La actual pandemia de COVID-19 está afectando a la salud mental de las personas mayores que estaban bien cognitivamente, y provoca un empeoramiento del estado mental en aquellas que ya presentaban demencia u otros problemas, tal y como afirma el Dr. Jorge Pla, psicogeriatra de la Clínica Universidad de Navarra.

Este especialista ha participado en la XIX Reunión Anual de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría, que se ha tenido lugar estos días de forma telemática reuniendo a psiquiatras del País Vasco y Navarra para analizar el impacto de la COVID-19 en la salud mental. En este foro, el Dr. Jorge Pla ha señalado que las medidas de confinamiento y aislamiento social suponen para la población mayor “un problema para su salud mental al generar cuadros depresivos y de ansiedad. Se trata de un colectivo que ya de por sí presenta mucha fragilidad en su salud mental y física”.

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No tocar, no besar y, en algunos casos, no poder ver a los seres queridos impacta muy negativamente en la salud mental de las personas mayores

En este sentido, el Dr. Pla advierte que “al igual que en otros segmentos de la población la incertidumbre y la restricción de los contactos sociales con su familia y su círculo más cercano está haciendo mella en la salud de las personas mayores que cognitivamente estaban bien y también en aquellas que sufren demencia u otros problemas de salud mental. Hay personas que, por ejemplo, recibían a sus nietos diariamente en su casa a la hora de comer para ayudar a sus hijas e hijos que trabajan, y ahora no pueden acercarse”.

Tal y como indica este experto, “está generando cuadros depresivos. No poder tocar, no besar y, en algunas ocasiones, no poder ver a los seres más queridos impacta muy negativamente en la salud mental de esta población que necesita de este contacto”. A esto hay que añadir que “la situación de aislamiento acelera el deterioro cognitivo, que ya de por sí es rápido en las personas mayores que tienen problemas de demencia. Tampoco ayuda la falta de estímulo, la inquietud, los temores por la familia y allegados, el miedo al contagio, la desesperanza, el aburrimiento y el hastío. Además, la falta de ejercicio y movimiento empeoran las condiciones físicas que después costará mucho recuperar. Había personas que andaban más de 40 minutos al día y ahora no se mueven”.

En este contexto, el psicogeriatra de la Clínica Universidad de Navarra recomienda que “las personas mayores sigan las normas de seguridad y protejan su inmunidad reduciendo el estrés y cuidando el sueño y el descanso, la alimentación (vitamina C y D) y una hidratación adecuada”. “También es importante mantener el ejercicio cognitivo y físico regular, mejorar la higiene personal y mantener la funcionalidad con rutinas seguras”, destaca el Dr. Pla, recalcando la necesidad de “difundir a los mayores la información disponible con veracidad y optimismo”.

Por último, el psicogeriatra hace hincapié en que “se debe compatibilizar una actitud prudente frente al virus con la dignidad y el cuidado de la salud mental de una persona mayor. Y por supuesto, en este sentido, facilitar a las personas mayores que tengan contactos sociales con sus allegados, pero siempre de forma segura y siguiendo las normas sanitarias”.