The Freebird es un club que organiza viajes sociales y ofrece alojamiento en casas de particulares a personas mayores que forman parte de una comunidad de confianza. Su objetivo es combatir la soledad y promover un envejecimiento activo, saludable y conectado.

The Freebird Club es una iniciativa del irlandés Peter Mangan, que alquilaba su casa de campo a visitantes de otros países. Su padre, Owen, ya jubilado, se encargaba de recibir a los huéspedes mientras Peter trabajaba en Dublín. “Cuando llegaba gente de su edad a pasar unos días, la conexión era tal que mi padre salía con ellos por los pubs del pueblo, jugaban juntos al golf y se encargaba de ser su guía turístico”, comenta Peter.

Las relaciones anfitrión-invitado pasaron a convertirse en amistades, por lo que Peter decidió dar un paso más y brindar la posibilidad de vivir esta experiencia a adultos de todo el mundo. Así nació The Freebird Club, una plataforma social de viajes exclusiva para mayores de 50 años cuyo objetivo es permitir un envejecimiento activo, saludable y conectado.

The Freebird organiza viajes sociales y ofrece alojamiento en casas de particulares a personas mayores promoviendo el envejecimiento activo

El modelo de este proyecto irlandés aprovecha el poder de la economía colaborativa para ofrecer una solución nueva, personalizada y social de la que los usuarios pueden, además, sacar rentabilidad económica. Los miembros de esta comunidad ofrecen el alquiler sus habitaciones libres con el fin de generar unos ingresos extra, conocer gente nueva y, al mismo tiempo, tener la posibilidad de recorrer mundo de una forma enriquecedora.

Al combinar de manera creativa aspectos de una web de alojamiento de viajes, como por ejemplo Airbnb, y una web de amigos en línea, no solo ofrecemos destinos donde pasar unas vacaciones, sino que facilitamos la afinidad entre huéspedes y anfitriones”, destaca el promotor de esta iniciativa.

La intención de la plataforma The Freebird Club es movilizar y empoderar a los adultos mayores para viajar, especialmente a aquellos que están solos, y aúna a los miembros en torno a intereses comunes, lo que optimiza la compatibilidad y aumenta la predisposición a participar en actividades y experiencias compartidas durante la estancia. Una iniciativa que se antoja como solución a los problemas de soledad que la pandemia no ha hecho más que acrecentar.

Y es que, según datos del Milken Institute’s Center for the Future of Aging, una de cada cuatro personas de entre 50 y 80 años se sentía aislada incluso antes de la crisis sanitaria. “Las personas mayores necesitarán toda la ayuda que puedan para movilizarse y reconectar con el mundo que los rodea y, lo que es más importante, entre ellos. The Freebird Club puede ser transformador en este sentido, ofrecemos vínculos sociales personalizados y, en comparación con hoteles, viajes en grupo o cruceros, un viaje Freebird a la casa de otro miembro conlleva un riesgo mucho menor, simplemente porque el contacto puede limitarse a una o dos personas”, señala Peter Mangan.

En la actualidad Freebird Club cuenta con 4.600 miembros repartidos en 73 países, de los que el 70% son mujeres y el 10% ejercen de anfitriones. Para los próximos años planean hacer crecer esta red de modo que haya una amplia selección de ubicaciones, hospedadores y alojamientos que se adapten a las necesidades de todos sus miembros. “En 3 años nuestro objetivo es tener más de 500.000 miembros en todo el mundo, convertirnos en el líder mundial de viajes sociales para el mercado de más de 50 años. Para lograrlo buscamos colaborar con socios estratégicos, en particular con organizaciones involucradas en el envejecimiento o el ‘agetech’, así como con el sector de los viajes y el turismo, además de inversores adecuados».

Una iniciativa finalista del Premio a la innovación social Mapfre

Esta iniciativa ha sido seleccionada, entre más de 300 procedentes de 10 países, como una de las 27 finalistas europeas de los Premios a la innovación de Mapfre, concretamente en la categoría ‘Economía del envejecimiento: Ageingnomics’. Junto a los semifinalistas de Latinoamérica y Brasil participará en la final que tendrá lugar en mayo. El Jurado está formado por expertos del ecosistema de impacto, emprendimiento e innovación social y representantes de Fundación Mapfre IE University, en su calidad de partner académico de los Premios.