Un artículo de Nieves Marín,
responsable de comunicación de Audiben

La hipoacusia, o pérdida auditiva vinculada al envejecimiento, puede afectar a nivel mental y aumentar el riesgo de aislamiento social. No obstante, puede tratarse: una buena prevención y utilizar soluciones auditivas disminuye el riesgo de desarrollar demencia.

No oír bien, no entender con claridad una conversación, no poder atender el teléfono, no abrir la puerta, no escuchar bien la televisión o la radio y necesitar subir el volumen (algo que puede resultar molesto para los demás) son situaciones que pueden alterar el día a día de un adulto mayor. La pérdida de la audición relacionada con la edad —o por otras causas— puede provocar aislamiento y hasta depresión en las personas mayores.

Existen soluciones auditivas en el mercado que son perfectamente válidas para un 85% o más de los casos, sin necesidad de ninguna adaptación personalizada

Si bien hay alteraciones que se producen de manera inevitable con el paso del tiempo, estar atentos a los síntomas —tanto la persona como su entorno familiar— y consultar al médico en forma rápida, puede ayudar a mejorarles la calidad de vida de manera notable. Y lo que es peor: tener dificultades auditivas puede causarnos aflicciones mucho más profundas a largo plazo. De hecho, algunos de los principales problemas asociados a la vejez, como el deterioro cognitivo y el aislamiento social, están directamente relacionados con la merma de la capacidad de oído.

¿Cuál es la conexión entre la audición y la demencia senil? La respuesta es sencilla: la percepción del sonido comienza en el cerebro. Este órgano procesa e interpreta los sonidos que los oídos detectan, transformando las ondas sonoras percibidas en sonidos reconocibles. La información que recibe de los oídos, además, ayuda al cerebro a mantener la orientación espacial en función de las direcciones por donde llegan los sonidos. Este proceso nos permite centrarnos en una conversación y obviar todos los demás ruidos que nos rodean.

Es decir, la pérdida de audición compromete la información recibida por el cerebro y como mecanismos defensa, el cerebro emplea energía extra para rellenar las lagunas causadas por la información parcial percibida. Este esfuerzo adicional que es necesario para acompañar una conversación o realizar una tarea común en un mundo sonoro puede agotar el cerebro y generar frustración en las personas que padecen una pérdida auditiva no tratada. Un estudio reciente asegura que la pérdida auditiva es potencialmente el mayor factor de riesgo modificable para la demencia y el deterioro cognitivo.

Además, y como es lógico, la capacidad de oído tiene mucho que ver con nuestras relaciones sociales. Si no somos capaces de oír lo que nos dicen y no podemos seguir una conversación correctamente, nos resultará mucho más difícil relacionarnos con normalidad con familiares y amigos. Esta situación puede conducirnos al aislamiento social, que supone un drama para las personas mayores, al sentirse en muchos casos solas y excluidas.

Por si fuera poco, todo ello puede llevar también a problemas como la depresión, trastornos de la conducta y alteraciones del sueño. Cuanto menos cómodos nos sintamos con nosotros mismos, y cuanto más nos aislemos del resto de personas, más propensos seremos a desarrollar aflicciones de todo tipo.

¿Qué hacer en caso de pérdida auditiva?

En primer lugar, es muy importante contar con el apoyo de nuestros seres queridos. Aunque ya no podamos oír tan bien como antes, eso no tiene por qué alejarnos de las personas a las que más queremos. La comprensión y la paciencia por parte de ellos es determinante para hacer frente a esta realidad, así como también nuestro propio esfuerzo por seguir comunicándonos con ellos pese a las dificultades añadidas.

Sin embargo, lo más sencillo y eficaz es encontrar una solución específica que vuelva a proporcionarnos una correcta capacidad de oído, para así poder disfrutar de nuevo de la vida y de nuestras relaciones sin ninguna desventaja. En este sentido, las soluciones auditivas han evolucionado mucho, tanto en tecnología y prestaciones como en accesibilidad, por lo que son la mejor opción para hacer frente a este problema: aunque no pueden «curar» el descenso auditivo, proporcionan beneficios con una amplificación adecuada, y ayudan a las personas con pérdida de audición a llevar una vida normal

Hasta hace relativamente poco, era necesario gastar miles de euros para obtener un dispositivo adecuado a las necesidades de cada persona y poder volver a tener una audición normal. Pero a día de hoy, el mercado de las soluciones auditivas está mucho más democratizado, con opciones de gran calidad a precios asequibles para el conjunto de los ciudadanos.

Uno de los motivos por los que estos productos han sido tradicionalmente tan caros es que, por lo general, son adaptados específicamente por profesionales para que se ajusten a las necesidades auditivas de cada persona concreta. Este procedimiento encarece considerablemente el audífono, pero la realidad es que hoy en día existen soluciones auditivas en el mercado que son perfectamente válidas para un 85% o más de los casos, sin necesidad de ninguna adaptación personalizada.

Dicho tipo de soluciones simplifican mucho el proceso de adquirir un producto de estas características, y disminuyen significativamente el coste económico. En este sentido Audiben, ofrece modernas y al alcance de todos. Y como decíamos antes, lo más probable es que estas soluciones auditivas sean totalmente válidas para cualquiera que se decida a darles una oportunidad.

Volviendo a hacer vida normal

Tal como hemos comprobado, oír bien a ciertas edades ya no es sólo cosa de ricos, lo cual supone un alivio para evitar todos esos problemas asociados a la pérdida auditiva que hemos explicado. Nadie tiene por qué exponerse a enfermedades mentales, deterioro cognitivo, aislamiento social ni depresiones por no poder oír bien, y es importante encontrar soluciones eficaces y duraderas a las que puedan acceder el mayor número de personas posible.

Está claro que nadie puede detener el paso del tiempo, y ciertos problemas físicos y mentales van apareciendo tarde o temprano. Pero con una buena solución auditiva, es posible retrasar considerablemente el desarrollo de males como el deterioro cognitivo, y disfrutar de una gran claridad mental durante más años.

Además, la salud mental también se ve muy beneficiada por nuestra capacidad de tener una vida diaria satisfactoria, y de poder relajarnos con nuestras actividades favoritas. No sólo se trata de participar de manera normal en conversaciones con familiares y amigos, sino también de seguir disfrutando de películas, series, telediarios, obras de teatro, etc. Ese tipo de momentos es importante para todo el mundo, sea cual sea la edad. Incluso a la hora de dar un paseo, escuchar sonidos como el canto de los pájaros en el parque o el romper de las olas en la playa enriquece nuestro espíritu.

Y como seres humanos que somos, también necesitamos sentirnos conectados con nuestros semejantes. El aislamiento social es una tragedia que afecta a muchas personas mayores, y es importante concienciarse para prevenirlo todo lo posible. Con una solución auditiva apropiada, resulta mucho más sencillo involucrarse en actividades sociales aunque nuestros oídos ya no funcionen tan bien como antes.

En definitiva, y por muchos motivos diferentes, las soluciones auditivas son una herramienta fundamental para muchas personas mayores que padecen hipoacusia. Ahora resulta mucho más sencillo y barato conseguir productos de este tipo, que no sólo nos permiten oír todo lo que nos rodea, sino que nos ayudan a prevenir la aparición de muchos problemas. Podemos seguir teniendo una vida plena, por muchos años que hayamos cumplido.