El confinamiento está provocando que muchos familiares no puedan visitar a sus seres queridos infectadas por COVID-19 en sus últimos días ni despedirse antes de su fallecimiento, lo que genera importantes sentimientos de desamparo y culpa. Consciente de ello, la Fundación Edad&Vida ha elaborado un decálogo de cómo afrontar la muerte de un ser querido en soledad.

Actualmente en España han fallecido casi 14.000 personas a causa del COVID-19, la gran mayoría de ellas, según la Fundación Edad&Vida “solas, sin tener a un familiar con ellas para poder darle la mano, o simplemente para sentirse acompañadas durante sus últimos instantes de vida”. Entre ellas, se encuentran muchos mayores, pero también gente más joven, con y sin patologías previas asociadas.

Y es que, para los familiares de estas personas, hayan fallecido o no por coronavirus, el hecho de haberles perdido en estas circunstancias supone un duro reto que deben afrontar encerrados en sus casas. Muchos han visto a sus seres queridos por última vez sin si quiera saberlo y sin poder darles el último adiós.

muerte en soledad
El no poder compartir con familiares y amigos el dolor de la muerte en soledad de un ser querido hace que el proceso de duelo se vea afectado y se viva de diferente manera

La Fundación Edad&Vida asegura que el hecho de no poder compartir con familiares y amigos el dolor que tienen en estos momentos miles de personas durante la cuarentena, hace que el proceso de duelo se vea afectado y se viva de diferente manera. Asimismo, recuerda que, ante la imposibilidad de realizar un ritual de despedida, que puede agravar el dolor de estas personas que están pasando por momentos tan duros, es importante pensar que una vez finalice esta situación se podrán realizar estas ceremonias tradicionales que no se han podido llevar a cabo durante el estado de alarma.

En este sentido, la directora de la Fundación Edad&Vida, María José Abraham, señala que “gran parte de la ciudadanía se ha visto afectada por la pérdida de un familiar: abuelos, madres, padres, hermanos, tíos, primos, e incluso hijos”. “Hasta este momento siempre hemos vivido estos momentos en compañía y hoy tenemos que hacerlo solos”, apunta Abraham. “Ahora mismo no podemos celebrar ningún tipo de velatorio, funeral o entierro para recordar en comunidad a esa persona y mostrar nuestro afecto hacia ella y sus familiares, es fundamental sustituir estas prácticas actuales por otras que tienen el mismo objetivo”, recalca la directora de la Fundación Edad&Vida.

Recomendaciones para sobrellevar el duelo

Por ello, la Fundación Edad&Vida ha elaborado un decálogo que recoge una serie de recomendaciones con el objetivo de ayudar a la sociedad a sobrellevar la muerte en soledad de un ser querido, una situación que se agrava al tener que permanecer en casa con motivo del estado de alarma impuesto en España.

Entre otras medidas, desde esta entidad se considera de vital importancia que, cuando España supere la crisis del coronavirus, los familiares que hayan perdido un ser querido durante la misma puedan realizar la ceremonia deseada para darle el último adiós en familia.

Así, desde la entidad destacan que la realización de rituales individuales de despedida como preparar un escrito, una carta o dedicarle un dibujo a esa persona, así como crear un espacio de recuerdo, físico o virtual, son pequeños gestos que pueden ayudar de manera considerable a superar esa difícil pérdida. 

Por otro lado, abogan por aprovechar las ventajas de la tecnología para realizar despedidas sociales a distancia que permitan homenajear al ser querido y expresar los sentimientos hacia él. “Podemos realizar videollamadas con amigos y familiares para compartir dicha despedida y hablar de los recuerdos que tenemos de ella, leer cartas escritas a la persona fallecida o compartir fotos, vídeos o música que nos recuerden a ella”, afirma María José Abraham.

Por último, desde Fundación Edad&Vida también recalcan que en los procesos de duelo suelen aparecer emociones intensas y negativas de soledad, tristeza, culpabilidad por no haber podido acompañar a la persona que ha fallecido, enfado, incomprensión o desamparo. En este sentido instan a no reprimir estas sensaciones ni a compararse con nadie ni con otro duelo previo ya que cada proceso puede ser diferente, y mucho más en una situación tan excepcional como el confinamiento en nuestras casas”. “Hablar con las personas de nuestro alrededor y expresar las emociones y sentimientos nos puede ayudar a superar mejor estos momentos tan complicados”, recalca la directora de la Fundación.