El rediseño del modelo de cuidados, las residencias, la soledad de las personas mayores o la discriminación edadista ya eran cuestiones inaplazables mucho antes de que el COVID-19 pero, lamentablemente, la pandemia las ha convertido en prioridades aún más acuciantes.

En este contexto se hace urgente “resetear el envejecimiento” en España, repensarlo, reconstruirlo… para las personas mayores de hoy y para las del mañana, tal y como indican desde la ONG Grandes Amigos. Y todo ello, contando con las propias personas afectadas, las personas mayores, con frecuencia apartadas de las decisiones que afectan a sus propias vidas.

Pero también es fundamental concienciar a quienes en el futuro serán mayores, para que tomen conciencia de lo que supone el envejecimiento con el fin de transformarlo entre todos. En este sentido, Grandes Amigos y Mutualidad de la Abogacía, dentro de su convenio de colaboración, han puesto en marcha ‘re-envejecimiento’, una serie de diálogos intergeneracionales en formato de vídeollamadas de poco más de 2 minutos. En ellas, personas mayores acompañadas por la ONG Grandes Amigos y jóvenes profesionales de Mutualidad de la Abogacía intercambian reflexiones, preocupaciones y experiencias vitales en torno a temas de actualidad.

¿Dónde les gustaría envejecer? ¿Cómo mejorar las residencias? ¿Cómo se sienten al verse discriminadas por su edad? ¿Qué pueden aportar y recibir de la sociedad? Son algunos de los temas abordados en estos encuentros. Al margen de edad y trayectorias vitales, los participantes demuestran desde su diversidad que existen más puntos en común de los que la sociedad imagina.

Así, por ejemplo, Sara (28 años) y Blanca (76) hablan de la discriminación edadista que existe de forma latente en la sociedad, enquistada en el trato cotidiano a las personas mayores. Esta discriminación es previa “y no puntual” fruto de la actual pandemia, sino que “viene de antes”, tal como explican, y es germen del abuso y maltrato contra los derechos y la dignidad de las personas mayores.


Por su parte, Joaquín (34) y Miguel Ángel (78) abordan las enseñanzas que nos deja la crisis del COVID-19, aprendizajes válidos a cualquier edad que derriban cualquier estereotipo edadista. Asimismo, sale a relucir la necesidad de reconectar generaciones, lo que ayudaría a normalizar que las personas mayores sean valoradas y tenidas en cuenta, frente al actual incremento de su soledad y aislamiento.


Y Minerva (34 años) y María Luisa (73), que explican cómo nos gustaría envejecer. A muchas personas mayores nadie les ha preguntado dónde y cómo desearían vivir; y la mayoría de los jóvenes aún no se lo han preguntado. ¿Nos gustan las residencias tal como son? ¿Y si, además de intentar mejorar las residencias, se fomentaran otras alternativas habitacionales que conjuguen las preferencias de las personas, su autonomía y los cuidados necesarios?