Un artículo de Javier Manzano, CEO de Kevo Technologies

La trágica situación desatada a partir de la pandemia del coronavirus ha dejado en evidencia el actual modelo asistencial de nuestro país. Se ha visto claramente la necesidad de activar un proceso de transformación orientado a una mayor colaboración entre los profesionales sanitarios y entre sectores público y privado, aprovechando las múltiples ventajas que pueden aportar las nuevas tecnologías en este contexto.

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Las tecnologías del habla y del lenguaje, en combinación con la Inteligencia Artificial, marcarán la transformación en forma de atender a nuestros mayores, permitiendo nuevo modelo asistencial inteligente

Las tecnologías del habla y del lenguaje (voicebots, chatbots, asistentes virtuales), en combinación con la Inteligencia Artificial, tienen mucho que decir en esta transformación, concretamente, en la forma de atender a nuestros mayores. Si somos capaces de introducirles con éxito en la hoja de ruta de una nueva estrategia teleasistencial más inteligente, estaremos mejor preparados de cara al futuro y nos estaremos anticipando a posibles problemas que pueden venir, tales como una segunda ola de coronavirus durante el próximo otoño. 

Cabe resaltar que, a pesar de que se tenga una idea predefinida sobre estas nuevas tecnologías, la Inteligencia Artificial y, específicamente, la Inteligencia Artificial cuyo eje de conexión entre la tecnología y la persona es la voz puede facilitar la eliminación de la brecha digital generacional tan acusada que tenemos en la sociedad española, tal y como se ha podido demostrar estos días. La incursión de este tipo de tecnología en el ámbito sociosanitario  puede cambiar de forma positiva la manera en la que se abordan numerosos procesos asistenciales.

Sin embargo, el sentir general de las empresas que ya estamos trabajando en este ámbito tecnológico es que las decisiones de los agentes involucrados van muy por detrás del ritmo al que avanza la propia tecnología, lo que requiere de un proceso de aceleración que nos ayude a mejorar la calidad asistencial y haga más eficientes los procesos.

Hasta ahora se podía barajar y analizar posibles escenarios. Ahora ya es una necesidad y hay que abordar el problema de manera urgente. Vivimos tiempos convulsos y tenemos que apoyarnos en las nuevas tecnologías para poder hacer frente a los problemas de hoy. Todos los agentes implicados en esta transformación del modelo asistencial actual debemos de empezar a remar en la misma dirección, actuando de forma inteligente, por el bien, sobre todo, de nuestros mayores. Para el 2050 se prevé que las personas mayores de 65 años representen un 35% de la población española y se ha de garantizar su calidad de vida. Una realidad, un reto y una oportunidad, sin duda.