Se necesita una mayor presencia de profesionales sanitarios en las residencias de mayores para evitar “situaciones de riesgo evitable” ante la pandemia del coronavirus que supera en España los 60.000 infectados, tal y como señala la Fundación Edad&Vida, entidad dedicada a mejorar la calidad de vida y bienestar de las personas mayores.

En este sentido, el asesor del presidente de la entidad, el Dr. Josep María Via, muestra su preocupación por la situación de “desprotección que están viviendo las personas mayores ante esta emergencia sanitaria, ya que suponen uno de los grupos de “mayor riesgo” ante este virus. Y es que, según el Ministerio de Sanidad el 40% de las personas infectadas tiene más de 65 años.

En relación a la petición que realizan desde Edad&Vida, el Dr. Via asegura que la insuficiencia de los profesionales sanitarios en las residencias limita la capacidad de atención adecuada y de contención del colapso de los servicios de urgencia por derivaciones innecesarias procedentes de estos centros”, destacando que “el personal sanitario de las residencias está desbordado y saturado ante los casos de propagación del COVID-19 que se están dando y en muchos casos nos los puede afrontar correctamente”.

De esta manera, desde la Fundación Edad&Vida proponen que las administraciones organicen la actividad de los profesionales de atención primaria, que están desprogramando visitas para atender a personas afectadas por coronavirus a través de atención telefónica y de urgencia, para que puedan realizar su labor directamente en los centros residenciales para las personas mayores que lo precisen y así garantizar el control y contención del virus.

“Ante esta situación de crisis sanitaria y social los equipos de atención primaria podrían complementar la labor de atención telefónica y domiciliaria que realizan con la atención directa en las residencias para garantizar una atención de calidad que responda a las necesidades reales de las personas”, indica el Dr. Via, puntualizando que “para garantizar una correcta prestación del servicio es imprescindible que este personal sanitario cuente con un kit terapéutico básico: fármacos para cuidados paliativos, oxigeno, etc.”.

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Desde Edad&Vida se pide mayor presencia de médicos en las residencias de mayores para evitar situaciones de «riesgo extremo» ante la pandemia del COVID-1

Además, desde la entidad también denuncia la escasez de EPI’s por parte de los profesionales que atienden a diario a las personas mayores en residencias, lo que pone de manifiesto la precariedad de la situación en algunos centros. Y es que, la gestión de esta crisis provocada por el COVID-19 está sometiendo al sector residencial a una serie de tensiones que evidencian que es el más vulnerable de todos los que prestan cuidados sanitarios y que su capacidad resolutiva ante problemas de salud de este tipo es insuficiente, advierte la Fundación Edad&Vida,

Por eso, para esta Fundación la crítica situación que están viviendo las residencias de mayores ante la pandemia del coronavirus evidencia la necesidad de comenzar un debate serio sobre la integración sociosanitaria en el Sistema Nacional de Salud y apuesta, para el futuro, por establecer soluciones que mejoren la situación de las residencias y dotarlas de los recursos necesarios para poder atender adecuadamente a sus usuarios, en general, todos ellos enfermos crónicos y pluripatológicos. “Si queremos que estos centros continúen desarrollando su labor asistencial, que, no olvidemos, contribuye al desahogo del sistema sanitario ya que proveen cuidados especializados, es fundamental la coordinación entre hospitales, centros sociosanitarios y residenciales y de atención primaria, asegura el Dr. Via.

Fundación Edad&Vida destaca que es preciso reconocer la importante labor profesional y esfuerzo que están haciendo durante estos días todos los profesionales del sector que, en una situación de cuestionable seguridad, asisten a diario a las personas usuarias de sus centros manteniendo tanto los estándares habituales de calidad en el cuidado como de cercanía y cariño en el trato hacia ellas.

Recientemente, esta entidad ha coordinado el trabajo colaborativo de diferentes agentes expertos en el ámbito de la atención sociosanitaria, representantes de sociedades científicas, colegios profesionales, asociaciones de pacientes, prestadores de servicios, laboratorios farmacéuticos, de productos sanitarios y nutrición enteral, etc. que se han reunido en torno a unas mesas técnicas para analizar la situación actual, detectar y describir los principales retos y proponer posibles soluciones que permitan mejorar la atención social y sanitaria, así como la calidad de vida de las personas que viven en estos centros residenciales; al mismo tiempo que dar visibilidad a la atención sanitaria (médica, enfermera, funcional y farmacéutica) que se realiza para que se integren en el Sistema Nacional de Salud. Sus principales conclusiones, que se presentaron en el VII Congreso Internacional de Dependencia y Calidad de Vida, eatablecen unas recomendaciones en materia de atención sociosanitaria en centros residenciales:

  1. Reconocer la atención en residencias como un nivel asistencial diferenciado de la primaria y de la hospitalaria y plenamente integrado en el Sistema Nacional de Salud.
  2. Establecer las herramientas de coordinación necesarias para facilitar el funcionamiento de este nuevo nivel asistencial de forma integrada.
  3. Desarrollo de un modelo de planificación que permita diferenciar los centros según las necesidades sociales y asistenciales.
  4. Poner en marcha estudios científicos robustos que expliciten la carga sanitaria que atienden los centros residenciales.
  5. Visibilizar la labor tanto de los profesionales de los centros como de los que actúan en coordinación con ellos.
  6. Apostar por la especialización profesional, reconociendo la formación específica y especializada, e impulsar la formación continua.
  7. Mejorar las condiciones laborales de los profesionales equiparándolos con los del sistema nacional de salud.
  8. Creación de una estructura real de relación entre hospitales, centros y recursos de atención intermedia (centros sociosanitarios y residenciales) y de atención primaria.
  9. Creación de un marco estatal de acreditación social y sanitaria básico y común que valore positivamente la implantación de protocolos innovadores y garantice la calidad y homogeneidad de la asistencia prestada.
  10. Establecimiento de un modelo de financiación pública mixto vinculado al modelo de planificación de dos tipos de aportaciones en función de la tipología de necesidades que se atiendan en los centros, es decir, del sistema social para las de este tipo y del sistema de salud para las asistenciales.