asociado Cruz Blanca, será la encargada de gestionar el Centro de Positivos de Coronavirus, que tiene prevista su apertura de forma inmediata en la localidad de Gea de Albarracín (Teruel).

El Gobierno de Aragón ha designado a Cruz Blanca para la gestión general de una instalación prevista para 50 personas con sintomatología leve de COVID-19. En este sentido, se encargará de los servicios auxiliares y gestión del día a día, mientras que el Gobierno de Aragón aportará todo el personal sanitario y material técnico necesario.

Esta iniciativa, pionera en España, tendrá réplica muy pronto en otras Comunidades Autónomas, y en esos casos, se seguirá el mismo esquema con la presencia de la Federación Lares en toda la logística general de los servicios sociales y auxiliares y las Autoridades Públicas en todo lo relacionado con lo sanitario.

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La Federación Lares, a través de su asociado Cruz Blanca, gestionará el Centro de Positivos de Coronavirus de Gea de Albarracín, el primero de España

Tal y como indican desde Lares, todos sus profesionales «se sienten muy orgullosos de formar parte de estas iniciativas». Y entienden este encargo como un «reconocimiento a su labor eficaz y entregada, desde el rigor técnico y el trato humanizador. Son muchas las plantillas de profesionales, al completo, de muchísimas residencias que, en los últimos días, han decidido aislarse junto a sus residentes, para evitar los posibles riesgos de contagio del virus con las salidas a sus domicilios».

Elaborar y ejecutar un Plan de Contingencia en cada Autonomía

A juicio de Lares, entidad que agrupa a mil residencias de personas mayores, en situación de discapacidad o en riesgo de exclusión social con 54.000 residentes y 35.000 profesionales, la Orden publicada el pasado jueves 19 de marzo, para la adopción de medidas relativas a las residencias de mayores ante la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 va en el camino de dotar a todas las residencias de todo lo preciso. Sin embargo, desde el punto de vista de esta entidad, aun siendo provistos de todos los medios materiales y humanos necesarios, muchas residencias de España no guardan condiciones arquitectónicas que permitan la realización de aislamientos y contenciones eficientes, sin poner en riesgo a más residentes.

En este sentido, Juan Ignacio Vela, presidente de LARES, reclama que se tome en cuenta el consejo de la Sociedad de Geriatría y Gerontología: cada Comunidad Autónoma debe elaborar y ejecutar un Plan de Contingencia que prevea la habilitación de hoteles, instalaciones públicas, antiguos colegios, residencias y centros de día cerrados o en venta, tanto públicos como privados, de modo que solo haya personas con positivos o aisladas en las residencias que guarden condiciones para ello”.

Lares recuerda que sus residencias son hogares y, como tal, están concebidos. En esta línea propone que las propias CC.AA. establezcan, en cada territorio, qué residencias son propicias para atender positivos y situaciones de aislamiento que no se puedan garantizar en otras residencias. De no hacerlo, a su juicio, las decisiones del Estado y de las CC.AA. suponen una rendición, pues aboca a que muchas residencias de mayores se conviertan en potenciales agentes de contagio.

Juan Ignacio Vela pide que no se olvide que las residencias atienden personas mayores o en situación de discapacidad, es decir, las más vulnerables a la infección, conviviendo unas con otras con gran proximidad y, en muchos casos, sin poder impedir la deambulación dado su deterioro cognitivo. En este sentido advierte que “si se utilizan las residencias como un embudo sanitario, sin tener en cuenta todo esto, se pondrá en riesgo la vida de más personas. Desde Lares se indica que muchas residencias sí podrían apoyar al ámbito sanitario en la atención de situaciones que no generen riesgos de contagio dentro de las residencias, siempre que cuenten con los medios sanitarios necesarios, tanto humanos como materiales.

Por último, el presidente de Lares reclama también que “no dejen de atenderse las necesidades sanitarias de las personas mayores, o en situación de discapacidad que viven en residencias y que no se vinculan al coronavirus», y que «bajo los pronósticos sanitarios de mayor capacidad de recuperación, no se esconda un criterio de edad a la hora de decidir a quién se atiende primero.