La larga duración de la pandemia de Covid-19 y las restricciones asociadas a esta para combatirla han ocasionado la denominada fatiga pandémica, asociada a su vez con síntomas y enfermedades como los trastornos del sueño. En concreto, la fatiga pandémica ha producido mala higiene del sueño en muchas personas y distintos tipos de insomnio, como son el insomnio de conciliación, insomnio de mantenimiento e insomnio de despertar precoz, tal y como advierte la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado la fatiga pandémica como una patología consistente en el cansancio que se produce por el mantenimiento durante un largo tiempo la pandemia de Covid-19 y todo lo que esta implica, como vivir con constantes restricciones. La Dra. Olga Mediano, neumóloga y coordinadora del Área de Apnea del Sueño de SEPAR, advierte que “la fatiga pandémica conlleva un aspecto negativo y es que la ciudadanía deja de buscar información relacionada con la Covid-19 y, además, se produce una relajación con las medidas necesarias para prevenirla. Muchas personas dejan de cumplir las medidas como hacían al principio”.

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Desde SEPAR se advierte que la fatiga pandémica se asocia a mala higiene del sueño y problemas de insomnio 

El impacto de la fatiga pandémica en la salud de las personas se manifiesta también mediante síntomas y enfermedades, como la irritabilidad, los dolores de cabeza, la ansiedad, la depresión y numerosos trastornos del sueño. De hecho, se estima que en torno al 30% de la población tiene confirmado alguno de estos síntomas de la fatiga pandémica. “Aunque afecta a toda la población, no lo hace por igual en todos los colectivos. Los adolescentes y jóvenes se encuentran más afectados por la fatiga pandémica porque tienen menor tolerancia a las restricciones relativas a no salir y a otras normas que hay que cumplir. El impacto de la pandemia tampoco es el mismo para las personas que han logrado mantener su trabajo y salir a la calle a trabajar que aquellas que han tenido que teletrabajar y han perdido las relaciones sociales, ya que están más afectadas”, señala la Dra. Mediano.

Por otra parte, “la pandemia ha acrecentado el miedo a resultar infectado, especialmente en aquellas personas que tienen más enfermedades concomitantes, por lo que se asustan más. Estas sensaciones las puede sufrir cualquiera, incluso, nosotros mismos, los sanitarios”, añade la coordinadora del Área de Apnea del Sueño de SEPAR.

La fatiga pandémica afecta a la higiene del sueño

La fatiga pandémica ha afectado, de forma genérica, a la higiene del sueño, por varios motivos. Al permanecer encerrados en casa, ha sido más difícil mantener los horarios del sueño, al no tener la obligación de levantarse para ir a trabajar u otra ocupación. Las personas no han controlado el horario para levantarse, dormir la siesta o irse a la cama ni los horarios de las comidas, al no salir o comer solos. Los horarios de las comidas también influyen en la regulación del sueño, puesto que el organismo produce una serie de sustancias que ayudan a quedarse dormidos.

Otro factor que ha influido en la desregulación de los horarios de sueño ha sido la falta de exposición a la luz solar, por ejemplo, durante el periodo del confinamiento. Al no salir a la calle, la melatonina -hormona que produce la glándula pineal del cerebro y que este produce para ayudar a conciliar el sueño- no se regula bien.

“La melatonina regula nuestro reloj interno. Nos ayuda a estar despiertos o dormidos. Al levantarse, salir a la calle y con la exposición a la luz solar, se inhibe y estamos despiertos. Y, durante la noche, se activa y nos ayuda a quedarnos dormidos. Pero al salir menos y estar más expuestos a la luz artificial que a la luz solar, hemos sufrido una afectación del ritmo circadiano. Este problema ha afectado a muchas personas por el confinamiento, porque hemos salido menos y porque hemos estado menos expuestos a la luz solar”,  explica la Dra. Mediano.

El insomnio es el otro gran trastorno consecuencia de muchas de las patologías y problemas relacionados con la pandemia. Muchas personas se encuentran sometidas a una gran ansiedad y depresión -patologías más comunes entre las mujeres- al tener problemas económicos, laborales, de conciliación o familiares enfermos, entre otros, y no son capaces de quedarse dormidas cuando regresan a casa, lo que se conoce como insomnio de conciliación; o experimentan muchos despertares durante la noche, lo que se denomina insomnio de mantenimiento; o se despiertan antes de hora y no son capaces de volver a dormirse, de modo que padecen insomnio de despertar precoz.