Los especialistas señalan la importancia de detectar y tratar la disfagia y la malnutrición en las personas con COVID-19 para evitar sus consecuencias negativas en la recuperación, tanto en los pacientes hospitalizados como en aquellos dados de alta.

Y es que dos frecuentes alteraciones que se han observado en los pacientes ingresados por COVID-19 son la disfagia (o problemas en la deglución) y el riesgo nutricional/malnutrición, que ocasiona una gran pérdida de peso y puede comprometer aún más su estado inmunitario.

La disfagia orofaríngea (DO) es un trastorno reconocido por la OMS que se caracteriza por conllevar dificultades para trasladar de manera segura y eficaz el bolo alimenticio desde la boca hasta el esófago, causando graves complicaciones, tales como la desnutrición y la deshidratación, complicaciones respiratorias y neumonía por aspiración.

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Es importante detectar y tratar la disfagia y la malnutrición en pacientes COVID-19 para evitar consecuencias negativas en la recuperación, tanto en los pacientes hospitalizados como en aquellos dados de alta

El Dr. Pere Clavé, director de Investigación del Hospital de Mataró, Consorci Sanitari del Maresme (Barcelona) y Presidente Fundador de la Sociedad Europea de Trastornos de Deglución, indica que “las consecuencias de no diagnosticar y tratar la disfagia en pacientes COVID-19 pueden derivar en una mayor incidencia de sobreinfecciones respiratorias, neumonía aspirativa, deshidratación, malnutrición, reintubaciones en pacientes post UCI, prolongación de los días de ingreso, e, incluso, de mortalidad en el hospital. El abordaje simultáneo, precoz y universal de la disfagia y el riesgo nutricional en estos pacientes mejora la evolución clínica de los pacientes hospitalizados y de aquellos dados de alta”.

Importancia de detectar la disfagia en el paciente COVID-19

La experiencia clínica de las últimas semanas se ha recogido en distintas guías médicas, como la guía de nutrición clínica publicada por la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN) y la guía de práctica clínica del Hospital de Mataró (en cuya elaboración ha participado el Dr. Clavé). Esta última destaca tres nuevos fenotipos principales de pacientes con disfagia orofaríngea relacionados con la infección por SARS-CoV-2.

Por una parte, se encuentran los pacientes ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), en los que se ha visto una DO asociada, bien con la intubación o ventilación mecánica, o a traqueotomías o sondas nasogástricas. Además, se ha detectado DO en pacientes ingresados en planta con infección respiratoria, neumonía o insuficiencia respiratoria, algunos de ellos con una enfermedad grave que necesita de una alta concentración de oxígeno o ventilación mecánica no invasiva.

Finalmente, se puede hablar de pacientes post-agudos de Covid-19 dados de alta de hospitales a centros de rehabilitación, residencias de ancianos o centros sociosanitarios (incluidos hoteles medicalizados), quienes han desarrollado una DO asociada a la fragilización acelerada que causa la enfermedad.

Para todos estos grupos de pacientes, es imprescindible una correcta evaluación al ingreso del riesgo de disfagia orofaríngea y malnutrición, asociadas a la severidad clínica de los diferentes síndromes Covid-19 que han desarrollado y a las necesidades médicas que han requerido, como pueden ser la intubación o la ventilación mecánica”, explica el Dr. Clavé.

El riesgo de desnutrición asociado a la disfagia orofaríngea

El Hospital de Mataró inició un estudio hace unas semanas cuyos datos iniciales demuestran que el 55% de los pacientes en Unidades de Hospitalización COVID-19 presentan disfagia y el 84% riesgo nutricional, por lo que este centro ha iniciado una estrategia proactiva de cribado, identificación y tratamiento precoz de todos los pacientes desde el momento de su ingreso con productos adaptados tanto textural como nutricionalmente.

En el citado estudio de la ESPEN, las dificultades en la deglución después de la extubación pueden durar hasta 21 días, sobre todo en aquellos pacientes ancianos o en los que han sufrido una intubación prolongada. Adicionalmente, se ha observado que cerca del 24% de los pacientes de mayor edad dependían de una nutrición por sonda hasta tres semanas después de la extubación.

Según los expertos, en los pacientes COVID-19 en UCI con disfagia habría que considerar, como parte integral del abordaje terapéutico, las soluciones nutricionales con texturas adaptadas debido al elevado riesgo de desnutrición que pueden padecer tras la extubación, con atención especial a los mayores, personas frágiles e individuos con comorbilidades individuales.

Así, Danone Specialized Nutrition apuesta por compartir información de utilidad para pacientes y cuidadores en su web de pacientes con disfagia, así como en sus cuentas de Twitter e Instagram para facilitar el alta de los pacientes y de sus familiares con recomendaciones de práctica clínica del Hospital de Mataró y con el webinar sobre 10 procedimientos básicos para diagnosticar y tratar la disfagia en pacientes COVID-19 de la Fundación FUREGA. Ademas, Danone Specialized Nutrition ofrece recomendaciones, trucos, consejos y recetas para hacer que los pacientes con disfagia puedan seguir disfrutando de la vida.